"Viví otra vida, y morí." Las palabras se atascaron en mi garganta, sentí que mi padre se quedaba congelado.

Una mirada rápida hacia Ronald, hizo que el Beta cerrara la puerta con llave y agitara las manos. El aire pareció detenerse, pero mis ojos permanecieron fijos en los de mi padre. "Esta mañana desperté seis años antes de mi muerte, después de haber vivido hasta los veinticuatro años, y de haber concebido a mi propio cachorro solo para que mi pareja me lo arrancara del cuerpo."

Los gruñidos de mi padre y Ronald sacudieron las paredes, pero levanté las manos.

"Me traicionó por mi hermanastra, quien lo convenció de que le había sido infiel y de que el cachorro no era suyo. Así que nos mató a ambos utilizando un bisturí de plata, acabando con cualquier amor que pudiera sentir por él al mismo tiempo." Levanté la vista hacia mi padre, y las lágrimas rodaron por mis mejillas.

"Cachorrita." Su voz sonó ahogada, pero levanté la mano.

"No quiero que sea mi pareja, papá. Sé que no sobreviviría, así que necesito cambiar mi destino, y eso comienza ocultando mi aroma. Le dije a mamá lo que necesitaba, y ella te llamó, ¿cómo vas a ayudarme?" Empecé a entrar en pánico. "No quiero morir, no quiero que me arranquen a mi cachorro del vientre solo para que él huela su propio aroma en él, no quiero que me arrebaten la vida de mi cachorro de esa manera, papá. No puedo." Mi alma se desgarró, aunque anhelaba venganza, esa era la primera vez que me permitía llorar la pérdida de mi cachorro.

"Cariño." La voz de Ronald fue apenas un susurro, entonces sentí que mi padre estaba perdiendo el control.

"¿Quién fue?" Su voz era pura oscuridad, salida de las profundidades del mismísimo infierno. Su puño golpeó el escritorio, haciendo crujir la gruesa madera, levanté la vista para encontrar al lobo de mi padre mirándome fijamente.

"¿Quién te lastimó, cachorrita? ¿Quién mató a mi nieto?" La voz de Loki fue más profunda de lo que jamás había escuchado, y sus ojos reflejaban su sed de venganza.

"Lucas, el hijo del Alfa." Susurré la última pieza del rompecabezas que conformaba mi historia.

En ese instante, todo pareció encajar de nuevo. El aire regresó de golpe, y mi padre se transformó en su forma de lobo negro.

Grité mientras Ronald se lanzaba frente a la puerta. Loki gruñó, pero el Beta se mantuvo firme. "No puedes ir a matarlo por algo que aún no ha sucedido, Loki. Sabes cómo funciona esto, tú mismo lo has vivido."

Sin embargo, Loki solo siguió gruñendo.

"Papá, por favor." Le supliqué.

Sabía que si salía, Lucas y Sofía estarían muertos, pero poco después, el consejo nos condenaría. Loki se giró hacia mí y se suavizó al ver la devastación en mi rostro. Se acercó y lamió mis lágrimas antes de regresar detrás del escritorio y transformarse de nuevo.

"Lo siento, Ana, perdí el control por un momento." Abrió una puerta y se puso unos pantalones cortos, después se limpió el rostro antes de sentarse de nuevo. "Supongo que es nuestro turno de confesarte algo."

"¿Papá?" Me sequé las lágrimas y lo miré.

"No soy solo un lobo, aunque, como puedes ver, Loki es una parte muy importante de mí." Su risa fue débil, pero me hizo sonreír. "Mi madre era una chamán de nuestro pueblo, una bruja. Cuando mi padre la vio, sintió que debía estar con ella, aunque solo fuese por una noche. Luego, nací yo."

"¿Una bruja?" Bajé las manos, y vi una pequeña y triste sonrisa en su rostro.

"Sí, la habrías amado, pero las brujas no viven tanto como nosotros, la duración de sus vidas es como la de un humano, un suspiro en el tiempo. Ella se fue mucho antes de que conociera a tu madre." Sacudió la cabeza. "Uno de sus poderes era exactamente lo que describiste, una segunda oportunidad. La Diosa Luna nos lo transmitió con sus poderes, y yo tuve mi oportunidad de revivir cuando tenía tu edad también."

