Diego posa sus labios sobre el s3xo de Gisela y en ese instante la siente tensarse, pero no se detiene y continua con sus besos apasionados. Separa un poco sus muslos para poder tener mejor acceso a su intimidad.Al saborear el centro de su feminidad el cuerpo de Gisela se arquea un poco al mismo tiempo que gime.—Antonio…—jadea su nombre, pero el CEO no se detiene.Continúa saboreando el interior del cuerpo de ella, hasta que la oye gemir con más fuerza, es allí cuando se aleja del s3xo de Gisela y empieza a gatear sobre ella. Al situarse sobre su cuerpo toma posesión de los labios de ella propinándole un fiero beso.Entre tanto comienza a frotar su miembro contra el vientre de Gisela provocando que ella envuelva sus muslos alrededor de su cintura, aquella invitación fue aceptada por el CEO que inmediatamente busca la forma de situar su miembro en la entrada femenina de ella.En cuanto lo posiciona oye como Gisela gime un poco, ejerce un poco de presión contra la suavidad de su s3xo
—Diego…—¿Qué pasa?—¿Te gusta mi mamá?La pregunta tan directa de la niña sorprendió al CEO quien no esperaba para nada que ella le preguntara algo como eso. Ambos se encontraban acostados en la cama, Diego esperaba que Alba se durmiera para poder salir del cuarto, pero la pequeña nada que se dormía.—¿Qué clase de pregunta son esas?—Es una pregunta normal, ¿Por qué te sorprende?—Eres una niña, no deberías de andar por allí haciendo preguntas como esas.Alba se queda pensando en las palabras de su amigo, la niña lo mira de soslayo y frunce el ceño al notar que el se encontraba con los ojos cerrados.—¿No vas a responder? —Diego se tensa, pero trata de disimularlo.—Accedí a acompañarte a la habitación con la condición de que te durmieras y es lo menos que estás haciendo.La niña acomoda su cuerpo al lado de su amigo y empieza a entrecerrar los ojos.—Yo solo quiero que mi mami no este sola —murmura, pero Diego escucha claramente —. Ella siempre está sola. Diego…—¡Uh!—Promete que
Después de un largo día de caminata, de jugar con la nieve y tratar de patinar sobre el hielo, finalmente la noche llego.Los tres se internaron en la cabaña para calentarse.—Realmente hace mucho frío—dice Alba, quien estaba muy cerca de la chimenea.—Quizás debimos venir en otra temporada, esta es la más fría.—Pero me gusta —la niña se encoje de hombros—. Mañana seguiremos jugando en la nieve.—Hija, no creo que sea bueno que te expongas tanto.Alba pone los ojos en blanco.Diego observa la preocupación de Gisela y entiende perfectamente su angustia, a él también le preocupaba la salud de Alba, quizás aquel frío le hacía daño. Lo mejor era no exponerla tanto.—Pero quiero salir.—Creo que deberías hacerle caso a tu mamá, hace mucho frío afuera. Además, hoy has jugado bastante, ¿no te parece?La niña voltea para verlos a ambos quienes la estaban mirando severamente, en ese momento se ríe ganándose una mirada ceñuda por parte de ellos.—Ustedes dos parecen mis papas.—¡Alba! —exclama
—Diego, debemos cambiar el medicamento o las cosas se van a poner mal para ti.—“¿Medicamento?” —musita la niña mientras sigue oyendo.—Sabía que esto iba a pasar, y estoy preparado para lo que sigue.Henri lo mira fijamente, era normal que estuviera cansado de probar una cosa tras otra, pero era necesario para poder salvar su vida. Pero Diego era una persona terca muy difícil de hacer cambiar de idea, bueno, al menos él.—¿Y qué es lo que quieres? —Diego no responde —. Al menos has pensando en lo que estás haciendo ahora —el CEO levanta la mirada —. Gisela y Alba están aquí bajo tu cuidado, ¿Qué pasara con ellas dos si algo llega a pasarte a ti?Diego observa a su amigo con severidad, en ese instante no había pensado en ellas dos, él tenía mucha razón, ahora ambas estaban a su cuidado, si él no estaba que iba a pasar luego con ellas y ese sujeto que las estaba acosando.Baja la mirada…—No puedes rendirte, todavía hay oportunidades.—Solo intentas alargar las cosas.—El medicamento p
