Audrey empujó la puerta de la habitación de Oliver y entro con cuidado, tratando de no hacer demasiado ruido.El pequeño niño dormía en la cama plácidamente con su pijama de héroes de cómics, y una tenue luz proveniente de la lámpara de su mesita de noche, que proyectaba pequeñas lucecitas como estrellas sobre el techo azul oscuro a manera de cielo nocturno estrellado.Audrey se detuvo frente a la cama e inspiró profundo, tratando de controlar las lágrimas y el nudo en la garganta que amenazaba con ahogarla.Ahora que lo sabía, ahora que estaba al tanto de a quien había pertenecido su corazón, comenzaba a comprender algunas cosas.Nunca fue una mujer agorera, nunca creyó en cosas del más allá, y todavía no lo hacía, pero era imposible no sentir como ese corazón en su pecho latía por el niño que dormía en la cama.Era imposible no tener ese instinto materno ajeno dentro, como si de veras el pequeño Oliver hubiera nacido de ella, de sus propias entrañas.Debió obligarse a tener algo de
— Igual eso no cambia el hecho de que pudo acercarse a mí porque tenía el corazón de Rachel en mi pecho, así que… no puedo estar segura de que me ama a mí, tal vez nunca me ha amado en verdad — La rubia dijo con tristeza.Edie la miró con asombro y tomó sus manos por primera vez, clavando una mirada muy seria en los ojos de la rubia.— Mírame, Audrey, conozco a Connor desde hace mucho tiempo, y puedo asegurarte que ese hombre casi se muere con Rachel, estaba muerto en vida después de que ella se fue, era como un zombi, estaba en automático, nada lo animaba, pasó mucho tiempo queriendo morirse, lo único que no permitió que cometiera una estupidez, fue Oliver…Audrey no pudo evitar que las lágrimas afloraran en sus ojos, Loretta rodeó la mesita del desayunador y se paró junto a ella con las manos en sus hombros.— ¡Él volvió a sonreír contigo! Dificulto mucho que se acercara a ti buscando a Rachel en tu persona, creo que realmente te ama… — la rubia nunca había visto a Edie tan serio de
Audrey se quedó estupefacta. ¿De qué carajos estaba hablando Rosa?— ¿Cómo que Oli no está? pero… ¡Si lo dejé en la cama esta mañana! — Exclamó confundida — ¿Ya buscaste en la piscina?— ¡Sí!— ¿Y en las canchas? — Con un nudo en la garganta.— ¡También! — Aseguró la mujer del otro lado de la línea.— No pudo haber ido lejos, la mansión tiene mucha seguridad, ¡Debe estar en la propiedad! Hay que buscarlo con el personal de seguridad — Soltó como un tropel estropeando las palabras mientras corría hacia la salida del hospital.— Audrey, sé que tienes problemas ahora con Connor, pero ¿Vendrás a casa? — Rosa preguntó, se sentía desierta llevando a cuestas ella sola con la desaparición del niño, apenas había avisado a Connor y él iba en camino, y Beth… bueno, ni siquiera le había visto la cara en todo el día.— ¡Ni siquiera me lo preguntes, Rosa! Iré de inmediato, pero no esperes a que llegue, hay que buscarlo, puede haberse lastimado, o puede estar corriendo peligro — La rubia sentía como
— ¿De manos atadas? ¿Qué quiere decir con eso? — Connor soltó al borde de la angustia.— Que, si el niño no está aquí, señor Evans, no será fácil seguirle la pista, dependerá de los secuestradores y de cuando se quieran comunicar, debemos actuar rápido.Connor soltó una maldición y se dejó caer en el sillón con el rostro entre las manos, mientras Hunter daba instrucciones a su equipo y se movilizaban rápidamente por las inmediaciones.— Doctor, Evans, sé que está muy preocupado, ¡Pero necesito esos planos ahora! — Hunter le dijo tocándole el hombro.Connor levantó la cabeza y su vista se dirigió hasta un estante cerrado de puertas de madera de caoba tallada.— Ahí — Dijo saltando de la silla — Ahí están los planos de la propiedad, pero habrá que sobreponerlos, mi padre le hizo adiciones a la casa principal, y la propiedad ha cambiado con el paso de los años, me preocupan los desagües de la laguna y la piscina, y también los de las caballerizas, se supone que todo está sellado, pero so
