Corrí rápido hacia la primer habitación disponible e intenté cerrar la puerta sin éxito, esa mujer me da más miedo que cualquier brankuniano.
—¡Yo sabía que usted no es de fiar! —grité cuando vi que se acercaba a mí peligrosamente.
—¿Yo? —rió sarcástica —claro que soy de fiar, cariño, ven; hasta te daré un abrazo y un beso.
—Usted está demente, ¿Por qué no se busca un brankuniano fuerte y poderoso?¿Qué tal Ned eh?¿Ya pensó en él?
—No puedo pensar en otro que no seas tú.
Caminó hacia mí y yo me coloqué del lado contrario de una mesa.
—Pero míreme, soy muy débil y ni siquiera soy guapo —hablé con dificultad mientras comenzaba a sudar.
—A mí me encantan los hombres así, débiles, así los puedo dominar tan fácil.
—Pero usted es una diosa, podría dominar a cualquiera que deseara... Usted es tan poderosa que puede convertirse en el animal que desee, en el más poderoso y...
—¡Ya cállate! Ya te dije que yo te quiero a ti y ya. Y vete olvidando de salir de aquí otra vez —replicó con enojo.
—¡Eso es imposible! Usted no puede hacer eso por más diosa que sea —grité intentando sacar valor de dónde pude.
—¿Me acabas de gritar? —negó con la cabeza mientras sonreía con gracia —mala elección, pequeño.
En menos de lo que tardo en dar dos parpadeos ella ya está convertida en un águila extremadamente enorme, retrocedí con tanta brusquedad que caí sobre unos cuantos adornos de plata, y mis ojos parecían que saldrían de sus cuencas.
Me convertí en el mediocre lobo que era y no luché solo corrí como pude hacia la salida mientas ella solo me veía e inclinaba la cabeza, cuando ya casi estaba afuera sentí un pico clavándose en mi espalda... O mi lomo, a estas alturas no sé ni cómo llamarlo... Fuí levantado con brusquedad y emití un chillido de dolor, caí en el duro suelo después de ser soltado y me convertí en humano para poder ver mi herida con más claridad, ella también lo hizo.
—Vamos, inténtalo de nuevo, perrito —dijo mientras se inclinaba para verme tirado en el suelo.
Me molesté tanto que ignoré mi dolor y volví a convertirme en lobo para correr de nuevo. Cinco segundos después ya estaba tirado en el piso con una herida más grave que la anterior.
—¡Me lleva la maldita v...
—Sin groserías aquí, cariño —me interrumpió —¿Ya ves? Jessie nunca regresará aquí y tú no saldrás.
—Jessie —susurré.
Corrí como un demonio una vez convertido en lobo por tercera vez y pasé por encima de ella desgarrándole el vestido, fuí tan rápido que no le dió ni siquiera tiempo de hacer nada.
Llegué afuera del lugar y saqué la navaja de mi bolsillo lo más rápido que pude para poder ir a La Tierra antes de que Sanarty saliera y me matara de un solo golpe. Entré tan rápido al portal que caí de boca sobre mi escritorio y me di un buen golpe con algunos clavos, ahora sí tenía heridas todas las partes de mi cuerpo pero no me importó y corrí hacia fuera de la casa.
—¿Para dónde vas tan golpeado? —preguntó mi padre cuando solo me faltaban cinco pasos para llegar a la puerta.
—¿Te interesa?
—¿Ahora que te pasa?
—No ¿Ahora qué te pasa a ti? De repente te preocupan tus hijos —apreté mi mandíbula para intentar no decir nada más.
—Siempre me han preocupado Louis y tú ¿A qué viene eso?
—¿A qué viene?¡Te diré a que viene eso! No haces nada, todo se lo dejas a mamá y todos sabemos que te casaste con ella solo porque es de Brankus y tú solo eres... Un humano asqueroso.
—Eso no es cierto, querido hijo —dijo con malicia —eso no es para nada cierto, yo adoro a tu madre y también a ustedes.
—¿Adoras a mi madre o adoras los diamantes y el oro que trae de Brankus?
El lo pensó un momento mientras caminaba por la habitación y luego rió —Tienes razón... No me importa esa estúpida Brankuniana... Pero vamos, la pude penetrar... La pude embarazar...
