Respiro ondo y estiro mi cuerpo.
—¿Qué te pasa? —Escucho a mi hermano mayor que esta en el humbral de la puerta.
—Nada. Solo que no tengo ganas de hacer nada.
Estoy acostado en mi cama, me siento cansado, traje a Jessie desde la feria hasta su casa cargada porque ella no podía caminar. Mi cuerpo como lobo es poderoso pero en mi forma humana es otra cosa muy distinta, me duele la columna, necesito descansar, aunque soy un brankuniano no se me olvida que soy hibrido tengo la habilidad de dormir a diferencia de los brankunianos de sangre pura pero no lo necesito generalmente. No me gusta dormir, no me gusta sentirme débil.
—¿Seguro? Desde que llegaste de ver a Jessie estas así.
—¿Tienes novia? —pregunto de golpe.
—Sí.
—¿Qué se siente?
—¿Tener novia o estar enamorado? —preguntó el castaño acercandose a la cama para ponerse comodo en una esquina de la misma.
Estiro mi cuerpo y noto que me quedé dormido llorando anoche, mis mejillas se sienten con una costra semidura seguramente por mis saladas lágrimas secas. Me duele la espalda porque estaba en el suelo y porque ya desde ayer andaba con dolor por haber cargado a Jessie ¿Cómo estará ella? Me levanto del suelo y camino hacia mi pequeña mesa que está a la par de la cama perfectamente ordenada con sábanas azúles y blancas. Tomo mi celular y noto que está practicamente por descargarse por completo, solo le queda 4% de batería, pero creo que para una llamada es suficiente. Marco el número de Jessie y a los tres timbres contesta. —¿Hola? —Escucho al otro lado de la línea, su voz es tan bonita. —Jessie, hola ¿Te desperté? —pregunto, mi voz suena un poco aspera. —No, me desperte hace rato ¿Cómo conseguiste mi número? Recuerdo que ella olvidó todo y me doy un golpe mental, súspiro y ´me invento una mentira lo más rápido que pu
Busco café en polvo por toda la cocina de la casa de mi amiga, Jessie, ella está llorando desconsoladamente en su habitación por una tonta película. No se quien es esta chica, mi antigua Jessie solo se hubiera burlado del ciego amor de los protagonistas y se hubiera tomado unas cuantas cervezas pero esta niña lo que quiere es un café. —¿Dónde estás maldito café? —pregunto como si es polvo negro ese me fuera a decir ´´aquí estoy´´ Niego con la cabeza y rendido busco un vaso de vidrio para llenarlo con agua y tomarmela tal vez sirve para relajarme un poco, buscar algo y no encontrarlo es tan frustrante. Reviso la estantería donde estan los vasos y algunos platos azules y blancos. Me llama la atención una cajita de madera, parece ser fina y costosa. Abro la caja sin miedo y lo que encuentro es un polvo oscuro que instantaneamente su olor golpea mis fosas nasales, es el café que andaba buscando hace rato, me doy golpes mentales por no haber revisado e
Me quedo paralisado viendo a la chica frente a mí, mis vista cae sobre el piso de madera evitando verla directamente. —Cu... Cuanto lo siento. —Me excuso saliendo rapidamente de la habitación y cerrando la puerta atras mio. ¿Qué acabo de ver? Restriego mis ojos con mi mano derecha mientras que con mi mano izquierda sigo sosteniendo la taza de café con un pan dulce encima, no puedo creelo acabo de ver a Jessie sin su top, le vi los pechos desnudos y ni siquiera de porqué me puse tan nervioso soy brankuniano se supone que nosotros no sentimos ese tipo de atracciones pero tambien estoy consiente que mi padre es humano y que si pueden sentirlas. La chica sale de la habitación sonrojada. —Lo siento solo estaba acomodandome el top, no pense que regresarías tan rápido de la cocina, no me imagine que algo así pudiera pasar, cuanto lo siento en serio yo se que... Sus palabras salen con tanta rápidez de su boca que apenas l
Respiro ondo y mis ojos comienzan a arder, no puedo creer que mi propio padre me esté diciendo esto. —¿Quién te cree? Obvio que no dejare que toques a Jessie, ella no es un objeto que puedes tomar he irte ¿Estás completamente loco? —río ironicamente —ni siquiera sé porqué lo pregunto es obvio que te falta un tornillo, eres la peor escoria que he conocido en toda mi vida, me das asco... —Hijo —me interrumpe —yo... —¿Hijo? —me río —Yo de ti no soy nada y mucho menos tu hijo no quiero que me vuelvas a decir así en tu asquerosa vida y tampoco quiero que le digas así a Louis, él no se merece tener una porquería como tú cerca. Mi respiración se hacelera. Las calles del lugar no son tan transitadas así que estamos solos en la acera, son muy pocos los autos que pasan al lado nuestro sin darse cuenta de la situación. —¿Terminaste o todavía te falta decirme de que me voy a morir? —Dice con la mayor diversión del mundo. 
