Hoy se suponía que el hijo del jefe llegaría a la empresa después de tanto tiempo. Los empleados del edificio hemos estado ordenando un poco para darle la mejor bienvenida con unas cuentas decoraciones en el piso. La mayoría de las chicas — lo cual son todas — no dejan de hablar de Ethan y lo atractivo que es ese hombre. Tammy como otras chicas que ya conocen al joven Collins mencionan el mal temperamento que carga ese chico.
Egoísta, arrogante, frio, distante y que no se socializa con los empleados.
Pero eso no le quita ser el hombre más deseado por todas las chicas con ganas de tener sexo con el chico adinerado y atractivo del piso, mas no solo ellas al parecer todo el mundo desea a ese hombre entre sus sábanas. Yo como la chica no tan informada no se quien es ese tal Ethan Collins paso más tiempo concentrada en la salud de mi madre, trabajo y hace poco estudios que no tenia tiempo para saber lo que pasaba a mi alrededor.
Una de las tantas cosas del jefecito y lo que llama la atención de todos es que él no se relaciona con ninguna empleada del edificio ni dentro ni por fuera y cuando pensé que era gay mi mejor amiga menciono que el hombre futuro heredero de la compañía tenía muchas relaciones — no amorosas — fuera del trabajo y no siempre con las mismas.
Se menciona que el tipo tiene una regla la cual la cumple a pie de la letra. Él no se relaciona amorosamente con ninguna empleada por nada del mundo. También se sabe que es verdad ya que varias han tratado de tener más que una relación cercana con él y el hombre tras de ignorar les habla con claridad para que no despedirlas.
Todo un misterio.
Todos estamos impacientes mirando la hora en nuestros relojes esperando que las puertas de algunos de los elevadores se abriera y apareciera en susodicho. John, Victoria y otro hombre rubio muy atractivo — el cual hasta ahora lo veía desde que trabajo aquí — esperando su llegada.
El timbre del elevador sonó y toda mi atención volvió a este. Las puertas se abrieron y un hombre con traje negro y un maletín en su mano salió de este.
¡Madre mía!
Las chicas no mentían.
Cabello azabache y unos hermosos ojos grises intensos. Su cuerpo era fornido, bien trabajado de anchos hombros y una piel un poco bronceada debajo de aquella tela la cual debía de ser un cuerpo bien trabajado. Sus labios eras rosados y gruesos al igual que sus pestañas negras
Me iba a dar un ataque al corazón con tal perfección en un ser humano.
¿Por qué ves sus labios?
Parpadeé saliendo de aquel estúpido trance en el que me había metido para ver al hombre hermoso que caminaba hacia nosotros seguro de si mismo y un cálculo jamás visto en nadie. Me sorprendí cuando todos gritaron el bienvenido así que también aplaudí aunque me sentí estúpida en no saber lo que en realidad pasaba a mi alrededor que no fuera aquellos ojos grises.
Ethan no se inmuto ante nuestra amabilidad y eso no me agrado en lo absoluto. Esos ojos intensos se encontraron con los míos y no decían nada solo frialdad, chico rico e indiferente. Ethan paso junto a mi lado y moviendo su mirada al frente rompiendo esa extraña conexión subió las escaleras donde los demás cabezas de la compañía lo esperaban con ansias.
— Bienvenido hijo —dijo en voz alta extendiendo su mano con una cálida sonrisa
— Gracias— la estrecho y aunque este estábamos a una larga distancia leí sus labios.
La molestia se apodero de mi. No solo con nosotros era de esa manera descortés sino también con su padre.
— ¡Llegaste cariño! — chillo Victoria cosa que no fue difícil escuchar ya que ella mejor dicho lo grito antes de saltar sobre los brazos fuertes del joven.
El joven Collins no hizo nada ante el afecto de la rubia, se mantuvo firme restándole también importancia como si ya estuviera acostumbrado a esas situaciones y no me extrañaría para nada de todo lo que me contaron que hace con todas las mujeres de una sola noche. Escuche un gruñido y reí al ver a todas mis compañeras de trabajo rodar los ojos y maldecir en silencio a la yegua en celo —Victoria—. Todas estaban por el jefecito.
No las culpo
—Bueno vamos a la oficina y todos a trabajar —todos asentimos y los cuatro poderosos en la parte de arriba se dirigieron supongo a sus oficinas.
Mire todo el arreglo — que no era mucho —todo lo que hicimos y al tipo le valió m****a nuestro esfuerzo. Idiota.
