Una luz naranja extremadamente fuerte iluminó todo el campo de entrenamiento, el chillido cada vez era más agudo, todos los que estábamos cerca nos pusimos en modo de defensa, cada uno convertido en un canino diez veces más grande que uno de tamaño promedio de la tierra.
El campo de entrenamiento estaba aislado de la ciudad de Brankus, supuse que por eso no se habían acercado los otros de otro tipo, solamente estábamos la jauría.
La luz se acercaba cada vez más rápido, pero no se notaba nada sólido por eso no sabíamos a quien o a que atacar, tanta fue nuestra confusión que aullamos en conjunto y corrimos hacia el interior de la luz, fuera lo que fuera estaba dentro de esa masa luminosa.
Cuando yo estaba ya dentro, mi vista solo veía naranja y más naranja, no podía ver a ningún lobo a mi alrededor, seguí corriendo a todas direcciones desorientado hasta que topé con algo y retrocedí del impacto. Aún así no distinguía nada, solo era algo parecido a una pared, la seguí golpeando pero todo fue inútil y el chillido ya no se escuchaba. Segundos despues todo se fue aclarando y comencé a ver a los demás, todos ya estábamos convertidos a nuestra forma humana, incluso yo y no sabía por qué.
—¿¡Están todos bien!? —preguntó el líder de la jauría, Ned —quien no se encuentre bien por favor levante su mano.
La levanté en seguida, no me había percatado que mi pierna estaba desangrándose, ni siquiera sé en qué momento me golpeé tan fuerte.
—¡Tengo una pierna herida! —grité.
—Los demás pueden irse a la ciudad o a sus respectivos mundos, luego hablaremos de esto —dijo Ned acercándose a mí mientras los demás se levantaban con rostros confundidos y cuerpos adoloridos.
—¿Qué demonios fue eso?
Suspiró —no te puedo decir, Alexander.
—Eso quiere decir que sí sabes que fue eso —le dije mientras él curaba mi pierna con agua de la fuente Jadí.
—Soy el líder de la jauría... El alpha, tengo que saber este tipo de cosas.
—¿Sabías que vendría?
—Sabía que vendría algún día, pero jamás pensé que tan pronto.
—¿Por qué no nos puedes decir?¿Es algo muy malo?
—Es algo muy poderoso.
—¿Qué tanto?
—Casi tan poderoso como la diosa Sanarty.
Levanté las cejas sorprendido —¡Entonces nos podría haber matado! —dije levantándome ya completamente sano.
—Eso es imposible —dijo simplemente para empezar a caminar.
—¿Imposible? Dices que tiene casi el poder que tiene Sanarty —dije mientras lo seguía.
—Sí, tiene el mismo poder que Sanarty y también tiene la misma empatía por Brankus.
—No entiendo.
—Ella viene de otro lugar, ella seguramente entró por error o algo así... No sé.
—¿Ella?
—Sí, ella.
Fruncí el ceño —si es buena entonces ¿Por qué hizo ese terrible chillido?
—En realidad ella no se dio cuenta que emitía ese chillido. Incluso dudo que se haya dado cuenta que entró aquí.
—Déjate de rodeos, Ned, ¿Quién es ella?
Él paró en seco y volteó a verme —¿De verdad quieres saber?
—Pues... Sí —dije no muy seguro.
—Entonces entrena mucho y únete al escuadrón para combatir los tipo Toro, cuando estés listo lo sabrás —dijo antes de darme dos palmaditas en el hombro e irse.
Lo miré con molestia mientras se alejaba y me apresuré a abrir el portal con el único objeto semi filoso que encontré, una pequeña piedra.
—Hola mamá —dije saliendo del portal y llegando a la sala de mi casa.
—¿Cómo está el niño más lindo de todo el lugar? —preguntó ella acercándose a mí.
Rodé los ojos —¿Cuándo vas a dejar de tratarme como un cachorro? Ya no lo soy eh.
