—Alba, ¿Qué fue lo que paso anoche?La niña le explica a su amigo lo que vio, más no escucho, ella solo pudo ver a su madre asustada por aquella visita.—¿No has visto a nadie?—Mi mami no abrió la puerta.—Eso es importante, mientras que no abra la puerta, todo ira bien. No tienes por qué temer —el CEO miente para tranquilizar a Alba.—Pero, mami está muy asustada.Él guarda silencio mientras que la observa.—Las ayudare, nada malo le pasara a tu mamá.—¿Me lo prometes? —aquella frase petrifica al instante a Diego, se queda observando a Alba, pero la verdad es que estaba pensando en otra escena —. Diego, ¿me lo prometes?—¿Qué? —la niña se aproxima a él para tomar su mano y agarrar el ultimo de sus dedos.—Así hacemos una promesa real —él mira atentamente las acciones de Alba.—¿Promesa real?—Es real cuando juntamos nuestros dedos, así.Él mira la unión de su dedo con el de ella y sonríe, las acciones de esa pequeña lo hacían viajar a tiempos atrás, pero también lo ayudaba a no sent
Gisela empieza a negar, pero debido a los nervios ocasionados por Mauricio, observa la puerta destrozada y luego a ese hombre que no deja de mirarla de manera amenazadora.—¿Qué es lo que quieres, Mauricio? Aquí no hay nada para ti.La espalda de Gisela choca contra el muro de la pared, ya no tenía escapatorias, ni como mantenerse alejada de ese hombre.—Después de nuestro último encuentro desapareciste, ¿Qué querías que hiciera?—No volver a buscarme, si me aleje de ti fue porque estuviste a punto de ahorcarme Mauricio, si no te hubiera golpeado yo estaría muerta.—Te pusiste muy quisquillosa mujer, me molesta una mujer así. Además, estabas muy insistente con eso de tener a ese mugroso bebé al mundo.—Necesito que te vayas, mi hija esta dormida y no quiero que la despiertes.Él mira hacia uno de los cuartos y sonríe con malicia, el corazón de Gisela se acelera de inmediato cuando percibe las intenciones de ese miserable.—No abortast3, ¿verdad? Conservaste al bebé aun cuando te dije
De pronto ambos son interrumpidos por la presencia del doctor Walker, Gisela al ver al médico de su hija se aleja de Diego para enfocarse en él.—Doctor Allen, ¿Cómo se encuentra mi hija?—Alba estará bien, ha tenido una fuerte emoción que le impidió respirar con normalidad. Gisela, sabes bien que este tipo de emociones, sustos o…—No ha sido culpa de ella —Gisela lo interrumpe.—Debes evitar que tenga este tipo de sobresaltos, Alba ya ha tenido muchas recaídas, no es bueno que tenga tantas en un mismo mes.—¿Eso que significa? —Diego pregunta.El doctor guarda silencio unos segundos mientras que los observa a ambos.—Estos ataques pueden causar un paro respiratorio en Alba.Gisela se tensa por completo al imaginarse a su pequeña sufriendo este tipo de situaciones siendo tan pequeña. Lagrimas brotan de su cara sin que ella pueda evitarlas, se sentía devastada, tan dolida porque su bebé padecía esa horrible enfermedad.Ella hubiera preferido mil veces ser ella quien sufriera todo y no
Mauricio observa desde lejos como unos sujetos con trajes muy finos y bastante parecidos empiezan a sacar algunas maletas de la casa de Gisela, el rubio frunce el ceño al mirar que las introducen en el interior de un coche muy lujoso.Furioso golpea el volante del coche, ella se estaba yendo de esa casa. Frunce los labios y espera a que esos sujetos terminaran de recoger todo.—La muy cobarde ni siquiera tuvo el valor de venir ella misma a recoger sus malditas cosas.Él se ríe a la vez que hace una mueca de dolor, le dolía todo el maldito cuerpo, la paliza que ese sujeto le dio no fue para nada normal. Por suerte, Gisela los interrumpió y fue cuando logro escaparse o de lo contrario no la hubiera contado.En cuanto ve que los sujetos se suben al coche y lo ponen en marcha, él hace los mismo con el suyo y los comienza a seguir. Esas maletas iban dirigidas hacia donde Gisela se estaba quedando junto con esa mocosa.—No me creo ese cuento de que esa niña sea hija de ese sujeto, es tan ru