Odio esa clase de personas que no valoran, no ven y no les interesa lo que otros trabajan porque les salga bien y hasta su sudor para que todo salga perfecto y los arrogantes no lo acepten. Deje de pensar en ello y procure volver a mi trabajo, no quería que todo se amontonara y trabajar más de la cuenta.
—April ¿Terminaste de revisar los documentos que te di ayer?
—Sí —los acomode y revisando que todo estuviera en su lugar se los di.
— Que desperdicio — deje de ver a mi amiga, seguí su mirada y vi al rubio de antes caminar con sus brazos en sus bolsillos con la cabeza en alto.
— ¿Es gay? — Tammy se echó a reír ante mi pregunta y sin dejar de hacerlo negó.
—No, claro que no es gay, es solo que ya tiene novia.
Rodé los ojos y negué mientras ambas reímos con sus gustos extravagantes, sin embargo no duro mucho cuando el teléfono de mi escritorio empezó a sonar.
— Collins home — Tammy se despidió a lo que le hice solo un movimiento de mano.
—Señorita Bennett, ¿podría venir a mi oficina?
— Claro señor— dicho eso colgué la llamada y tomando algunos documentos suyos me dirigí a su oficina.
Sentía extraño mi estómago cuando caminaba a la oficina de mi jefe por primera vez. La idea de que su hijo estuviera con él me ponía nerviosa y no sabia el porque. Al estar frente de su oficina tome aire y toque la puerta.
— Pase —deje salir el aire de mis pulmones y volteé la perilla de la puerta y me deje ver. Para mi mayor desgracia no estaba solo mi jefe como me supuse su hijo se encontraba, sin embargo y por desgracia la yegua de Victoria también y el rubio el cual hace poco pensé que era gay.
— En que le puedo servir — sujete los papeles en mis manos con fuerza como si estos fueran mi soporte.
—Si, quiero primeramente pedirte que tomes asiento —con todos los nervios del mundo me senté en unos de los sillones frente de su escritorio. Ethan estaba al otro lado sentado en el sillón con sus ojos cerrados y el rubio de pie atrás de él con sus brazos cruzados y su ojos sobre mi. Victoria estaba a mi espalda en un sillón largo de color marrón.
— Segundo quiero presentarte ante ellos — ¡¿Qué?! —ella es la señorita Bennett, es mi secretaria así como la persona de confianza que tengo.
Confianza ... Maldición April respira.
— ¿Qué has hecho a la rubia que estaba antes? — preguntó Ethan con un poco con gracia. ¡diablos! Hasta su voz era sexy.
—Bueno, una persona la despidió hace unas semanas atrás — respondió algo molesto y con lógica.
Ethan solo dio una sonrisa ladeada, supuse que él tenia que ver algo con la desaparición de esa chica. Y al parecer yo tome su lugar.
—Ella debe ser de verdad de tu confianza para que este aquí con nosotros — dijo el chico rubio mirando a nuestro jefe.
— Si. Así que les pido que sean buenos con ella — podía jurar que la rubia a mi espalda me fulminaba con la mirada hasta rodaba sus ojos — Como ustedes saben en poco tiempo mi labor como dueño de la compañía Collins Home terminara y pasara a mi sucesor y heredero hijo, Ethan Collins — mire al nombrado. El chico no parecía estar emocionado, mantenía aun su vista cerrada y sus manos entrelazadas sobre su abdomen.
— ¿Qué tiene que ver esta chica?
— Al yo ser reemplazado, mi secretaria pasara en manos de Ethan quien será el próximo jefe y dueño de la compañía
Mis nervios saltaron y todos miramos al hombre quien le daba todo su labor a su hijo el cual seguía con esa actitud como si ya lo supiera. Vaya egocéntrico. En los carnosos labios de Ethan se dibujo una sonrisa divertida y achine mis ojos, estaba confundida. ¿Qué estará pasando por esa cabeza?
—¿Es posible que dure? — deje de ver al chico pelinegro para ver al rubio — sabes como es Ethan.
— Ella, secretaria de Ethan. Sobre mi cadáver —Victoria no estaba contenta con la idea de estar cerca de su chico y tampoco estaba a gusto en permanecer junto a un tipo que no sabe ni la talla de su zapato, no obstante, hacerle la vida de cuadros me encantaría por ser tan engreída y superficial.
