Me despierto desorientada, sin saber muy bien dónde me encuentro y sola, bueno, sola no, a mi lado descansa un precioso crisantemo rojo. Imposible no enamorarse cada día más de él. Voy al baño para terminar de despertarme y cuando vuelvo a la pequeña habitación del avión, mi amor me espera con una pequeña taza de té en sus manos.
—Debemos ir a los asientos, ya casi llegamos. Me disculpo por el tamaño de la taza, debo hacer que compren a tu gusto aquí también. —Me da un ligero beso en los labios y me apuro en disfrutar de esta delicia liquida antes de salir del cuarto.
Arribamos al aeropuerto JFK de New York y son alrededor de las nueve de la noche del sábado, un día antes de fin de año. Me despido deseándoles unas felices fiestas a Ryan y Tom, quienes nos acompañaron y llevaron nuestras maletas hasta el auto de Vikto
Amanece otro día, pero no es un día cualquiera. Esté día… de todos los días de año, es cuando peor lo paso. No quiero abrir mis ojos y darme cuenta de que es un año más, que mis padres no estarán para abrazarme. La luz del Sol entra por la gran ventana de la habitación, aunque no directamente, lo que me extraña e igual estoy sola como cada año. Me tapo la cara con la almohada. No quiero levantarme; no quiero enfrentarme a un día más de ausencias.Intento girar, pero unos brazos impiden mi movimiento y noto que el olor que tiene esta almohada no es el de mi cama, sino el de Viktor. Viktor está conmigo, sentirlo sujetándome, atándome a este mundo, calma mi desasosiego ante este terrible día. Tiro la almohada al piso y me aferro a sus brazos como si mi vida dependiera de ello.Estando en sus brazos, con la espalda en su pech
Las horas cocinado junto a Irina y Viktor son las más entretenidas que he pasado en una cocina. Están empecinados en hacerme vivir su fin de año ruso. En mi casa las tradiciones no era lo que predominaba, siempre se hizo la típica cena y nos reuníamos con los familiares que estuvieran de paso por la ciudad, pero por lo general éramos los tres.Recuerdo que solo en una ocasión vinimos a la ciudad a ver la famosa bola del edificio One Times Square que se eleva a las seis de la tarde y, a las veintitrés horas con cincuenta y nueve minutos, desciende durante sesenta segundos. Tenía doce años en esa ocasión, pero creo que fue mucho tumulto para mí, así que no quise regresar a revivir la experiencia, a pesar de que el espectáculo fue genial.Irina pone música en el sistema de sonido que tiene Viktor instalado en el apartamento, se escucha incluso en los b
Las horas cocinado junto a Irina y Viktor son las más entretenidas que he pasado en una cocina. Están empecinados en hacerme vivir su fin de año ruso. En mi casa las tradiciones no era lo que predominaba, siempre se hizo la típica cena y nos reuníamos con los familiares que estuvieran de paso por la ciudad, pero por lo general éramos los tres.Recuerdo que solo en una ocasión vinimos a la ciudad a ver la famosa bola del edificio One Times Square que se eleva a las seis de la tarde y, a las veintitrés horas con cincuenta y nueve minutos, desciende durante sesenta segundos. Tenía doce años en esa ocasión, pero creo que fue mucho tumulto para mí, así que no quise regresar a revivir la experiencia, a pesar de que el espectáculo fue genial.Irina pone música en el sistema de sonido que tiene Viktor instalado en el apartamento, se escucha incluso en los b
