28. ¿Te divertiste cazando?

«Lo soy, soy tuyo»

Respondió Stefano limpiando con su lengua el morro de su pareja.

¿Qué si el alfa estaba enojado por la muerte de esa omega?

Por supuesto que no lo estaba, Onix no le impediría a su pareja ejercer su autoridad como su luna sobre las demás omegas, y betas

«Dime, ¿Te divertiste cazando?» le preguntó a su luna, alzándose para dejarse caer sobre su cuerpo, buscando morder su cuello y orejas.

«Debía hacerlo, no estoy preparado para compartirte»

Ámbar era consciente de cuáles eran las normas dentro de una manada, mucho más consciente que Lysander, por ser un alma mucho más vieja que ese humano, pero no podía dejar que las Omegas se sintieran en el derecho de reclamar a su alfa, de enloquecerlo con su aroma y mucho menos provocarlo de ese modo, porque tenía muy claro había sido una forma de desafiarlo, aunque estaba seguro de que no había actuado sola, que Aurora tenía mucho que ver.

«Mi única queja sería no haber estado presente y haber visto cómo te ganas tu lugar dentro
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