— No creo que sea buena idea — No estaba a gusto que fuera tratada como un objeto que pasa mano en mano. Si, se que mi trabajo constaba de esa manera de que trabajo para el jefe, mas no me gusta que me vean como si fuera solo un objeto
—Nadie a pedido sus opiniones —al fin el hijo pródigo se digno a abrir sus carnosos labios al igual que sus hermosos ojos grises.
— La mía vale en este momento, si no sabes es a mi al que tratan como un objeto, que pasa de mano en mano — no me iba a dejar aunque fuera mi próximo jefe.
Aunque no es mi jefe ahora puedo decir lo que sea. ¿Verdad?
Ethan me miro y alzó un ceja al ver en la forma con la que hable, vaya traste tener un hermoso rostro de dios griego sostenía un aura de poder, autoridad.
— Nadie lo está haciendo — su voz ronca y fría seguía intacta al parecer nunca en suavizada su tono de voz.
Al parecer entre Ethan y yo había una rara conexión. Algo chocaba. No esa clase de conexión romántica, era de desagrado y al parecer en cómo me miraba no le agradaba y eso no me importaba.
— Por favor ambos pueden estar de acuerdo— suplico John.
—Yo no he dicho que no lo estoy — Pero sus ojos ya no estaban sobre mi sino en su padre el cual agradecía que no viera mi asombro ante su aceptación.
Acaso ¿quiere que sea su secretaria? Aunque le debe dar igual quien lo sea solo es por labor de trabajo y era una idiota no estaba actuando profesionalmente.
El joven Collins se levanto de su asiento y se giró caminando a la puerta con sus manos en sus bolsillos dejando a la vista de todos su trasero.
¿Será lo único grueso?
— Si tu me la recomiendas, no me queda otra cosa que aceptar — salió de la oficina cerrando la puerta detrás de el.
Estaba confundida ante la actitud de chico malo, arrogante, egocéntrico y frio que cargaba se notaba que respetaba a su padre y si, debe ser lógico pues es su sangre. Ethan Collins era odioso pero todo un diablo vestido de ángel con traje.
He tenido dos de los peores días de mí vida, nunca me había imagina que tendría esta clase de asfixia laboral gracias a que he tenido que trabajar bastante solo para complacer a mi queridito jefe —noten el sarcasmo —en todo lo que pida. Ethan Collins me ha puesto aprueba para según el saber si tengo o no la capacidad para obtener dicho trabajo en la empresa como secretaria del jefe y de verdad se hizo la vida de imposible.Todo es por el trabajo. Me digo a mi misma mientras dejo salir del aire de mis pulmones. En este momento estoy dentro del elevador rumbo al primer piso. Antes de irme a casa debo realizar dos tareas más e irme de este infierno. Di un largo y perezoso suspiro mientras miraba como los números rojos cambiaban. Estaba exhausta como para seguir trabajando y obteniendo órdenes de ese tipo.Ambas puertas del elevador se abrieron y salí directo d
De pronto sentí calor, sabía que estaba mal porque el edificio tenía aire acondicionado y por ello sería muy difícil que entrara calor entre las paredes tan cerradas.Responde algo cariño o pensara mal. Mi consciencia tenía razón pero estaba tan sorprendida por su pregunta que me debo muda. Debía responder, lo entendía pero si le decía la verdad cosa que no haría se burlaria de mi por la simple razón de que solo un polvo para él y se enojaria por pensar en su persona como hombre y no como jefe o hijo de mi jefe.—A-Ah, es que... Bueno...la verdad es que— empecé a tartamudear — Tammy me decía sobre las personas que están afectadas por el nuevo virus, mencionó que muchos estan quedando en cama— ¡Dios! No soy buena para mentir.Ethan penso en lo que dije para volv
Todo a mi alrededor me estaba dando vuelvas, las luces no dejaban de girar así como mi cerebro en estos momentos. Creía que estaba más ebria de lo que debería y eso no era bueno pues ahora me estaba volviendo loca personas que no debería imaginar e ilusiones de la persona que no debería ver ¿entienden?El sujeto el cual por desgracia había hecho que mi cara estampara con su duro y firmé pecho me miro de arriba hacía abajo con sus ojos grises inspeccionandome.¿Será una alucinación? —Deberías disculparte — mire a la pelinegra muy hermosa que estaba sujeta de su brazo izquierdo.Mi corazón dejo de latir y abrí mis ojos como platos volviendo a ver a mi jefe el cual no era una ilusión, él era real, él estaba aquí. Trate de controlarme, no iba a mostra