Me sobresalté tras esa afirmación. "¿Qué?"

"Nunca le fui infiel a tu madre." Sus palabras fueron suaves. "Le ordené a un lobo que fingiera que lo había hecho cuando ella vino a mí y me dijo que estaba embarazada. Verás, en mi primera vida, me quedé con ella y tuvimos tres cachorros maravillosos, pero una noche, mis enemigos nos atacaron y los cuatro fueron asesinados." Tragó con dificultad.

"Papá."

"No podía perderte, no a todos mis cachorros, así que cuando desperté cuatro años en el pasado, actué para cambiar tu destino. Tú eras solo una bebé y lastimosamente, no pude salvar a tus hermanos, lo que me destrozó por un tiempo, pero te tenía a ti." Contuvo las lágrimas mientras yo me acercaba a su lado. "Le dije a tu madre que la había traicionado."

"Ella me dijo que lo sintió."

Asintió lentamente con la cabeza. "Cuando un lobo traiciona a su pareja marcada, su pareja siente el peor dolor imaginable."

"Sí, lo siente." Ronald gruñó, por lo que desvié mi mirada hacia su rostro, dándome cuenta de algo.

"Mamá y Manuel."

"No sucede con tanta frecuencia como para que sea un gran problema." Mi padre gruñó.

"Pero sucede lo suficiente como para que sientas el dolor." Ronald gruñó a su vez.

"Mamá no lo sabe." Envolví mis brazos alrededor de mi padre. "Ella nunca lo haría si lo supiera."

"Lo sé, princesa, pero no puedes decírselo. Estoy seguro de que superé mi destino, ya que sobrevivieron al ataque y tú estás aquí... pero ahora, ahora la destrozaría saber la verdad." Mi padre me abrazó un poco más fuerte.

"Entonces, ¿por qué ella sintió que la traicionaste con otra hembra?" Lo abracé de vuelta, pero él solo sacudió la cabeza.

"Usé mi poder para infringirle dolor. Ella lloraba dentro de nuestra habitación, y yo estaba en la habitación de al lado, con mi corazón rompiéndose en pedazos."

"¿Por qué papá?"

"Era separarme de ustedes dos, o perderlas para siempre. Y sabía que aún podría volver ver a mi pequeña." Mi padre se separó del abrazo. "Pero no te lo dije para que te sintieras mal por mí, sino para que supieras que tú también tienes ese poder. Tienes un poder para ocultar tu aroma, al menos. Y te enseñaré a usarlo este verano."

"Gracias, papá."

"No me des las gracias todavía. Este verano probablemente va a ser el peor que hayas tenido en la vida, pero a la larga te salvará."

"Una vez que todo termine, necesito que me prometas algo, papá."

"¿Qué será, calabacita?" Mi padre siempre me ponía nuevos apodos cuando estaba preocupado.

"Después de que haya hecho lo que necesito hacer, le diremos la verdad a mamá."

"Cariño, no podemos hacer eso."

"Ella es más fuerte de lo que crees y nunca siguió adelante. Solo se juntó con Manuel porque pensó que yo necesitaba la protección de un hombre estando en la nueva manada, y no le gustaba la atención que recibía del Alfa."

Mi padre gruñó y golpeó su escritorio de nuevo, luego asintió con la cabeza. "Está bien. Se lo diremos."

"Gracias, papá." Besé su mejilla.

"Ahora ve a instalarte, comenzaremos mañana por la mañana, pero sé que alguien estará golpeando las puertas de la casa de la manada para verte."

Sonreí y negué con la cabeza. Casandra era mi mejor amiga y hermana del alma. "¿Cas?"

"Ha estado ansiosa desde que escuchó que venías, así que ve a verla."

"Los quiero a los dos."

"Nosotros también te queremos, cariño." Ronald besó mi cabeza. "Mataría a tu pareja Alfa si pudiera."

"Causarías una guerra." Sacudí la cabeza y tras un último abrazo de mi padre, salí de su oficina.