Arriba hace un frío increíble, sin embargo, la vista vale la pena. Alineados en el borde de la cornisa están los fuegos que se encenderán después. ¡Son muchísimos! Mientras esperamos que den las doce, nos dedicamos a escribir nuestros deseos, para cumplir con sus tradiciones.¡Estoy muy agradecida y emocionada de hacer esto por primera vez! Tanto que no sé qué pedirle a la vida, excepto poder seguir viviendo un momento como éste por muchos años más. Cuando termino de plasmar mi deseo, es el turno de Irina, quien escribe afanada en el pequeño trozo de papel. Viktor está sirviendo las tres copas, para tomar su turno después de su hermana, con mi papel en la mano y Viktor, acercándome la copa y el mechero; nos vamos hasta el hueco de la escalera, donde hay menos viento.—Espero de todo corazón, que tus deseos se cumplan, si no,
La semana siguiente fue una locura total, adaptarme a la invasión rusa no fue fácil. Y menos sin tener trabajo real que hacer. Nada excepto aprender a manejar a estos hermanos que se aman y se odian como cualquier familia. Armamos el árbol en el apartamento de Novikov Enterprise, vale decir que nos quedó hermoso.Compré regalos para Irina y Viktor, los pusimos debajo, hasta el momento de abrirlos. En cuanto a mis noches, como todas las noches desde el viaje a Rusia, han estado llenas de amor y compañía. Viktor es un hombre atento y dulce al igual que posesivo y temperamental. Pero ya es hora de volver a la rutina, estoy en un carrusel de emociones, tengo miedo de preguntar, ¿y, ahora qué?Es domingo por la noche y estamos cenando en mi apartamento, Viktor nota que estoy un poco ausente y es el primero que rompe el silencio.—¿Por qué tan pensativa? Has estado muy
Luego de nuestra sesión de sex video, nos concentramos en el trabajo, me pidió varios encargos investigativos por posibles clientes y por supuesto, me recordó el de la sucursal de Moscú a cargo de su amigo Alexey Petrov.Termino con rapidez los asuntos menos importantes para concentrarme en el más urgente. Tengo un mal presentimiento con este asunto. Durante toda la mañana y gran parte de la tarde me concentro en revisar, investigar y escudriñar todo cuanto pude de la vida de Alexey Petrov y la gente que lo rodea, para mi desgracia, la de Viktor y su compañía, no es nada bueno.Este ruso está lleno de porquería hasta el cuello, ha estado acusado por extorción y un par de delitos de guante blanco, sin embargo, unos días antes de los tres juicios que se le han intentado montar, la parte acusatoria retira los cargos y ha salido indemne, de todos… est
El «dame unas horas» de Billie, se convirtieron en varios días. Varios días de comerme las uñas y de buscar yo misma información que nos pudiera ayudar. Encontré muchos otros detalles de la vida personal de Alexey Petrov.Fue un chico acomodado económicamente, su padre trabajaba con el padre de Viktor, en áreas distintas; el señor, Anthon Novikov, era el director del área de transporte de material de construcción y el señor, Ivor Petrov, padre de Alexey, en la comercialización de este material. Trabajo de oficina casi siempre, que le permitía vivir de forma holgada con su esposa y dos hijos, Vladimir y Alexey, siendo este último el menor.Alrededor de quince años atrás, la tragedia golpeó a la puerta de los Petrov, el hermano mayor murió, en el acta de defunción consta que fue una sobredosis de heroína.
Imprimo el archivo que me envió Billie, sin leerlo, necesito acostarme un rato y no quiero trabajar en las computadoras, también imprimo lo que averigüé del caso Alexey Petrov. Estoy de camino a la habitación, cuando suena el teléfono intercomunicador.—¿Hola? ¿McKenzie Karlson? —pregunta voz de un chico.—Sí. Soy yo, ¿qué desea?—Entrega de la farmacia.¡Ya llegó! La mano me tiembla al accionar el botón de apertura para dejar pasar al muchacho.Con la bolsa en mano y los papeles en la otra, prefiero ir a mi habitación. Cuanto antes salga de la incertidumbre es mejor, así que decido hacerme las pruebas caseras de embarazo antes de leer los papeles. Compre cuatro de diferentes marcas por si alguna falla.Estoy sentada en mi cama, después de poner en orden las pruebas par