— Audrey, escúchame — Connor se acercó a ella con cuidado, no sabía si la chica todavía estaba molesta con él por la situación del día anterior — Es ella, ¡solo Beth caminaría hasta el lugar más alejado de la propiedad en tacones!— Connor, estás haciendo una acusación ridícula, ella no puede haber planeado algo contra su propio sobrino — Audrey se echó para atrás un paso.— Necesito que busquen a la señorita Bethany en la propiedad, doctor, llame usted a su teléfono, debemos salir de las dudas — Ordenó Hunter mientras Audrey seguía negando con la cabeza sin que le entrara la idea de que la mujer había sido capaz de secuestrar al pequeño Oliver.Connor sacó el móvil del bolsillo y marcó a Beth, el teléfono sonó varias veces y hasta que ella respondió.— ¿Connor? Dime, ¿Qué necesitas?— ¿Dónde estás? — ÉL preguntó con tono seco y autoritario.La mujer sonrió de satisfacción, ahora la llamaba a ella, y solo con haber hecho un pequeño movimiento, ese plan le daría buenos resultados.— En
— ¿Y luego, que, señorita Bethany? — Hunter preguntó con ironía — Si no nos da al niño primero, no pondrá un pie fuera de esta propiedad — Le advirtió.— ¡Si no me da lo que le pido, no solo le cortaré el cuello a esta tonta, sino que nunca sabrán en donde está al mocoso! — Replicó.— Beth, ¿Por qué lo haces? Acaso, ¿No te he tratado como a una hermana? — Connor preguntó al borde de la desesperación.— Como a una hermana… ¡Ja! Nunca quise que me trataras como a una hermana, Connor, ¡Quería ser la que llevara la alianza en el dedo! Pero, en cambio, te enamoraste de la insípida de Rachel, una mujer tan básica como ella, tan predecible, tan… sosa…Connor tragó saliva al descubrir los oscuros sentimientos de Bethany por su hermana muerta.— Beth, ¿Cómo puedes decir eso de tu propia hermana? — confundido.— ¿Crees que esperé durante años a que te fijaras en mí solo para perder mi tiempo y mis esfuerzos? ¡No! Hice lo posible, ¡Y también lo impensable! Manché mis manos con la sangre de mi pr
— Lamento tener que darle esta noticia, y sobre todo en su caso, creo firmemente que una joven como usted debería tener más oportunidades, pero esto se escapa de mis manos, señorita Adkins. — El galeno dijo pausadamente y con un deje de amargura en la boca. Audrey observó sus profundos ojos grises y esperó tensa a que sus labios se separaran de nuevo para terminar de hablar. — Hemos llegado al punto de no retorno. Me temo que no hay otra solución… — ¿A qué se refiere, doctor? — La chica rubia de hermoso y pálido rostro se inclinó hacia adelante en la silla, nerviosa por saber más. El Dr. Connor bajó la vista sobre la superficie del escritorio, verdaderamente incómodo con la situación. — Necesita un trasplante de corazón, no hay otra forma de solucionar su estado actual de salud… — ¡Pero doctor, usted es un excelente médico! Yo sé que, con un buen tratamiento… ¡Quiero decir, haré todo lo que me diga! — Lo sé, eres de los pocos pacientes que se apaguen religiosamente a las instruc
La luz lastimó sus ojos, la silueta de un hombre guapo y su voz profunda y masculina la hizo entender en dónde estaba. —¿Audrey? ¿Cuántos dedos ves aquí? — Le preguntó mientras le alumbraba el rostro con su linterna. —¿Doctor Connor? —¿Qué hacías en la piscina? — Le reprendió con la dulzura que lo caracterizaba. —Yo… —Debes cuidarte, no puedes arriesgarte de esa manera — el rostro afable y dulce de Connor la hizo sentir irresponsable — Debo estar seguro de tu seriedad con esto… —¡Estoy comprometida! ¡Lo prometo! Connor sonrió y a la chica le pareció que la sonrisa iluminaba su cara. Tenía hombros anchos, buena estatura, brazos fuertes, mentón angulado y labios llenos, y su mirada le daba tanta confianza y esperanza que la rubia se perdió por un momento en el gris de sus ojos como si fuera una adolescente. —Está bien, confío en ti, tu amiga me ha contado lo que pasó— Sin perder su amabilidad y su buen talante. Audrey tragó grueso. —Me dijo que estabas muy triste por lo que hab