Capítulo 67— Lo que soy Narrador Al amanecer siguiendo las indicaciones de los oficiales, Damiano se acercó a Alexandra tras una llamada para despertarla; tenía que recibir una valoración médica, esto con el fin de saber su estado, y para demostrar el maltrato de Bruno, quien había muerto en el lugar de los hechos en mano de los policías. Tomando asiento a su lado, en el borde de la cama, Damiano permaneció en silencio unos minutos, contemplando su rostro mientras dormía, preguntándose ¿Cómo fue que todo pasó tan rápido? ¿Cómo fue que inició su matrimonio de apariencias, y terminó perdidamente enamorado de ella? Negando al ver lo absurdo que era la vida, como los hilos del destino los guiaba a los lugares indicados, elevó su mano despacio para acariciarla, y depositando un casto beso sobre su frente, murmuró al fin. — Es hora de despertar… Abriendo sus ojos un instante después, de manera abrupta, levemente agitada por lo ocurrido la noche anterior, él la abrazó una vez Alex t
Capítulo 68— La luna de miel merecida Narrador Días después del rescate, Damiano no podía sacarse de la cabeza lo mal que había manejado las cosas durante su primera luna de miel con Alexandra. Sabía que había sido cruel, cegado por la desconfianza y el rencor. No podía borrar el pasado, pero estaba decidido a hacer algo al respecto. Una mañana, mientras Alexandra descansaba después de tantos días tensos, él le acarició el cabello suavemente, y con una sonrisa tranquila, le dijo: —Prepárate. Nos vamos de viaje. Esta vez no habrá sorpresas desagradables. Te debo una verdadera luna de miel. Alexandra lo miró con una mezcla de sorpresa y emoción. Sabía que Damiano era un hombre complicado, pero en ese momento, algo en sus ojos le decía que estaba hablando en serio. Horas más tarde, el jet privado tras abordarlo aterrizaba en París. La ciudad que antes había sido testigo de su luna de miel fallida ahora sería el escenario de una nueva oportunidad, esta vez sin los fantasmas del pas
Capítulo 69— En deuda contigo Narrador De esa misma forma, los meses pasaron, Alexandra siendo una mujer amada, y respetada, una mujer que su esposo cuidaba en sobre manera debido a que su panza cada vez era más grande —Constance ¿podrías ayudarme? Gio quiere salir a jugar al jardín, y mis pies no dan para más. Viendo cómo la mujer llegó a su lado, Alex le pidió completamente agotada, y tomando entre sus brazos al pequeño que cada día que pasaba estaba más inquieto, el ama de llaves salió al jardín a jugar con él. El embarazo estaba bastante avanzado, por lo que sus pies solían hincharse en ocasiones, complicando el simple hecho de mantenerse de pie, sin mencionar el peso de su barriga, la cual estaba enorme. —¿Cómo se sienten las dos reinas de mi castillo? Refiriéndose a Alex, y a la pequeña que crecía en su interior, Damiano ingresó a la estancia después de un largo día de trabajo, en el que tuvo que lidiar con un par de clientes algo tediosos, pero logrando llegar a c
Capítulo 70— Chiara Zorzi Narrador Caminando de un lado al otro en la sala del hospital más reconocido de la ciudad, Damiano Zorzi sentía que el corazón le estallaría en el interior de su pecho. Los días habían pasado rápidamente, y ahora, finalmente, el nacimiento de la pequeña Chiara estaba por llegar. A pesar de ser un parto programado y meticulosamente planificado, la ansiedad y la preocupación lo invadían como una tormenta. Los pensamientos lo asaltaban sin cesar: ¿Estaría Alex bien? ¿Todo saldría como esperaban? Cada minuto se sentía como una eternidad mientras esperaba noticias desde el quirófano. —Damiano, deberías calmarte un poco —le dijo Leonardo, quien estaba sentado cerca, tratando de aportar algo de serenidad al momento. Había acompañado a su amigo durante todo el proceso y entendía cuán importante era este día para él. Damiano detuvo su frenética caminata por un momento, pero negó con la cabeza, dejando escapar un suspiro cargado de tensión. —¿Cómo me pides que me
