Audrey subió a la habitación de Connor con una taza de una deliciosa sopa de pollo y empujó la puerta para entrar, el hombre se veía ojeroso y pálido por la pérdida de sangre y los días sin tomar sol.
A Audrey le pareció que estaba más decaído que en el hospital y se preocupó, se suponía que le caería bien estar en casa.
— Te he traído algo para cenar, espero que te guste, lo preparé yo misma… — Dijo con un poco de modestia — Yo no soy tan buena en la cocina como Rosa, pero creo que no está tan mal — Ella sonrió y se acercó para poner la bandeja cerca de Connor en la mesita de noche.
Él ni siquiera volteó a mirarla, esta vez ella sí notó su acidez y no pudo interpretarla.
Ella se sentó en un lado de la cama junto a él y rodeándolo con sumo cuidado, arre
Rosa sacó a Audrey de la habitación dirigiéndola hacia la primera planta y Bethany, que se había escondido entre las sombras del extremo del largo pasillo, observaba triunfante cómo la chica salía de allí llorando profundamente.« ¡Mi plan ha sido todo un éxito! Tendré que darle un bono extra a John por el trabajo, esto salió mejor de lo que me esperaba, creo que puedo darme un desahogo con él para saciar mis ganas mientras Connor pasa el trago amargo de la traición de su enfermera de quinta! », la venenosa mujer pensó para sus adentros mientras se pasaba la punta de la lengua por el labio inferior de forma instintiva y suspiraba profundamente.Abajo en la cocina Rosa le sirvió un té con limón y muy cargado de azúcar.— Toma, esto te ayudará un poco, estás temblando, niña — Rosa le alargó
Cuando la luz del amanecer le dio en la cara, Audrey apenas comenzaba a quedarse dormida. La pesadez y el hormigueo en las extremidades le producían mucho malestar y el dolor de cabeza era insoportable. Abrió los ojos con dificultad y notó que el día era gris allá fuera y que unos enormes nubarrones oscuros comenzaban a formarse en el cielo.— Definitivamente, este día no va a ser nada bonito — se dijo suspirando y llevándose la mano a la cabeza.Se levantó dando traspiés y buscó entres sus cosas una tableta para la migraña antes de que la volviera loca.Se vistió con lo primero que encontró en su mochila y revisó el móvil. Justo tenía tiempo para ir a ponerle el tratamiento de la mañana a Connor, pero en realidad no quería ni verle la cara después de todo lo que él le había dicho
— Audrey, debes olvidarlo ya — Loretta le dijo dos semanas después mientras la rubia se negaba a salir con ella y con Edie por unos tragos.— Estoy bien, Lore, déjame aquí con mi bote de helado, además, es media semana, sabes que llegaría mañana como una zombi al hospital.— Esa es la excusa más burda que he oído en los últimos días — ella dijo rodando los ojos.— Pero es cierta, además, por la tarde me llamaron del banco y no tengo ánimos de nada, tampoco es como si pudiera gastar el dinero que no tengo, así que ve y disfruta por las dos — Le explico con nostalgia.— No me habías dicho lo del banco, Audrey ¿Qué tan malo es? — Loretta se acomodó a su lado.— Muy malo, tal vez mis padres pierdan definitivamente la casa… — Dijo deprimida dándole vue
Durante los días que siguieron a la conversación de las enfermeras de Pediatría con Audrey la chica debió mantenerse casi escondida de las mujeres para evitar encontrarlas y tener que darles una respuesta. Si iba por un pasillo y alguna de ellas la estaba esperando, debía devolverse y tomar otra ruta.Al principio no era tan molesto, pero poco a poco se convirtió en más que una molestia, ¡Era acoso!La tensión en el trabajo aumentaba a medida que pasaban los días y la rubia no les daba respuesta, además, Madison se enteró de que Audrey había tenido una corta relación con Connor, pero que por alguna razón habían terminado, y alguien mencionó que tal vez la razón era ella, de modo que se activó en sus planes de reconquista sabiendo que ahora solo quedaba Bethany en medio.— Amiga, esto llegó para ti hoy… — Lo
Algunas semanas después, Audrey hacía su ronda como de costumbre cuando se percató de que la orden del tratamiento de tres pacientes no coincidía con los viales que Martha había preparado en el carrito de los medicamentos.Tomó las órdenes médicas, una por una, y revisó con mucho detalle las dosis aprobadas por Sanders y Harrison, y lo que estaba en la charola no se correspondía.Le tomó un minuto en darse cuenta de lo que estaba pasando, ella nunca les dio respuesta a las víboras de Pediatría y ella había buscado a un reemplazo, y claro, ¿Qué mejor que la misma jefa de enfermeras? ¿Quién sospecharía de ella? ¿Quién dudaría de los años de experiencia, y de servicio en la Institución? ¡Nadie!Ella era la persona perfecta para el “trabajito”, a ninguno se ocurriría preguntar
La rubia lo comprendió muy claro el doble mensaje que la pelirroja quiso decirle y se detuvo, ya estaba cansada de la mala vibra, y los altos niveles de toxicidad pululantes en la atmosfera.— ¿Realmente quiere la verdad? ¿O solo necesita otro chisme?— No te comprendo, Audrey, no viene aquí por los chismes, este trabajo es muy serio para mí, son vidas las que está en juego aquí.— Respuesta correcta, Doctora Harrison, porque a mucha gente no le parece importante, y sí, si hay algo que debo denunciar — Dijo mirando a Ben con rostro estoico.Ben tragó saliva, tal vez había estado siendo demasiado duro con Audrey desde hacía tiempo, y no era justo para ella. La había herido muchas veces, y poner en tela de juicio de su integridad era demasiado, tal vez debería parar con eso ya.Ben bajó la mirada al suelo mordiéndose el lab
Connor se quedó dándole vueltas a la conversación de Audrey en su cabeza por el resto del día, e incluso por el resto de la semana.Comenzaba a creer que era una treta para llamar su atención sobre ella o victimizarse por algo hasta que Madison se le acercó el viernes por la tarde antes de terminar el turno.— Connor, ¿Has escuchado algo sobre un problema con los fármacos? — Le preguntó sin darle contexto y él ladeó la cabeza de forma interrogativa.— No he escuchado nada de eso, ¿De qué va? — Respondiéndole con otra pregunta.— Es que me han dicho que al parecer hay incongruencias en los medicamentos que se les está administrando a los pacientes — Dijo por encima sin ahondar en ello.— ¿Qué clase de incongruencias?— De las que tienen que ver con no poner el medicamento que se
Pasado el mediodía, Adams, el administrador, llamo a Audrey a su oficina. Cuando la chica entró sintió la pesadez del ambiente del lugar, era como si la atmósfera estuviera cargada de un compuesto tóxico casi palpable para ella, y evidenciado en el tono de voz del señor Adams, así como de su actitud cortante hacia ella. — Dígame, señor Adams, me dijeron que me había mandado a llamar — Ella dijo al entrar. El hombre la miró por encima de las gafas, como analizándola de arriba abajo y tratando de convencerse de que alguien con ese rostro de ángel no podía ser capaz de semejante plan. — Señorita Audrey Adkins, ¿No es así? La joven asintió con la cabeza. — Sí señor. — Tengo una situación bastante difícil aquí que la relaciona a usted con un problema de índole legal en el hospital. Ella asintió de nuevo pensando que Madison había hablado por ella para que pudiera explicar sus descubrimientos. — No se le ve muy preocupada, se