—Para mí siempre lo serás, eres mi pequeño aparte de que Louis ya no me hace caso para nada y ni siquiera pasa en casa.
—Hablando de él... ¿Dónde está? No lo vi en la pelea.
Se puso pálida —¿Pelea?¿Cuál pelea?¿¡Estás bien!? —dijo revisándome el cuerpo.
—Estoy bien mamá —la aparté suavemente —ni quiera fue una pelea... Fue... No sé.
—No entiendo.
—Habo una luz naranja y...
—No puede ser —me interrumpió —¡¿Les hizo algo?!
—Mmh... No ¿Por qué te alteras así?
—Eh... Yo... No puedo contarte.
Rodé los ojos —¿Tú también sales con eso? Mira que Ned no quiso contarme nada tampoco.
—Debes de estar en el escuadrón para saberlo.
—¿Pero tú cómo sabes?
—Yo estuve en el escuadrón un tiempo, recuérdalo.
—¿Y te enfrentaste a esa cosa... Naranja?
—En realidad no, pero dicen que es muy poderosa.
—Lo sé —dije pensativo —creo que sí entraré en el escuadrón.
—¿Hablas en serio? —preguntó con una pequeña sonrisa.
—Sí... Necesito saber qué es esa cosa.
Ella frunció el ceño un poco confundida y yo subí a mi habitación, necesitaba saber más sobre esa luz. Busqué en un cajón de mi clóset y saqué un pequeño libro un poco polvoriento, incluso estornudé un par de veces.
Busqué por cada hoja del bendito libro y no encontré absolutamente nada. Pero en realidad no esperaba encontrar mucho, solamente era una simple guía para lobos principiantes. Guardé el libro y me puse una chamarra.
—¡Voy a salir! —le grité a mamá desde la puerta principal.
No esperé a que contestara y caminé por la calles de el planeta tierra, no es tan diferente a Brankus; de hecho según lo que leí en los libros sobre la historia de la humanidad, hace unos cien años este lugar era casi idéntico a cómo es Brankus actualmente.
Llegué a una joyería y compré tres anillos de oro, me los metí al bolsillo, salí y seguí caminando.
—¡Jessie! —grité al ver a la chica limpiando su jardín, ella me saludó con la mano.
—¿Cómo estás, Chander? —me preguntó una vez llegué hasta ella.
—Creo que bien... Oye ¡Te traje algo!
—¿Qué cosa?
—Toma —dije dándole los tres anillos de oro y poniéndolos en su mano.
—¡Gracias, Chan! —expresó antes de comerse de una vez los tres anillos —.Aquí es muy difícil encontrar metales.
—Ya lo sé... ¿No has podido ir a Brankus? —pregunté preocupado.
—En realidad no, se supone que los felinos podemos abrir el portal dibujando una estrella en el suelo pero mira, ya lo he hecho unas cien veces y nada —me dijo mientras señalaba una esquina del patio con muchas marcas —soy tipo leopardo, no sé que sucede.
—¿Ya intentaste en el parque?
—Sí, también alrededor de la casa y en cualquier lugar donde haya tierra libre y nada. No sé por qué nos mandaron a este lugar.
—¿Ya intentaste sobre el pavimento?
—Sí, lo intenté. Pero eso no tiene sentido, el reglamento dice que la estrella debe marcarse y en el pavimento no pasa.
—¿Y intentaste en el lo...
—¡Ya intenté todo, Alex! —me interrumpió —no volveré a Brankus jamás —dijo caminando al interior de su casa mientras yo la seguía.
—Pero necesitas practicar para entrar al escuadrón, eres una de las elegidas.
—Ya lo sé y eso es lo que más me duele, he entrenado mucho para entrar —dijo caminando de un lado a otro.
—¿Y si intentamos que entres por un portal canino?
—¿Sabes lo peligroso que es eso?
—Sí pero... No te puedes quedar aquí por siempre. Intentaré hablar con Sanarty.
