Lysander no entendía muy bien cómo se había metido en ese lío ni cómo debería de sentirse al respecto. Pero la cuestión era que estaba sentado en el coche de Stefano mientras él conducía sin quitar ojo a la carretera.Todo había empezado esa misma mañana, tras decirle al neandertal a su lado que debía volver a casa.Fue decir eso y hacer que el mal humor ya volátil del alfa que era Stefano se encendiera aún más, haciéndolo estremecer por la intensidad de su mirada. No le quedaba ninguna duda de que si pudiera fulminarlo con esta lo haría.— Dijiste que te quedarías conmigo.— de inmediato le escuchó decirle, no era una observación, era una maldita queja en todo el sentido de la palabra.— Y lo haré, pero antes debo ver cómo explicarle esto a mi padre y sobre todo como romper mi compromiso con Alessia.Lysander no sabía lo que le había pasado por la cabeza en ese instante de su pareja, pero de seguro no era nada bueno.Lo siguiente que hizo Stefano tras el desayuno fue vestirse a toda p
Stefano empezó a reír ante las palabras de Lucio, su socio.—Creí que tenía tratos con alguien inteligente, pero ahora con tus palabras me demuestran que no lo eres. Solo porque ella lo dice, vaya me pregunto si viniera alguien más y dijera lo mismo, también lo casarías. En fin, había venido hasta aquí a decirte que tu hijo me ha convencido de hacer ese negocio en el que tú habías fallado, pero… Stefano volteó a ver a su luna, se encontraba demasiado molesto ante esa situación y sobre todo ante esa parte de él que era leal con la joven mentirosa.—Veré que tan inteligente son padre e hijo como para dejarse engañar tan fácilmente.— ¿Pones en duda la honradez de mi hija?— dijo el señor Conti molesto¿Cómo se atrevía ese hombre a insinuar que el hijo que esperaba Alessia no era de su prometido?— Por favor — dijo Olivia interviniendo de repente, de algún modo esa mujer conseguía calmar a todos los hombres cuando se metía en medio de una discusión, era una de las razones por las que a Lu
"Aprovecharse de él"Qué estupidez estaba ese hombre insinuando, aunque por supuesto que se encontraba celoso. ¿Cómo diablos esperaba ese hombre que aceptará por voluntad propia que su pareja, su luna, su otra mitad, fuera desposado con alguien más?Estaba por responder Stefano que el emparejar a su hijo con él le traería mejores beneficios que dejar que se casara con una embustera cómo la joven; sin embargo, calló al escuchar a Lysander hablar.— Papá, deja de ofender al señor Da Rosa, pero no voy a casarme, ese niño no es mío.Era cierto que habían pactado con Alessia tener un hijo cuando se casaran y luego hacer cada uno su vida discretamente, pero de ahí a aceptar al hijo de otro como su heredero era demasiado.— Sé que ella no merece esa vergüenza, por eso no hablé antes, pero ese viaje nos dará un poco más de tiempo para romper el compromiso, porque obviamente no voy a hacerme cargo del hijo de a saber quién.—Como dije, me alegra ver qué el fruto cayó lejos del árbol, porque al
Lysander se sorprendió por la forma en que su padre lo sacó del apuro, convenciendo a su futuro suegro de que él debía marcharse con Stefano a ver un negocio que perseguía desde hacía tiempo y a su vuelta se casaría con Alessia.— Así ganamos tiempo para descubrir quién es el verdadero padre de ese niño — aseguró el hombre antes de despedirse de su hijo — como bien dijiste, no deberíamos permitir que el hijo de alguien más sea el heredero de la fortuna Simeone.Algo en su declaración hizo a Lysander sentirse culpable, él no era su hijo, no era un verdadero Simeone tampoco, pero no por eso aceptaría casarse con Alessia por la obligación de un bebé del que no era responsable.— Padre no es solo eso, Stefano y yo…Lucio Simeone se aclaró la garganta, odiaba darse cuenta de que los rumores sobre su hijo parecían ser ciertos, aun así no podía dejar que él lo pusiera en palabras, no importaba lo rico que fuera Da Rossa.— Lysander hablaremos a tu vuelta — Lo cortó su padre para luego dejar
