Capítulo 61— Nuevos comienzosNarrador:Los días pasaron y Damiano deseaba recuperar el amor de Alexandra, pero sabiendo que todo esto llevaba algo de tiempo, mantenía la distancia entre ambos.—Buen día, señora Zorzi.Regresando al fin, Alexandra caminaba por el lobby de Edervor con destino al elevador, junto a su esposo, quien se mantuvo un poco alejado de ella, y saludando a todos como era costumbre, llegó al área de trabajo en donde la recibieron sus compañeros como era debido.—Alex, me alegra tanto que estés aquí.Acercándose a ella, Emilia, y Sonia, la abrazaron con fuerza al haberla extrañado en verdad, y separándose una vez, Aurelio llegó para recibirla, este agregó—Bienvenida de nuevo… Espero que esta vez no salgas corriendo antes de recibir tu nueva oficina.El entrecejo de la frente de Alexandra se frunció al no saber a lo que se refería, y apoyando la mano en su hombro, le explicó—Debido a tu excelente trabajo días antes de renunciar, he decidido darte una oficina. En e
Capítulo 62— Fantasma del pasadoNarradorManteniéndose un poco distraídas mientras conversaba con Emilia y Sonia. Alexandra por un instante se olvidaba del mundo exterior. Había creado una amistad formidable con estas dos mujeres, que siendo este su momento favorito del día, el tiempo pasaba volando.—¿Les parece si vamos de compras este fin de semana? Vi una tienda nueva en el Mall, y muero por ver qué compro.Proponiendo esto, Sonia la dicta a las compras. Alex y Emilia se dieron una mirada de complicidad antes de asentir, y escuchando cómo el teléfono empezaba a vibrar sobre la fría mesa, Alex desvió su vista a él para mirar de quién se trataba.#NÚMERO DESCONOCIDO A ALEXANDRAALEXANDRA NECESITÓ TU AYUDA.Sin saludar, al menos, esta persona del otro lado acudió a la parte bondadosa de Álex, quien frunció el entrecejo de su frente sin saber de quién se trataba e ignorando el mensaje, pretendió hacer como si jamás lo hubiese leído.—¿Les parece a las 9 del sábado? Estamos libres, el
Capítulo 63— El pasado toca la puertaNarrador—Necesito hablar contigo.Refiriéndose a Damiano quien frunció el entrecejo de su frente. Sandra dio un paso hacia él, tratando de tomar su mano y apartándole enseguida. Zorzi preguntó.—¿Qué sería?La mirada de Sandra se desvió a Alexandra, quien permanecía junto a su esposo sin decir nada más, y mirándola de arriba abajo con cierto desdén, ella solo le pidió—A solas… Necesito tu ayuda.Damiano sin mover sin siquiera un solo pie, solo negó y mirando a su esposa quién apretó sus labios, respondió.—Lo que tengas que hablar, hazlo frente a Alex… Nosotros no tenemos secretos.Sintiéndose orgullosa, el corazón de Alex se infló en esta ocasión de amor, y bajando su vista con una media sonrisa, no dijo absolutamente nada.—¿Hasta cuándo Alexandra? Alexandra aquí, Alexandra…Con cierta amargura, Sandra soltó todo esto, a lo que Damiano solo negó, viendo que ella de ninguna manera entendería que él no la quería. Por lo que un poco irritado exha
Capítulo 64— 24 horasNarradorDándole un último vistazo a la mesa servida, Damiano sonrió ampliamente al estar conforme con el resultado. Esa noche, tratando de sorprender a su esposa, Zorzi planeaba una cena romántica, solo para ellos dos, en donde por un instante se olvidarían del mundo exterior, y disfrutarían plenamente del otro. Viendo como una de las niñeras de Gio transitaban por la cocina en busca de un poco de agua, él la llamó unos segundos para darle un par de instrucciones, y ordenándole que se encargara del pequeño esa noche, sonrió al ver que todo estaba perfecto.Mirando de nuevo la mesa, ordenó el mantel que se encontraba un poco fruncido en una esquina, y asintiendo, una vez estuvo conforme, se dispuso a caminar a distancia, en donde la esperaría.Damiano con todo esto de la conversación que escuchó, se dispuso a hacer pagar a Alexandra, y arruinando la maravillosa luna de miel que había planeado para los dos, se propuso compensarla con un viaje solo para ellos dos,