No soporté más y me lancé sobre el para golpearlo pero fuí recibido con un golpe fuerte y caí al suelo.
—¡Eres un maldito! —grité desde abajo.
—¿Qué pasa, perrito?¿No tienes tus poderes aquí?¡Pobre cachorrito! —dijo sarcástico llendoce.
Una vez se fue no pude evitar que una lágrima de frustración y odio saliera de mis ojos pero la limpié rápidamente. No sé cómo mamá no se da cuenta del parácito que tiene en casa.
Respiré hondo, ni siquiera podía ir a la fuente de Jadí para poder curarme, no puedo ir a Brankus por ahora. Me levanté como pude y tomé el pedazo de tela todo rasgado, no se sentía como cualquier pedazo de tela común, este era distinto, sueve pero no cualquier suavidad, era mágica como tomar un pedazo de cielo entre los dedos.
Hice una mueca de dolor al abrir la puerta pero ignoré todo y caminé lo más rápido que pude a casa de Jessie, cuando llegué toqué la puerta apresuradamente.
—Hola, Alexander —me dijo la mamá de Jessie al verme una vez abrió la puerta principal de la casa.
—¿Está Jessie?
—Sí está en su habítacion pero...
—¡Gracias! —dije casi tirando a la señora Robert a un lado.
Subí las escaleras de dos en dos y llegué a la habítacion de Jessie, planee abrir la puerta de golpe pero me contuve cuando puse la mano en el picaporte, toqué la madera suavemente.
—Jessie, soy Alexander ¿Puedo pasar?
—Pasa.
Abrí la puerta rápido y entré —¡No me lo vas a creer!
—¿Ahora que te sucedió? —dijo girando la silla y dejándose ver en una pequeña falda color lila y una camiseta de tirantes color blanca junto con sus calcetines del mismo color.
Abrí los ojos de par en par y por un momento me quedé como estúpido viéndola, ¿Por qué me ocurrió eso?
—¿¡Qué te pasó!? —preguntó e hizo que salirme de mis pensamientos —¿Por qué estás todo golpeado?
—Yo... Tuve una pelea.
—¿Con quién?¿Y por qué no fuiste a la fuente de Jadí?
Se acercó y tocó algunas heridas de mi rostro, me puse más nervioso de lo que estaba antes.
—Fue con Sanarty.
—¿Disculpa?
—Me peleé con Sanarty.
Rió y negó para alejarse —No hables estúpideces.
—¡Es en serio!¡Ella no te quiere en Brankus porque se quiere casar conmigo!
Rió alocadamente —¿Estás bromeando? —preguntó una vez calmó un poco su risa —¿Tú?¿Se quiere casar contigo?¡¿Una diosa se quiere casar contigo?! —volvió a reír.
—Es en serio... ¡Te lo juro!
—Deja de fumar de esas mierdas, Chander, te hacen alucinar horriblemente.
Rodé los ojos y saqué el pedazo de tela de mí bolsillo —¿Sabes que es esto?
—Sí, un pedazo de tela.
—Miralo bien... ¿A qué te recuerda?
Ella lo examinó con la vista cautelosamente.
—Se parece a un pedazo del vestido de Sanarty, pero eso no me dice nada, hay mucha tela que se parece.
—Tocala, ven tocala y dime que es cualquier pedazo de tela.
Me vio con molestia y me lo arrebató.
—Pues sí... Se siente... Muy... Extraño —frunció el ceño —es demasiado... Increíble.
Me vio con preocupación
—Es un pedazo del vestido de Sanarty y tal vez el objeto que te llevará a Brankus otra vez.
—¿De qué hablas?¿De qué diablos estás hablando?
—El hombre de anoche me dijo que si le llevaba un pedazo de tela... Bueno eran dos pero que corte ese ¿No? —me encogí de hombros y negué para seguir la historia —del vestido de Sanarty iba a hacer que tú entras a Brankus nuevamente.
—¡Sanarty pudo haberte matado, idiota!¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! No debiste haber eso, Alexander.
—No me digas Alexander, se siente mal, dime Chander...
—Te estoy hablando en serio, eso que hiciste fue muy arriesgado.