—No sé si Sanarty quiera escucharte. A veces olvidas que es a diosa Sanarty.
—Lo sé, pero ella siempre ha estado para todos en todo momento.
—No creo que me pueda ayudar.
—¡¿Por qué siempre tienes que ser tan pesimista!?
—Soy realista.
—¿Realista? Te intento dar soluciones y siempre sales con lo negativo.
—¡Está bien! Abre el maldito portal intentaré pasar —dijo arta.
Tragué saliva y suspiré —Perdón... Yo sé que es riesgoso, sino quieres hacerlo...
—Abre el maldito portal —habló entre dientes.
—Pásame un cuchillo.
Ella caminó hasta la cocina a buscar uno y me lo entregó. Hice un corte horizontal y lo crucé con uno vertical. El portal se abrió.
—Espero no arrepentirme de esto —dijo acercándose.
—Tampoco yo. Vamos.
Cuando iba a entrar el portal se cerró de golpe.
—¿Qué sucedió?
—¡Oh, sí, sí! Solo dura 10 segundos abierto —dije —nos tardamos mucho, lo haré de nuevo.
—¡Entremos! —dijo ella una vez que hice la cruz en el aire.
Entramos en seguida y yo llegué a Brankus pero Jessie no.
—¡Jessie! ¡Jessie! —grité desesperadamente.
Abrí un nuevo portal para ir a casa de la chica y entré en seguida.
—¡Jessie!¡Jessie! —gritaba por toda la casa buscándola. No estaba.
—Alexander... Me duele mucho —escuché su voz casi en un susurro.
Corrí lo más rápido que pude hacia el lugar de donde provenía su voz, entré en una habitación y mis ojos casi se salen de sus cuencas al ver esa luz naranja nuevamente...
—¡Me duele mucho, Alexander! —gritó la chica tirada en el suelo mientras mientras su cuerpo emanaba una luz naranja muy brillante. —Eh... Jes... Jessie ¿Estás... ¿Te duele mucho? —tartamudee viéndola desde el umbral de la puerta. —¡No! ¡Me arde la piel! ¡Siento que me estoy quemando, ayudame! Tragué saliva y comencé a buscar algo que pudiera ayudarme pero no encontré nada útil. Me acerqué y la toqué con cuidado, ella sollozaba. —Ya sé, tranquila, vendré en seguida. Abrí un portal para ir a Brankus, directamente a la fuente Jadí, tomé un poco de agua en un jarra que había cerca. Abrí el portal nuevamente y en cuento llegué a la habitación, rocié a Jessie con el agua; en seguida e
Volteamos a ver hacia atrás confundidos. —¿Disculpa? —dije frunciendo el ceño. Era un hombre alto moreno y su condición física era envidiable, me sentí intimidado, yo parecía un tamal mal amarrado a la par de él. —Tranquilos, también soy Brankuniano, soy tipo zorro —dijo con un tono un poco egocéntrico. —¿Cómo sabe que somos Brankunianos también? —preguntó Jessie poniéndose de pie. —Será porque esa chica acaba de gritarlo a los cuatro vientos mientras todos los humanos se burlaban de ella —rió mientras negaba. Nos vimos los tres unos a otros por ser tan tontos, que pena dábamos.
