— ¿Audrey? Amiga, ¿Qué sucede? — Alice insistió al verla con un nudo en la garganta.
Audrey negó con la cabeza.
— Audrey — La chica abrió los brazos y la envolvió con cariño — Amiga, no puedes seguir así, vas a recaer con tu salud, necesitas descansar, si quieres yo terminaré de poner los tratamientos que te faltan para que te vayas un poco más temprano, el doctor Sanders te dará el permiso, él sabe que estás recuperándote.
La rubia negó de nuevo con la cabeza.
— No, no es necesario, ya casi termino, no quiero más problemas, Martha me tiene entre ojos, solo espera a que cometa un error, no puedo darle razones para que me levante un informe, no puedo perder mi empleo, Alice…
La morena la miró con compasión, los chismes en los pasillos eran de calibre treinta y ocho, largo y sin silenciador, ¡A todo pulmón!
— No quiero decir: “te lo dije”, Audrey, pero…
— Sí, lo sé, me lo advertiste… ¡Pero es que yo todavía no entiendo! — Soltó a
A Connor le pareció súper dulce el hecho de la que rubia se sintiera celosa, era una buena señal de que su interés en él era genuino.— Connor, deja ya de reírte de mí — Le dijo ofuscada.— Lo siento, no es de ti que me río exactamente, ¡Es que me pareces de lo más adorable!— Pues si te hago una escenita de celos no te va a parecer adorable, ¡Eso te lo aseguro! — le dijo haciendo un mohín que a él le pareció una invitación para besarla, pero hubo de aguantarse las ganas porque todavía no podía levantarse por sí solo.— Incluso si la hicieras me seguirías pareciendo adorable, Audrey, de hecho, me honra que te sientas celosa por mí.— No vas a contentarme con tu palabrería refinada, Connor Evans, todavía me molesta ¡La pelos encendidos, esa!Conn
Tal como Connor había intuido, Henrry le dio el alta dos días después, la rubia había tenido turno la noche anterior, y como había estado tan cansada y además todavía estaba recuperándose, le había dicho a Connor que necesitaba dormir un rato en la mañana, de modo que él decidió no molestarla.Henrry había llegado con el folder en la mano y las buenas noticias:— Creo que ya te puedes ir a casa, amigo, ¡Será mejor que Audrey te cuide bien! — Sanders le dijo a manera de juego mientras Bethany recogía todas sus cosas y las guardaba en la maleta — Estoy seguro de que te hará mucho bien estar con ella, ¡Campeón! — dándole un ligero golpecito en el hombro.La mujer se tensó como la cuerda de un violín y respiró profundo para no dejar ver su malestar emocional y su ira que luchaba por esc
Audrey saltó de la cama y se duchó a todo correr, en menos de tres minutos ya había empacado su pocas y sencillas pertenencias en una pequeña maleta y para cuando salió de la habitación Loretta la esperaba con un Sándwich y un café.— Loretta, no tengo tiempo… — Le dijo avergonzada.Su amiga se plantó en la puerta y poniendo las manos en jarra.— Perdón, amiga, pero de aquí no sales sin comerte eso — Mirándola con seriedad.— ¡Pero Lore! — Ella protestó.— Audrey, estás agotada y apenas terminaste los antibióticos. Debes alimentarte, no estás durmiendo bien, tampoco estás comiendo lo suficiente, por favor, ¡Tienes que cuidarte un poco! —Le dijo preocupada.Audrey puso los ojos en blanco y se sentó delante del Sándwich haciendo caras.
Beth estaba esperando el momento exacto para actuar. Tan pronto el enorme cuerpo de John ocultó a la delgada y estilizada figura de la rubia envolviéndola con sus fornidos brazos y besándola ardientemente, se paró justo frente a Connor haciendo de cuenta que no tenía idea de lo que él estaba viendo.—¿Connor, estás bien? — le preguntó cortándole la visibilidad hacia la puerta de cristal y viceversa.La mirada triste de Connor cayó al suelo, ya había visto suficiente mientras negaba con la cabeza.—No, no me siento bien, ¿Puedes llamar de nuevo al chofer? Necesito irme ya a casa — pidió con voz apagada.—¿Y Audrey? — Metió ella el dedo justo en la llaga supurante — ¿No vamos a esperarla? Seguramente estará muy preocupada por ti si no va con nosotros, Connor... — Completó la fras
La mirada de Connor se perdió por la ventana, el chofer cayó en un bache y el auto se tambaleó haciendo que se llevara la mano automáticamente a una de las heridas cuando sintió el pinchazo. Pero eso no era comparado con lo que ella le estaba causando.Casi había muerto de dolor cuando Rachel murió, y pensó que nunca llegaría a superarlo, pero entonces la ilusión toco a su puerta con la figura de una hermosa joven a quien creyó diferente, pero se había equivocado. Seguramente la chica se había acercado a él desde el principio solo por dinero¡Y pensar que el corazón de Racel latía ahora en el pecho de alguien que no lo merecía, un corazón puro como el de Rachel en el cuerpo de una traidora, y una mentirosa!Él solo pudo ahogarse en sus pensamientos hasta que llegaron a la mansión, pero cuando el auto de Beth aparc&oacu
Audrey subió a la habitación de Connor con una taza de una deliciosa sopa de pollo y empujó la puerta para entrar, el hombre se veía ojeroso y pálido por la pérdida de sangre y los días sin tomar sol.A Audrey le pareció que estaba más decaído que en el hospital y se preocupó, se suponía que le caería bien estar en casa.— Te he traído algo para cenar, espero que te guste, lo preparé yo misma… — Dijo con un poco de modestia — Yo no soy tan buena en la cocina como Rosa, pero creo que no está tan mal — Ella sonrió y se acercó para poner la bandeja cerca de Connor en la mesita de noche.Él ni siquiera volteó a mirarla, esta vez ella sí notó su acidez y no pudo interpretarla.Ella se sentó en un lado de la cama junto a él y rodeándolo con sumo cuidado, arre
Rosa sacó a Audrey de la habitación dirigiéndola hacia la primera planta y Bethany, que se había escondido entre las sombras del extremo del largo pasillo, observaba triunfante cómo la chica salía de allí llorando profundamente.« ¡Mi plan ha sido todo un éxito! Tendré que darle un bono extra a John por el trabajo, esto salió mejor de lo que me esperaba, creo que puedo darme un desahogo con él para saciar mis ganas mientras Connor pasa el trago amargo de la traición de su enfermera de quinta! », la venenosa mujer pensó para sus adentros mientras se pasaba la punta de la lengua por el labio inferior de forma instintiva y suspiraba profundamente.Abajo en la cocina Rosa le sirvió un té con limón y muy cargado de azúcar.— Toma, esto te ayudará un poco, estás temblando, niña — Rosa le alargó
Cuando la luz del amanecer le dio en la cara, Audrey apenas comenzaba a quedarse dormida. La pesadez y el hormigueo en las extremidades le producían mucho malestar y el dolor de cabeza era insoportable. Abrió los ojos con dificultad y notó que el día era gris allá fuera y que unos enormes nubarrones oscuros comenzaban a formarse en el cielo.— Definitivamente, este día no va a ser nada bonito — se dijo suspirando y llevándose la mano a la cabeza.Se levantó dando traspiés y buscó entres sus cosas una tableta para la migraña antes de que la volviera loca.Se vistió con lo primero que encontró en su mochila y revisó el móvil. Justo tenía tiempo para ir a ponerle el tratamiento de la mañana a Connor, pero en realidad no quería ni verle la cara después de todo lo que él le había dicho