Lysander se sorprendió por la forma en que su padre lo sacó del apuro, convenciendo a su futuro suegro de que él debía marcharse con Stefano a ver un negocio que perseguía desde hacía tiempo y a su vuelta se casaría con Alessia.— Así ganamos tiempo para descubrir quién es el verdadero padre de ese niño — aseguró el hombre antes de despedirse de su hijo — como bien dijiste, no deberíamos permitir que el hijo de alguien más sea el heredero de la fortuna Simeone.Algo en su declaración hizo a Lysander sentirse culpable, él no era su hijo, no era un verdadero Simeone tampoco, pero no por eso aceptaría casarse con Alessia por la obligación de un bebé del que no era responsable.— Padre no es solo eso, Stefano y yo…Lucio Simeone se aclaró la garganta, odiaba darse cuenta de que los rumores sobre su hijo parecían ser ciertos, aun así no podía dejar que él lo pusiera en palabras, no importaba lo rico que fuera Da Rossa.— Lysander hablaremos a tu vuelta — Lo cortó su padre para luego dejar
Al llegar, el olor al celo de una omega estaba presente en toda la casa, ni siquiera el día en que Lysander llegó a sacar a esa mujer de la habitación olía tanto.¿Es que todas las omegas se habían puesto en celo de golpe?Lysander estaba furioso, no quería compartir a su pareja, no quería aceptar, ni asumir que era su deber como alfa ¿Cómo podría hacerse a un lado mientras dejaba que se acostara con alguien más?Por suerte, Stefano todavía no había llegado a la casa y se marchó a ultimar los detalles del viaje que emprenderían al día siguiente.— ¿Dónde está y por qué se atrevió a dejar su aroma por toda la casa en lugar de esperar a ser llamada?— Gruñó Lysander a Aurora, sabía que ninguna de las omegas se habría atrevido a tanto sin su consentimiento. Aurora se encontró molesta por la forma que el joven le había hablado. —Ella también es parte de la manada y en vista de que el alfa parece no querer llamarla, las omegas deben buscar una manera, y además un sassenach como tú…Aurora
«Lo soy, soy tuyo»Respondió Stefano limpiando con su lengua el morro de su pareja.¿Qué si el alfa estaba enojado por la muerte de esa omega?Por supuesto que no lo estaba, Onix no le impediría a su pareja ejercer su autoridad como su luna sobre las demás omegas, y betas «Dime, ¿Te divertiste cazando?» le preguntó a su luna, alzándose para dejarse caer sobre su cuerpo, buscando morder su cuello y orejas.«Debía hacerlo, no estoy preparado para compartirte»Ámbar era consciente de cuáles eran las normas dentro de una manada, mucho más consciente que Lysander, por ser un alma mucho más vieja que ese humano, pero no podía dejar que las Omegas se sintieran en el derecho de reclamar a su alfa, de enloquecerlo con su aroma y mucho menos provocarlo de ese modo, porque tenía muy claro había sido una forma de desafiarlo, aunque estaba seguro de que no había actuado sola, que Aurora tenía mucho que ver.«Mi única queja sería no haber estado presente y haber visto cómo te ganas tu lugar dentro
Aurora jamás había sentido tanto miedo hacia un Omega como lo sentía en ese momento por la luna elegida por Stefano.No lograba entender qué clase de Omega era, pese a tener una apariencia muy delicada e indefensa, tenía una fuerza innegable y peligrosa.Por eso, mientras acomodaba las maletas en la cajuela, evitaba mirarlo a los ojos.—¿Aurora que pasa? — le preguntó Stefano mientras se colocaba sus lentes de sol — hoy particularmente te encuentras muy callada y por lo regular te la pasas regañándome.Stefano sabía por qué se mantenía en silencio; aun así, no podía evitar meterse con la joven beta.Lysander odiaba a esa mujer y que intentara hacer que su alfa viera a otras omegas, odiaba que intentara convencerlo de tomarlas y de que la manada no podía dejar de crecer, que las tomaran los betas, al fin y al cabo algunos eran hijos de Stefano, así que no se perdía el linaje.Por eso, cada vez que la mujer levantaba la vista en su dirección, Lysander le mostraba los colmillos y le gruñ