—No fui solo.
—No me digas que te acompañó el inútil de Frank.
—Sí...
—¡Todos sabemos que Frank es muy débil y un cobarde por eso no lo eligieron para poder entrar al escuadrón! Seguramente salió corriendo.
Tragué saliva y me encogí de hombros con vergüenza, era cierto, ni siquiera sé por qué llevé al imbésil de Frank.
—¿Como sea, vamos a hablar con el hombre de ayer o qué?
—No lo sé... No me da muy buena espina.
—Ayer fuiste la primera en salir del bar diciendo que tenías que hablar con él y hoy sales con esto.
—Lo sé, pero ¿Y si es falso?¿Y si no nos ayuda realmente?
—Nada perdemos con intentarlo.
—Eso mismo dijiste cuando intentamos que yo entrara por un portal canino y ya sabes cómo acabó todo.
—¿Entonces te quedarás aquí para siempre?
—No lo sé aún, lo pensaré unos días y...
—El plazo acaba hoy, solo tenemos hoy para darle esto a Fredd, el tipo de ayer.
Ella respiró hondo y y apretó sus labios —Entonces hagámoslo... Nada perdemos con intentar... ¿Cierto?...
Ya era de noche, la luna y los pocos faroles alumbraban la calle poco transitada. Caminábamos Jessie y yo hacia el bar donde vinimos ayer y entramos en seguida.—Para mí solo una cerveza —pedí una vez llegué a barra.—Lo mismo —dijo la chica sentándose al lado mío.—Bien, ahora supongo que solo debemos esperar.Ella hizo una mueca y supuse que estaba pensando en algo.—¿Traes la tela?—Obviamente.—¿Para qué crees que la necesite?
Corrí hacia el río y miré el agua corriendo hacia mi derecha seguí corriendo desesperadamente hacia la misma dirección de la corriente intentando divisar a Jessie. —¡Jessie!¡Jessie! —grité hacia el río con tanta fuerza que sentía mi garganta desgarrarse. —Jessie no está ahí idiota —. Escuché tras de mí. —¿Entonces dónde está?¿¡Qué le hizo a Jessie!? —dije acercándome a Fredd peligrosamente para golpearlo. —Quedate quieto —dijo y yo quedé paralizado, mis huesos no se movían aunque lo intentara, ni siquiera podía hablar. —Está dentro de ti. Mi cuerpo se volvió blando de nuevo. Me podía mover.
Me quedé helado, era ella, esa chica con dos girasoles en las manos era Jessie, no cabe duda de ello pero ¿Por qué no me reconoce?¿Por qué no sabe quién soy?La veo de pies a cabeza una y otra vez, cada detalle es igual al de mi Jessie...—Oye, te estoy hablando —dijo sacándome de mi trance.Sacudí la cabeza y cerré los ojos para poner más atención a lo que decía.—¿Qué?¿Qué dijiste?—¿Qué cómo sabes mi nombre?Así que sí se llama Jessie... La tomé de la mano de una manera suave pero firme y la halé hacia un lado de la florería.—¡Oye, sueltame imbécil!—Jessie, soy yo, soy Chander —le dije de manera desesperada casi suplicando que me recordara —el chico tipo lobo. Soy tu amigo recuérdame.—¿Tipo lobo?—Sí, tipo lobo; nos iremos a Brankus pronto.—¿Brankus? Oye, no sé de qué diablos estás hablando, creo que estás confundiendome con otra persona o algo... —sonrió incómoda —no entiendo lo que dices, disculpa.Vaya
Sentí que mi respiración se cortaba por la fuerza que alguien tras mío ponía sobre mi cuello.Lo golpeé fuertemente con mi codo, exactamente en el estómago lo cual hizo que se apartara. Esta ves lo tomé yo por el cuello a él e hice que se cayera al suelo, cuando yacía tirado le di unos cuantos golpes en la cara. Lo golpeé tanto que comenzó a pedir que lo dejara en paz. Me levanté con la adrenalina corriendo por mis venas mientras la molestia y enojo hacia que mi respiración se acelerara.—Ya basta, lo vas a matar.Volteé a Fredd que me miraba como si nada hubiera pasado con sus manos dentro del bolsillo de su abrigo.Mi mirada volvió al humano arremetido en el suelo y lo miré con todo el odio del mundo, él era un estúpido humano al igual que mi padre... Merecía morir.Lo tomé del suelo con más odio que la primera vez y lo golpeé nuevamente pero solo le di dos golpes cuando unos brazos fuertes me alejaron del tipo.
