—Gisela, debes estar tranquila. Sabes que este comportamiento es perfectamente normal en Alba.La castaña siente luego de escuchar las palabras de Walker, sin embargo, no se sentía para nada tranquila cuando su pequeña hija sufría ciertos ataques que la dejaban mal. No soportaba ver a su hija sufriendo.—Debes esperar que Alba sea atendida, estará bien, te lo prometo.—Esta vez ha sido más fuerte que las otras veces.—Sabes que estos episodios son distintos, no podemos predecir como será el siguiente Gisela. No ganas nada con ponerte nerviosa.—Ne me pidas que me tranquilice, mi hija esta allí dentro luchando por su vida, es tan solo una bebé Walker —levanta la mirada para ver al doctor ante ella.—Te he dicho que ya la estabilicé, debes calmarte.La mujer baja la mirada una vez más, no entendía porque le tenía que pasar una cosa como esa a una pequeña niña.—Yo debería de estar en su lugar, ella no tiene por qué pasar por esto, no se lo merece —añade soltando lagrimas sin poder deten
—No lo has hecho, sin embargo, pienso que no debes de actuar de esta manera tan altanera, ¿Qué ganas con eso?—Quiero que te largues, ahora mismo.—Diego, ¿Qué es lo que te pasa? —el CEO mantiene la mirada fija hacia la puerta y Henri lo pilla de inmediato —. Está bien, me voy a ir, pero sabes que si necesitas hablar yo estaré al pendiente de ti.Diego permanece callado, luego ve a su amigo salir de su oficina y es cuando él cierra los ojos y suelta el aliento contenido.Al segundo vuelve abrirlos para mirar su ordenador, necesitaba concentrase en su trabajo y nada más.[…]—¿De verdad tenemos que ir, mami?—Si, debemos hacerlo hija. Solo será unos pocos minutos y nada más, luego podemos regresar a casa —Gisela trata de convencer a su hija mientras la abriga un poco.—Pero no quiero ir.—Alba, no me hagas esto más difícil, solo será poco tiempo —la niña frunce los labios.—¿Puedo llevar a nube?Gisela ensancha la mirada al escuchar que su hija pretendía salir con su gato, la mujer mir
Al día siguiente ya por la tarde, Alba llega al trabajo de su madre y con ayuda de sus colegas logran meter a la niña sin que nadie se diera cuenta.—Bien hija, te quedaras aquí todo el tiempo posible, no quiero que camines por ninguna parte y tampoco que te metas en líos. Recuerda tu condición.—Ya lo se mami, aquí me quedaré—cruza los dedos mientras responde. —Regresare cuando haya terminado. Dibuja algo bonito.En cuanto la niña ve que su madre se pierde por las escaleras sonríe, la joven baja de la silla y camina hacia el ascensor secundario. Muy sigilosa oprime el botón del piso de su madre y espera que el aparato metálico la lleve.La otra amiga de su mamá no estaba, lo que le daba ventaja de poder escabullirse en la oficina del gruñón. La niña se asoma por la ventana parándose de puntitas y es cuando lo ve sentado escribiendo algunas cosas.Diego firma muy concentrado unos documentos importantes, pero de la nada siente que es observado y eso lo hace detenerse. Levanta la mirad
Gisela se encuentra al lado de su jefe mientras que esté conversa con los familiares de uno de sus clientes que esta por defender.La castaña se mantiene en silencio y actúa solo cuando alguien necesita un café, agua o algún documento que su jefe necesite. Ella observa de soslayo a Diego viendo cómo les explica a los familiares sobre el caso de su cliente.Era un hombre muy inteligente, audaz y no perdía ni un solo caso. Era el mejor abogado de la ciudad, muy buscados por todos. A parte de eso, era extremadamente atractivo, la verdad es que llamaba la atención de cualquiera.Incluyéndola…—Señorita Moore—Diego levanta la mirada para notar que su secretaria lo estaba observando —. Señorita Moore —y es cuando la joven castaña reacción y parpadea al fin.—Señor.—Los documentos de ayer, sobre el caso, ¿Dónde están?—¡Oh, si!Diego frunce un poco el ceño al percibir que ella estaba un poco distraída, se preguntó porque razón lo estaba.Al terminar con sus clientes, el CEO los despidió a t