Capítulo 71 —La sombra del sobreNarrador:El despertador vibró suavemente en la mesa de noche, pero Damiano ya estaba despierto. Había pasado la mayor parte de la noche luchando contra sus pensamientos, atrapado en una ansiedad que lo consumía. Alexandra dormía profundamente a su lado, y el suave murmullo de Chiara en su cuna era el único sonido en la habitación. Todo parecía tranquilo, pero Damiano sabía que la tormenta estaba justo al otro lado de la puerta. Se levantó con cuidado, asegurándose de no despertarlas, y salió de la habitación. Bajó al despacho con pasos lentos, como si quisiera retrasar lo inevitable. Allí, sobre el escritorio, el sobre que el médico le había entregado, hacía ya unas semanas, seguía intacto, esperándolo como un testigo silencioso. Se dejó caer en el sillón, con los codos apoyados en las rodillas y el rostro entre las manos. Sabía que debía abrirlo. Había evitado hacerlo por demasiado tiempo, inventando excusas para retrasar ese momento, pero ya no podí
Capítulo 72 —La ToscanaNarrador:Habían pasado varios días, desde que había abierto el nefasto sobre, cuando entró en su despacho con la intención de buscar unos documentos que necesitaba, para resolver unos asuntos menores. La habitación estaba bañada por una luz tenue, filtrada a través de las gruesas cortinas que mantenía siempre entreabiertas. Sus pasos resonaron levemente contra el suelo de madera, mientras su mirada recorría las estanterías llenas de libros, carpetas y cajas que había acumulado con los años. Caminó hasta uno de los estantes y estiró la mano para alcanzar un bibliorato que contenía los papeles que buscaba. Cuando tiró de él, algo inesperado ocurrió; un pequeño alud de fotografías cayó al suelo. Damiano se congeló por un momento, observando cómo las imágenes se esparcían por el suelo. Bajó lentamente, recogiendo la primera con cuidado. Era una fotografía antigua, de bordes desgastados y colores desvaídos por el tiempo. En ella aparecía él mismo, un niño de unos o
Capítulo 73 —La Propuesta del Viñedo Narrador: El viaje a la Toscana superó todas las expectativas de Alexandra. El paisaje era un poema visual; colinas suaves cubiertas de viñedos y olivos, con casonas de piedra que salpicaban el horizonte. El hostal donde se hospedaban estaba a la altura de la región, una antigua finca restaurada con esmero que equilibraba el lujo con un encanto rústico. Los gruesos muros de piedra, los techos con vigas de madera y los jardines perfumados de lavanda y romero creaban un ambiente que parecía sacado de un sueño. Gio estaba fascinado. Desde el momento en que llegaron, no había dejado de correr por los jardines, explorando cada rincón como si estuviera en una gran aventura. Chiara, por su parte, parecía más tranquila de lo habitual, como si el aire puro y la calma del lugar la envolvieran en una paz absoluta. Damiano observaba a su familia desde la distancia con una mezcla de orgullo y nostalgia. Sentado en un banco de madera bajo un olivo centenario,
Capítulo 74 —Tensiones CrecientesNarrador:El regreso de la Toscana fue agridulce. Aunque el viaje había ofrecido un respiro necesario para la familia, la vuelta a la rutina se sintió como un recordatorio implacable de las responsabilidades y tensiones que no se habían disipado del todo. Para Damiano, el proyecto del viñedo se había convertido en una obsesión. Alexandra lo veía cada vez más inmerso en planos, llamadas y reuniones interminables. La misma determinación que la había cautivado en sus inicios ahora se interponía entre ellos. La mesa del comedor, que antes era un espacio familiar, se había transformado en una extensión del despacho de Damiano. Los papeles y maquetas ocupaban cada rincón, mientras él se sentaba con la mirada fija en su portátil, escribiendo correos o revisando presupuestos. Incluso en los momentos en que estaba físicamente presente, parecía ausente. Una tarde, Alexandra decidió hablar con él. Lo encontró sentado en su despacho, rodeado de hojas y dibujos té