Mi quijada no cae al suelo porque la tengo pegada de lo contrario ya estuviera en el suelo, no puedo creer lo que estoy viendo. —¡LOUIS! —Grito pero no alzo tanto la voz para que mis papás no vengan, entro en la habitación y cierro la puerta tras de mí —¿Qué diablos estás haciendo?¿Qué diablos te pasa?¿Por qué tienes eso en las manos? —Porque es suave y me gusta mucho —dice simplemente. Yo hago una mueca de incredulidad —Ya suelta esa cosa, no quiero que mamá se entere de esto, que asco. —Por Dios, no es nada de otro mundo, ven acaricialo. Doy un paso atras y hago una mueca de asco —¿Estás demente? No haré eso, que horror. —Tú te lo pierdes a Samantha le encanta acariciarlo, estuvo aqui hace un rato y lo adoró, este chico tambien adoró mucho que lo acariciara —dice pasando el dedo indice por su cabeza. —Louis, un perro en la casa no es buena idea y lo sabes. Rueda los ojos
Miro al suelo y suspiro, sacudo mi cabeza y levando mi mirada hacia el espejo, estoy en el baño intentando peinar mi cabello pero solo veo un terrible desastre, no se porqué estoy tan nervioso si solo iré a ver a Jessie, ya han pasado dos días desde que fui la última vez, dos días desde que Louis y aun no se donde está. dos días desde que tengo a Sparky escondida en mi habitación y nadie se ha dado cuenta, dos días han pasado desde que le di un puñetazo en la cara a mi padre, tiene el ojo morado. No me arrepiento de nada. —¿Vas a salir? —mi mamá me pregunta desde afuera del baño de mi habitación. —Sí —respondo cortante. —¿Vas a casa de Jessie? —Sí. —¿A qué vas? Ruedo los ojos y hago una mueca de ´´¿Qué le pasa?´´ a mi propio reflejo —A nada en especial —respondo intentando no sonar fastidiado pero no lo logro. —Bien, Sahori me preguntó por ti. Habro los ojos de par en par
Respiro hondo y suelto delicadamente a la mamá de Jessie que sigue llorando en mi hombro, entro a la casa sin preguntar nada más y cierro la puerta principal tras de mí. —Señora Brown —llamo su atención. Ella está hundida en sus pensamientos. —¿Qué?—pregunta en tono casi inaudible. —¿Podría explicarme qué es lo que sucede?¿Dónde está Jessie? —Ella está en su habitación, ella está... —su voz se rompe. Asiento y corro escaleras arriba hacia la habitación de la chica, una vez estoy en la puerta dudo un sugundo en si abrirla o no, respiro hondo y la abro de una vez por todas. No hay nadie en la habitación. Busco en el baño y en cara rincón pero ella no está. Salgo de nuevo y voy a la sala de estar donde se encuentra su madre sentada en un sillón, llorando en silencio. —Señora Brown, expliqueme todo, sino, no podré ayudarlas. Me acerco a ella y tomo ambas manos de la mujer entr
Mis ojos van de Frank a Sahori y de Sahori a Sanarty, esta última tiene un vestido rojo (el típico vestido de diosa que siempre usa) pero esta vez está rasgado y muy dañado, aunque es rojo se nota manchado de sangre, y las partes blancas del vestido como las mangas y el cuello estan teñidas de rojo también. —Sanarty —digo con voz fuerte pero ella solo ríe. —Alexander, mi querido y estúpido Alexander, ¿Qué haces aquí?¿Buscando a tu doncella? —La ironía en su voz es clara. —¿Dónde está Jessie? —¿Quieres ver a tu amiguita?Pues entra ahí y mirala, nadie te detiene. Cruza los brazos sobre su pecho y puedo ver su mirada retandome cada vez más. —¿Qué le hiciste? Hace una mueca de inocencia falsa —¿Yo? Nada, claro que no le he hecho nada, no tengo el corazón tan dañado para hacerle algo malo a alguien. Pero Jessie sí. Me quedo helado ante lo último que dijo y procedo a entrar a la