Abrí mis ojos cuando escuché la alarma, cerré y los volví abrir recordando que debía de ir a trabajar. Frustrada me pase ambas manos por mi rostro y me levante con toda la pereza del mundo para meter mi hermoso trasero al baño. No se cuento estuve metida ahí cuando decidí salir e ir a buscar mi ropa. Abrí el armario mirando cada una de las prends de ropa. Opté por una falsa negra y una blusa rosa con un escote en vi en medio de mis pechos con las mangar largas. Mi cabello castaño decidi atarlo en un moño bien formado, me maquille lo normal y al verme lista en el espejo del peinador baje para buscar a mi madre y darle un beso de despedida.— ¿No vas a desayunar?— preguntó mi madre después que le di un beso en la mejilla.— Compro mi desayuno en la tienda junto a la empresa, no te preocupes.Sin esperar
El reto de ahora en adelante sería soportar el resto de mis días en la compañía al sujeto que ahora era mi jefe. El día fue largo, estaba exhaustas y solo quería darme una larga ducha y dormir en mi cama la cual debía estar demasiado bien para este cuerpo adolorido. Expulse con pesadez el aire de mis pulmones y entre a la casa saludando a mi madre de paso para hacer lo que anhelaba en estos instantes.Con mi pecho apunto de tocar el suelo- literalmente - me quité las zapatillas y me desvesti dejando que el agua tibia cayera en mi desnudo cuerpo y mojara cada centímetro de mi piel, amando ese momento despejando mi mente y eliminar todo pensamiento impuro.Impuro ¡Ja! Se que mi cuerpo, me vestí con mi pijama de dos piensas de Stitch y salí de mi habitación secando mi cabello húmedo. Hoy me tocaba hacer la cena, lo menos
 Maldecía a eso que me estaba haciendo sentir de esta manera tan miserable. Mi corazón estaba acelerado a nivel que pronto se saldría de mi pecho, mis vellos se erizaron dejando mi piel echa gallina, mi mente en estos momentos viajo al planeta de los simios ¿por qué? Ese idiota después de darme ese beso en mi mejilla, de acorralarme de aquella manera y encerrarme dejándome indefensa, no había podido mantener mi mente en blanco y concentrarme en mi trabajo. Cada vez que recuerdo ese momento y que su imagen se me viene a mi cabeza trató de borrarla porque no quiero tenerlo metido en mi cabeza, ya había sido lo suficiente animal para meterse en mi espacio personal para que también lo hiciera en mi cerebro. Espacio personal que querías que rompiera hace mucho. Ignorando a mi conciencia trate de concentrarme en lo mío. Hace unos minutos atrás vi al joven Collins
Las semanas habían pasado y todo se volvía cansado, difícil y pesado pero no era nada de lo que no pudiera manejar. Me encontraba en la vida de un adulto así que debía acostumbrarme a ella porque no iba a salir de ella. Tampoco me quejaba — mentiras — odiaba de todo corazón haber crecido tan rápido y que tras de eso todo mi mundo se fuera patas para arriba.Mi madre en estas semanas asistió a sus citas en el hospital dos veces por semana y gracias al cielo lleva bien su control mientras descubren que es lo que tiene y ver su pueden quitarle ese cáncer antes de que siga comiendo y dañe algún organismo. Aún se supone que tienen tiempo para quemarle, sin embargo al no saber que es lo que esta afectado no pueden trabajar porque sería muy riesgoso para ella. Y me preocupa como también me enfurece a estas alturas ya deberían saber que es lo que mi madre tiene, donde lo tiene y como pueden ayudarla. Yo necesito que me den una noticia, algo que me haga sentir menos
Aún no creía que esa chica que parecía un algodón de azúcar, ojos tan dulces y una sonrisa de niña me hubiera mentido de esta manera.Nota mental: No creerle a las meseras que llevan gomitas con azúcar en un platón.Reía como si mi vida dependiera de ello, no me molestaba en lo absoluto comprender que la adrenalina que recorría todo mi cuerpo fuera causa de una droga la cual sabía deliciosa, me sentía animada con mucha energía y no quería desperdiciar todas las sensaciones que experimentaba mi cuerpo. Mi corazón estaba acelerado, mis hormonas a punto de explorar y necesitaba algo o alguien que me quitara ese sed de lujuria que sentía.No me importaba nada, no me importaba que los chicos me miraran como s no supieran que hacer conmigo, esto era lo más gracioso y fabuloso del mundo.- Marcos besame - pedí colocando mi mano detrás de su nuca atrayendolo a mi rostro para pegar sus labios