Audrey saltó de la cama y se duchó a todo correr, en menos de tres minutos ya había empacado su pocas y sencillas pertenencias en una pequeña maleta y para cuando salió de la habitación Loretta la esperaba con un Sándwich y un café.
— Loretta, no tengo tiempo… — Le dijo avergonzada.
Su amiga se plantó en la puerta y poniendo las manos en jarra.
— Perdón, amiga, pero de aquí no sales sin comerte eso — Mirándola con seriedad.
— ¡Pero Lore! — Ella protestó.
— Audrey, estás agotada y apenas terminaste los antibióticos. Debes alimentarte, no estás durmiendo bien, tampoco estás comiendo lo suficiente, por favor, ¡Tienes que cuidarte un poco! — Le dijo preocupada.
Audrey puso los ojos en blanco y se sentó delante del Sándwich haciendo caras.
Beth estaba esperando el momento exacto para actuar. Tan pronto el enorme cuerpo de John ocultó a la delgada y estilizada figura de la rubia envolviéndola con sus fornidos brazos y besándola ardientemente, se paró justo frente a Connor haciendo de cuenta que no tenía idea de lo que él estaba viendo.—¿Connor, estás bien? — le preguntó cortándole la visibilidad hacia la puerta de cristal y viceversa.La mirada triste de Connor cayó al suelo, ya había visto suficiente mientras negaba con la cabeza.—No, no me siento bien, ¿Puedes llamar de nuevo al chofer? Necesito irme ya a casa — pidió con voz apagada.—¿Y Audrey? — Metió ella el dedo justo en la llaga supurante — ¿No vamos a esperarla? Seguramente estará muy preocupada por ti si no va con nosotros, Connor... — Completó la fras
La mirada de Connor se perdió por la ventana, el chofer cayó en un bache y el auto se tambaleó haciendo que se llevara la mano automáticamente a una de las heridas cuando sintió el pinchazo. Pero eso no era comparado con lo que ella le estaba causando.Casi había muerto de dolor cuando Rachel murió, y pensó que nunca llegaría a superarlo, pero entonces la ilusión toco a su puerta con la figura de una hermosa joven a quien creyó diferente, pero se había equivocado. Seguramente la chica se había acercado a él desde el principio solo por dinero¡Y pensar que el corazón de Racel latía ahora en el pecho de alguien que no lo merecía, un corazón puro como el de Rachel en el cuerpo de una traidora, y una mentirosa!Él solo pudo ahogarse en sus pensamientos hasta que llegaron a la mansión, pero cuando el auto de Beth aparc&oacu
Audrey subió a la habitación de Connor con una taza de una deliciosa sopa de pollo y empujó la puerta para entrar, el hombre se veía ojeroso y pálido por la pérdida de sangre y los días sin tomar sol.A Audrey le pareció que estaba más decaído que en el hospital y se preocupó, se suponía que le caería bien estar en casa.— Te he traído algo para cenar, espero que te guste, lo preparé yo misma… — Dijo con un poco de modestia — Yo no soy tan buena en la cocina como Rosa, pero creo que no está tan mal — Ella sonrió y se acercó para poner la bandeja cerca de Connor en la mesita de noche.Él ni siquiera volteó a mirarla, esta vez ella sí notó su acidez y no pudo interpretarla.Ella se sentó en un lado de la cama junto a él y rodeándolo con sumo cuidado, arre
Rosa sacó a Audrey de la habitación dirigiéndola hacia la primera planta y Bethany, que se había escondido entre las sombras del extremo del largo pasillo, observaba triunfante cómo la chica salía de allí llorando profundamente.« ¡Mi plan ha sido todo un éxito! Tendré que darle un bono extra a John por el trabajo, esto salió mejor de lo que me esperaba, creo que puedo darme un desahogo con él para saciar mis ganas mientras Connor pasa el trago amargo de la traición de su enfermera de quinta! », la venenosa mujer pensó para sus adentros mientras se pasaba la punta de la lengua por el labio inferior de forma instintiva y suspiraba profundamente.Abajo en la cocina Rosa le sirvió un té con limón y muy cargado de azúcar.— Toma, esto te ayudará un poco, estás temblando, niña — Rosa le alargó
Cuando la luz del amanecer le dio en la cara, Audrey apenas comenzaba a quedarse dormida. La pesadez y el hormigueo en las extremidades le producían mucho malestar y el dolor de cabeza era insoportable. Abrió los ojos con dificultad y notó que el día era gris allá fuera y que unos enormes nubarrones oscuros comenzaban a formarse en el cielo.— Definitivamente, este día no va a ser nada bonito — se dijo suspirando y llevándose la mano a la cabeza.Se levantó dando traspiés y buscó entres sus cosas una tableta para la migraña antes de que la volviera loca.Se vistió con lo primero que encontró en su mochila y revisó el móvil. Justo tenía tiempo para ir a ponerle el tratamiento de la mañana a Connor, pero en realidad no quería ni verle la cara después de todo lo que él le había dicho
— Audrey, debes olvidarlo ya — Loretta le dijo dos semanas después mientras la rubia se negaba a salir con ella y con Edie por unos tragos.— Estoy bien, Lore, déjame aquí con mi bote de helado, además, es media semana, sabes que llegaría mañana como una zombi al hospital.— Esa es la excusa más burda que he oído en los últimos días — ella dijo rodando los ojos.— Pero es cierta, además, por la tarde me llamaron del banco y no tengo ánimos de nada, tampoco es como si pudiera gastar el dinero que no tengo, así que ve y disfruta por las dos — Le explico con nostalgia.— No me habías dicho lo del banco, Audrey ¿Qué tan malo es? — Loretta se acomodó a su lado.— Muy malo, tal vez mis padres pierdan definitivamente la casa… — Dijo deprimida dándole vue
Durante los días que siguieron a la conversación de las enfermeras de Pediatría con Audrey la chica debió mantenerse casi escondida de las mujeres para evitar encontrarlas y tener que darles una respuesta. Si iba por un pasillo y alguna de ellas la estaba esperando, debía devolverse y tomar otra ruta.Al principio no era tan molesto, pero poco a poco se convirtió en más que una molestia, ¡Era acoso!La tensión en el trabajo aumentaba a medida que pasaban los días y la rubia no les daba respuesta, además, Madison se enteró de que Audrey había tenido una corta relación con Connor, pero que por alguna razón habían terminado, y alguien mencionó que tal vez la razón era ella, de modo que se activó en sus planes de reconquista sabiendo que ahora solo quedaba Bethany en medio.— Amiga, esto llegó para ti hoy… — Lo
Algunas semanas después, Audrey hacía su ronda como de costumbre cuando se percató de que la orden del tratamiento de tres pacientes no coincidía con los viales que Martha había preparado en el carrito de los medicamentos.Tomó las órdenes médicas, una por una, y revisó con mucho detalle las dosis aprobadas por Sanders y Harrison, y lo que estaba en la charola no se correspondía.Le tomó un minuto en darse cuenta de lo que estaba pasando, ella nunca les dio respuesta a las víboras de Pediatría y ella había buscado a un reemplazo, y claro, ¿Qué mejor que la misma jefa de enfermeras? ¿Quién sospecharía de ella? ¿Quién dudaría de los años de experiencia, y de servicio en la Institución? ¡Nadie!Ella era la persona perfecta para el “trabajito”, a ninguno se ocurriría preguntar