Diego se arrepiente mucho de no haber atendido aquellas llamadas, ahora comprendía la urgencia de Henri por llamarlo. Cuando su secretaria le contó lo que estaba pasando su corazón se paralizo de inmediato hasta el punto de sentirse verdaderamente mal.Pero con todo y eso, fue al hospital para ver el estado de salud de Alba.El CEO levanta la mirada para ver al doctor de Alba, era idéntico a su amigo Henri.—Ella estará bien, necesita descansar un poco, luego vendré a verla para ver si ya le puedo retirar el aparato respirador.Diego asiente y es cuando el doctor se aleja dejándolo solo con Gisela, quien aún seguía en sus brazos.—Lamento no haber venido antes, yo…—Está bien —Gisela lo separa un poco —. No te preocupes, se que estas ocupado en la empresa y…—¡No! Yo debí venir en seguida, nada es más importante que Alba.Gisela medio sonríe luego de escucharlo, sin duda alguna la conexión que existía entre ellos era muy grande e inexplicable.—Ella pregunto por ti, al no verte se pre
—Quiero que intentemos tener una relación —rápidamente, el cuerpo de Gisela se congela a pesar de que el agua era tibia.—Diego… —baja la mirada —. ¿Qué pasara con Alba?—¿Qué hay con ella? —el CEO frunce la mirada.—Que pensara ella de esto, no sé cómo pueda tomarlo.Diego sonríe de medio lado, acuna las mejillas de Gisela y la hace levantar la mirada.—No creo que se oponga a nada —planta un beso tierno en los labios de ella para intentar tranquilizarla, luego ambos se abrazan con fuerza.—Esto es una locura, yo soy tu empleada.—Ya no más de eso…Gisela asiente sintiéndose maravillada, pero con temo al mismo tiempo. Desde hace mucho que no mantenía una relación con un hombre, le daba un poco de pavor sus sentimientos hacia Diego. Pero sinceramente, deseaba intentar algo con él.[…]—Esos dos han llegado solos a casa, y la pequeña mocosa no asistió al colegio hoy. ¿Qué diablos estará pasando? ¿En donde han dejado a la esa niña?Mauricio frunce el ceño mientras que mira la cada de aq
Al día siguiente Alba ya estaba de regreso a casa y lo primero que hizo fue ir a por nube, el felino al verla corre a sus pies y empieza a maullar como loco.—Yo también te extrañe mucho, nube —Diego ve la escena y frunce el ceño puesto que ese gato parecía que lo odiaba únicamente a él.—Por estos días no regresaras al colegio, te tomaras unos días y la próxima semana regresas. Pero no quiero más discusiones con tus compañeros de clases.—Ellos siempre me molestan diciendo que no tengo papá, no es mi culpa mami.Gisela se tensa cuando oye a su hija, no sabe que responderle, a decir verdad. Lo único que podía hacer era hablar con la maestra para que ese problema no volviera a suceder.—Y no quiero ir la otra semana, quiero regresar mañana.—¡Alba! ¿no te alegras de quedarte en casa sin hacer nada? —pregunta su madre extrañada.—No.—Bien, si quieres ir, yo mismo te llevo mañana.Alba mira a Diego y sonríe abiertamente, mientras que Gisela no dice una sola palabra puesto que si su hija
Entre tanto Alba y su maestra comenzaban a impacientase, hasta que la niña observa que de un coche se baja su doctor y sonríe.—¡Es mi doctor!—¿Segura? —la maestra frunce el ceño cuando ve a aquel hombre con ropa de hospital acercarse a ellas.—Disculpen la demora, soy Henri, amigo de Diego y Gisela, ellos no pueden retirar a Alba en esto momentos.—¿Alba? ¿Tu doctor no se llama Walker?—Él es su hermano gemelo maestra, yo pensé que era mi doctor.La mujer ensancha la mirada y asiente al mismo tiempo. Termina por entregarle la niña a ese sujeto y los ve subir al coche para luego irse.—¿Qué ha pasado con Diego? Quedo en venir a buscarme, ¿Por qué no ha venido? —Henri guarda silencio —. ¿le paso algo? —iba a tener que llevar a Alba al hospital ya que la casa de Diego estaba muy lejos.—Vamos hacer una parada antes, Diego está en mi oficina resolviendo unos asuntos legales del hospital, él se encargará de llevarte a casa, ¿está bien?La niña mira al doctor con ojos llorosos, algo dentr