El castaño no sabe que responder en ese momento, le cayó de sorpresa aquella pregunta tan inocente… mira aquellos ojos marrones tan cargados de dulzura que se niega a decirle una mentira a esa pequeña.—Claro, somo amigos…—la sonrisa de Alba se ilumino.—¿También eres amigo de nube? —él mira al felino y frunce levemente el ceño al notar que la bola de pelos le gruñe.—Creo que necesitaremos un poco más de tiempo.Alba asiente mientras acaricia a su mascota.—¿Ahora me dirás quién es tu madre?—No soy tan tonta, somos amigos, pero no te diré el nombre de mi mamá para que luego la regañes —responde sin siquiera mirarlo, Diego estaba estupefacto por la habilidad de esa niña —. Mejor, demos un paseo, ¿no te parece?—¿Tu madre te deja salir del edificio?—¿Cómo cree? Yo hablo de dar un paseo por el edificio —Alba se pone en pie dejando a nube en el suelo, luego toma la mano del CEO y levanta su mirada con una gran sonrisa —. ¿Vamos?Él no sabía que hacer, era la primera vez que una niña se
Gisela suelta las carpetas de la nada y todas terminan a dar en el suelo desperdigando cada papel, todo se encontraba revuelto y hecho un lio.—Lo siento mucho, señor.Se agacha inmediatamente a recoger el desorden y en eso siente que su jefe se agacha también para ayudarla situación que la puso más nerviosa. El que la hubiera pillado viéndolo tan de cerca la hizo sentirse estúpida.Por suerte él no le dijo nada, y esperaba que siguiera de esa manera. Si llegaba a decir algo estaba segura de que moriría de la vergüenza. Era la primera vez que se acercaba tanto a su jefe, pero es que ese aruño le causo tanta curiosidad.—Lo siento mucho, disculpe señor —se disculpa una vez que recogió todo, Gisela se pone en pie y es cuando observa fijamente a su jefe, su corazón retumba su pecho y siente que sus mejillas se encienden.Sin embargo, él no le dice una sola palabra, simplemente se queda mirándola como si intentara adivinar qué demonios estaba haciendo hace un momento.—Con su permiso —aña
Diego mira fijamente a Alba.—Pero, ¿Qué estás diciendo, pequeña traviesa? ¿Por qué haces tantas preguntas?—No lo sé, me gusta preguntar.—No deberías de hacerlo.—¿Quieres o no quieres una novia? —el CEO se inclina hacia ella para mirarla fijamente a los ojos.—No quiero una novia y demos terminado este tema, ¿vale?—Eres un aguafiestas.Diego niega, piensa que Alba era una niña muy astuta e intrépida.—Creo que se te hace tarde.—Si, ya debo irme —Alba se pone en pie —. Pero voy a regresar mañana.—De acuerdo…Ambos se sonríen y el CEO ve como ella marcha hacia la salida, luego nota que la pequeña se detiene como hubiera olvidado algo. Luego la ve dar la vuelta y correr hacia él, se lanza en sus brazos depositando un beso en su mejilla.—Tú no eres malo… —vislumbra que ella se saca algo de su muñeca para entregárselo a él —. Es mi pulsera de la buena suerte, quiero que la tengas para que puedas encontrar a una bonita novia.—Alba, no…—Yo quiero que la tengas.Él mira esos hermosos
Diego asiente, sin embargo, siente que la noticia es muy dolorosa. Luego mira su muñeca para ver la pulsera de Alba, era un tejido de color rosa y morado que no le combinaba para nada con sus atuendos, sin embargo, esa pequeñaja le dio su amuleto de la suerte.—Diego…su amigo posa una mano sobre su hombro —. La madre tiene una gran deuda con el hospital —el CEO mira a Henri —. Los ataques de Alba requieren de atención y suministros, lo que ha pasado hoy… bueno es una cuenta un poco elevada para que Gisela lo costee.El castaño se pone en pie y sin decir una sola palabra camina hasta la recepción, su amigo observa como saca su tarjeta para entregársela a la joven recepcionista. Henri lo observa fijamente mientras que se reclina hacia atrás.Le parecía bastante curioso que él actuara de esa manera y por una niña pequeña, se preguntó porque siendo como es le daba importancia a ese asunto. Mira que pedirle el favor de que se informara sobre la situación de la pequeña le pareció curioso.P