Diego posa sus labios sobre el s3xo de Gisela y en ese instante la siente tensarse, pero no se detiene y continua con sus besos apasionados. Separa un poco sus muslos para poder tener mejor acceso a su intimidad.Al saborear el centro de su feminidad el cuerpo de Gisela se arquea un poco al mismo tiempo que gime.—Antonio…—jadea su nombre, pero el CEO no se detiene.Continúa saboreando el interior del cuerpo de ella, hasta que la oye gemir con más fuerza, es allí cuando se aleja del s3xo de Gisela y empieza a gatear sobre ella. Al situarse sobre su cuerpo toma posesión de los labios de ella propinándole un fiero beso.Entre tanto comienza a frotar su miembro contra el vientre de Gisela provocando que ella envuelva sus muslos alrededor de su cintura, aquella invitación fue aceptada por el CEO que inmediatamente busca la forma de situar su miembro en la entrada femenina de ella.En cuanto lo posiciona oye como Gisela gime un poco, ejerce un poco de presión contra la suavidad de su s3xo
—Diego…—¿Qué pasa?—¿Te gusta mi mamá?La pregunta tan directa de la niña sorprendió al CEO quien no esperaba para nada que ella le preguntara algo como eso. Ambos se encontraban acostados en la cama, Diego esperaba que Alba se durmiera para poder salir del cuarto, pero la pequeña nada que se dormía.—¿Qué clase de pregunta son esas?—Es una pregunta normal, ¿Por qué te sorprende?—Eres una niña, no deberías de andar por allí haciendo preguntas como esas.Alba se queda pensando en las palabras de su amigo, la niña lo mira de soslayo y frunce el ceño al notar que el se encontraba con los ojos cerrados.—¿No vas a responder? —Diego se tensa, pero trata de disimularlo.—Accedí a acompañarte a la habitación con la condición de que te durmieras y es lo menos que estás haciendo.La niña acomoda su cuerpo al lado de su amigo y empieza a entrecerrar los ojos.—Yo solo quiero que mi mami no este sola —murmura, pero Diego escucha claramente —. Ella siempre está sola. Diego…—¡Uh!—Promete que
Después de un largo día de caminata, de jugar con la nieve y tratar de patinar sobre el hielo, finalmente la noche llego.Los tres se internaron en la cabaña para calentarse.—Realmente hace mucho frío—dice Alba, quien estaba muy cerca de la chimenea.—Quizás debimos venir en otra temporada, esta es la más fría.—Pero me gusta —la niña se encoje de hombros—. Mañana seguiremos jugando en la nieve.—Hija, no creo que sea bueno que te expongas tanto.Alba pone los ojos en blanco.Diego observa la preocupación de Gisela y entiende perfectamente su angustia, a él también le preocupaba la salud de Alba, quizás aquel frío le hacía daño. Lo mejor era no exponerla tanto.—Pero quiero salir.—Creo que deberías hacerle caso a tu mamá, hace mucho frío afuera. Además, hoy has jugado bastante, ¿no te parece?La niña voltea para verlos a ambos quienes la estaban mirando severamente, en ese momento se ríe ganándose una mirada ceñuda por parte de ellos.—Ustedes dos parecen mis papas.—¡Alba! —exclama
—Diego, debemos cambiar el medicamento o las cosas se van a poner mal para ti.—“¿Medicamento?” —musita la niña mientras sigue oyendo.—Sabía que esto iba a pasar, y estoy preparado para lo que sigue.Henri lo mira fijamente, era normal que estuviera cansado de probar una cosa tras otra, pero era necesario para poder salvar su vida. Pero Diego era una persona terca muy difícil de hacer cambiar de idea, bueno, al menos él.—¿Y qué es lo que quieres? —Diego no responde —. Al menos has pensando en lo que estás haciendo ahora —el CEO levanta la mirada —. Gisela y Alba están aquí bajo tu cuidado, ¿Qué pasara con ellas dos si algo llega a pasarte a ti?Diego observa a su amigo con severidad, en ese instante no había pensado en ellas dos, él tenía mucha razón, ahora ambas estaban a su cuidado, si él no estaba que iba a pasar luego con ellas y ese sujeto que las estaba acosando.Baja la mirada…—No puedes rendirte, todavía hay oportunidades.—Solo intentas alargar las cosas.—El medicamento p