Me puse ropa limpia después de darme una larga ducha. Era de madrugada pero el sol ya llegaba a la ventana de mi habitación eso quería decir que en Brankus tambien comenzaba a amanecer.Abrí un portal con una cuchilla y llegué a Brankus en seguida.—¡Buen día! —escuché gritar a mi amigo Frank desde una banca.—¡Buen día! ¿Qué haces aquí?—Estoy esperando a Sahori, dijo que vendrá como a las 6:00am.—¿Qué hora es?—5:30am—¡Gen
Corrí rápido hacia la primer habitación disponible e intenté cerrar la puerta sin éxito, esa mujer me da más miedo que cualquier brankuniano. —¡Yo sabía que usted no es de fiar! —grité cuando vi que se acercaba a mí peligrosamente. —¿Yo? —rió sarcástica —claro que soy de fiar, cariño, ven; hasta te daré un abrazo y un beso. —Usted está demente, ¿Por qué no se busca un brankuniano fuerte y poderoso?¿Qué tal Ned eh?¿Ya pensó en él? —No puedo pensar en otro que no seas tú. Caminó hacia mí y yo me coloqué del lado contrario de una mesa. —Pero míreme, soy muy débil y ni siquiera soy guapo —hablé con dificultad mientras comenzaba a
Ya era de noche, la luna y los pocos faroles alumbraban la calle poco transitada. Caminábamos Jessie y yo hacia el bar donde vinimos ayer y entramos en seguida.—Para mí solo una cerveza —pedí una vez llegué a barra.—Lo mismo —dijo la chica sentándose al lado mío.—Bien, ahora supongo que solo debemos esperar.Ella hizo una mueca y supuse que estaba pensando en algo.—¿Traes la tela?—Obviamente.—¿Para qué crees que la necesite?
Corrí hacia el río y miré el agua corriendo hacia mi derecha seguí corriendo desesperadamente hacia la misma dirección de la corriente intentando divisar a Jessie. —¡Jessie!¡Jessie! —grité hacia el río con tanta fuerza que sentía mi garganta desgarrarse. —Jessie no está ahí idiota —. Escuché tras de mí. —¿Entonces dónde está?¿¡Qué le hizo a Jessie!? —dije acercándome a Fredd peligrosamente para golpearlo. —Quedate quieto —dijo y yo quedé paralizado, mis huesos no se movían aunque lo intentara, ni siquiera podía hablar. —Está dentro de ti. Mi cuerpo se volvió blando de nuevo. Me podía mover.
Me quedé helado, era ella, esa chica con dos girasoles en las manos era Jessie, no cabe duda de ello pero ¿Por qué no me reconoce?¿Por qué no sabe quién soy?La veo de pies a cabeza una y otra vez, cada detalle es igual al de mi Jessie...—Oye, te estoy hablando —dijo sacándome de mi trance.Sacudí la cabeza y cerré los ojos para poner más atención a lo que decía.—¿Qué?¿Qué dijiste?—¿Qué cómo sabes mi nombre?Así que sí se llama Jessie... La tomé de la mano de una manera suave pero firme y la halé hacia un lado de la florería.—¡Oye, sueltame imbécil!—Jessie, soy yo, soy Chander —le dije de manera desesperada casi suplicando que me recordara —el chico tipo lobo. Soy tu amigo recuérdame.—¿Tipo lobo?—Sí, tipo lobo; nos iremos a Brankus pronto.—¿Brankus? Oye, no sé de qué diablos estás hablando, creo que estás confundiendome con otra persona o algo... —sonrió incómoda —no entiendo lo que dices, disculpa.Vaya
Sentí que mi respiración se cortaba por la fuerza que alguien tras mío ponía sobre mi cuello.Lo golpeé fuertemente con mi codo, exactamente en el estómago lo cual hizo que se apartara. Esta ves lo tomé yo por el cuello a él e hice que se cayera al suelo, cuando yacía tirado le di unos cuantos golpes en la cara. Lo golpeé tanto que comenzó a pedir que lo dejara en paz. Me levanté con la adrenalina corriendo por mis venas mientras la molestia y enojo hacia que mi respiración se acelerara.—Ya basta, lo vas a matar.Volteé a Fredd que me miraba como si nada hubiera pasado con sus manos dentro del bolsillo de su abrigo.Mi mirada volvió al humano arremetido en el suelo y lo miré con todo el odio del mundo, él era un estúpido humano al igual que mi padre... Merecía morir.Lo tomé del suelo con más odio que la primera vez y lo golpeé nuevamente pero solo le di dos golpes cuando unos brazos fuertes me alejaron del tipo.