Corrí hacia mi casa después de dejar a Fredd sentado en la banqueta sin decir palabra, tenía algo que hacer y no podía esperar más.—¿Por qué corres?¿Huyes de la policía?Mi hermano preguntó cuando entré corriendo para ir a mí habitación.—No, Louis —. Dije para seguir mi camino pero di más de dos pasos porque él volvió a hablar.—¿Entonces por qué corres?—Necesito hacer algo —hablé serio y vi a la dirección de mi hermano mayor y atrás había de él estaba un espejo circular donde me reflejaba. Tragué saliva nervioso.—¿Qué te pasa? Parece que viste un fantasma.El chico volteó hacia atrás y yo aproveché para salir huyendo. Nadie se podía enterar de nada.—¿Chander?Genial ¿Ahora qué?—¿Qué pasa mamá? —pregunté soltando el pomo de la puerta de mi habitación a la cual estaba a punto de entrar.—Tu papá me contó que estabas golpeado.<
Mis mejillas también adquirieron un color carmesí, muy parecido al de la chica. Tragué saliva y mi cuerpo parecía no responder porque no me alejaba, sentía la necesidad de estar unido a ella. Un golpe en mi entrepierna hizo que me olvidará de todo y me alejé de inmediato por el dolor que la rodilla de Jessie al impactar con mi parte baja había provocado.Mis ojos comenzaron a picar mientras mis manos estaban sobre la parte afectada.—Golpeas fuerte —dije intentando parecer lo más sólido posible.No me había percatado que ella estaba sin poder decir palabra recostada sobre la pared y con ambas manos en su boca sorprendida.Una vez me repuse y tomé aire me puse firme y sonreí un poco.—Lo siento —dijo apenada viendo al suelo.Tengo que empezar a tratarla como lo que es ahora, una humana.—Tranquila, yo no debí haberme acercado tanto.Hubo un silencio incomodo durante unos cuantos se
—¡Corre Alexander! —No te voy a dejar ahí tirada, ¿Estás bien? Te escuchas adolorida —dije preocupado. —Estoy bien, solo fue el tobillo, intentaré levantarme y... —la chica se interrumpió a sí misma porque comenzó a quejarse de dolor. —¡Tranquila! Ya voy a buscarte. —Usted no va a ninguna parte, lo llevaré a la policía —dijo el guardia en tono molesto. —Solo quiero ver a mi amiga, ¿Acaso no ve que está mal, está golpeada y seguro no puede caminar? —¿Por qué intentaban entrar por aquí en vez de entrar por la puerta principal? —No teníamos dinero y... —No se necesita dinero para entrar. Solo necesitan un poco para subir a cada juego. La comida es gratis también —dijo casi riendo. —¡Somos unos idiotas! —gritó la rubia desde adentro —Alexander llévame de aquí, levántame. —¿Puedo ir a traer a mi amiga? —dije viendo al oficial con una mirada suplicante.
Respiro ondo y estiro mi cuerpo. —¿Qué te pasa? —Escucho a mi hermano mayor que esta en el humbral de la puerta. —Nada. Solo que no tengo ganas de hacer nada. Estoy acostado en mi cama, me siento cansado, traje a Jessie desde la feria hasta su casa cargada porque ella no podía caminar. Mi cuerpo como lobo es poderoso pero en mi forma humana es otra cosa muy distinta, me duele la columna, necesito descansar, aunque soy un brankuniano no se me olvida que soy hibrido tengo la habilidad de dormir a diferencia de los brankunianos de sangre pura pero no lo necesito generalmente. No me gusta dormir, no me gusta sentirme débil. —¿Seguro? Desde que llegaste de ver a Jessie estas así. —¿Tienes novia? —pregunto de golpe. —Sí. —¿Qué se siente? —¿Tener novia o estar enamorado? —preguntó el castaño acercandose a la cama para ponerse comodo en una esquina de la misma.