Capítulo 65— Una pistaNarradorAl día siguiente, Damiano llegó a la oficina con la cabeza baja, las ojeras marcadas, y un peso invisible que lo hacía caminar más lento de lo habitual. A pesar de su esfuerzo por mantener la compostura, la desaparición de Alexandra lo tenía al borde de la desesperación. Apenas entró en su oficina, Sandra, su asistente, lo interceptó con un tono suave, pero lleno de curiosidad.—Buenos días, Damiano, te noto preocupado. ¿Está todo bien?Damiano la miró unos segundos, con el rostro tenso, antes de asentir, aunque sus ojos delataban que algo grave sucedía.—No, Sandra, no lo está —respondió, finalmente dejando escapar parte de su frustración —Alexandra… no aparece desde ayer, y no tengo idea de dónde está.Las palabras salieron con un peso enorme, casi como si estuviera compartiendo una confesión con un amigo cercano. Sandra, con una mezcla de nerviosismo y aparente preocupación, se inclinó hacia él y habló en un susurro que pretendía ser compasivo.—Buen
Capítulo 66— Aquí estaré siempreNarradorMinutos más tarde, el coche ne*gro se deslizó sin hacer ruido por las calles oscuras, acercándose al almacén abandonado. Damiano no pronunció una sola palabra durante el viaje, su respiración era errática, así como también los latidos de su corazón acelerados.Sabía que encontraría a Alexandra dentro. Lo sentía. Allí se reunieron con un comando de la policía, pues Zorzi le había pedido ayuda a su amigo, el Diputado Dorian Langdon, quien le solicitó al jefe de policía una intervención urgente. El almacén era oscuro y silencioso. Pese a la petición de la policía, Damiano se internó en el edificio. Con cada paso que daba, Zorzi podía escuchar el eco de sus botas resonando en las paredes de metal. De repente, un grito amortiguado llegó a sus oídos. Su corazón se detuvo por un segundo, pero no tuvo tiempo de dudar. Con un movimiento rápido y preciso, Damiano y los efectivos, irrumpieron en la sala donde estaba Alexandra. En donde la encontró atada
Capítulo 67— FinalNarradorAl amanecer siguiendo las indicaciones de los oficiales, Damiano se acercó a Alexandra tras una llamada para despertarla; tenía que recibir una valoración médica, esto con el fin de saber su estado, y para demostrar el maltrato de Bruno, quien había muerto en el lugar de los hechos en mano de los policías.Tomando asiento a su lado, en el borde de la cama, Damiano permaneció en silencio unos minutos, contemplando su rostro mientras dormía, preguntándose ¿Cómo fue que todo pasó tan rápido? ¿Cómo fue que inició su matrimonio de apariencias, y terminó perdidamente enamorado de ella? Negando al ver lo absurdo que era la vida, como los hilos del destino los guiaba a los lugares indicados, elevó su mano despacio para acariciarla, y depositando un casto beso sobre su frente, murmuró al fin.— Es hora de despertar…Abriendo sus ojos un instante después, de manera abrupta, levemente agitada por lo ocurrido la noche anterior, él la abrazó una vez Alex tomó asiento en
Capítulo 68— ExtraNarradorDías después del rescate, Damiano no podía sacarse de la cabeza lo mal que había manejado las cosas durante su primera luna de miel con Alexandra. Sabía que había sido cruel, cegado por la desconfianza y el rencor. No podía borrar el pasado, pero estaba decidido a hacer algo al respecto. Una mañana, mientras Alexandra descansaba después de tantos días tensos, él le acarició el cabello suavemente, y con una sonrisa tranquila, le dijo:—Prepárate. Nos vamos de viaje. Esta vez no habrá sorpresas desagradables. Te debo una verdadera luna de miel.Alexandra lo miró con una mezcla de sorpresa y emoción. Sabía que Damiano era un hombre complicado, pero en ese momento, algo en sus ojos le decía que estaba hablando en serio. Horas más tarde, el jet privado tras abordarlo aterrizaba en París. La ciudad que antes había sido testigo de su luna de miel fallida ahora sería el escenario de una nueva oportunidad, esta vez sin los fantasmas del pasado.Damiano había planead