«Lo soy, soy tuyo»Respondió Stefano limpiando con su lengua el morro de su pareja.¿Qué si el alfa estaba enojado por la muerte de esa omega?Por supuesto que no lo estaba, Onix no le impediría a su pareja ejercer su autoridad como su luna sobre las demás omegas, y betas «Dime, ¿Te divertiste cazando?» le preguntó a su luna, alzándose para dejarse caer sobre su cuerpo, buscando morder su cuello y orejas.«Debía hacerlo, no estoy preparado para compartirte»Ámbar era consciente de cuáles eran las normas dentro de una manada, mucho más consciente que Lysander, por ser un alma mucho más vieja que ese humano, pero no podía dejar que las Omegas se sintieran en el derecho de reclamar a su alfa, de enloquecerlo con su aroma y mucho menos provocarlo de ese modo, porque tenía muy claro había sido una forma de desafiarlo, aunque estaba seguro de que no había actuado sola, que Aurora tenía mucho que ver.«Mi única queja sería no haber estado presente y haber visto cómo te ganas tu lugar dentro
Aurora jamás había sentido tanto miedo hacia un Omega como lo sentía en ese momento por la luna elegida por Stefano.No lograba entender qué clase de Omega era, pese a tener una apariencia muy delicada e indefensa, tenía una fuerza innegable y peligrosa.Por eso, mientras acomodaba las maletas en la cajuela, evitaba mirarlo a los ojos.—¿Aurora que pasa? — le preguntó Stefano mientras se colocaba sus lentes de sol — hoy particularmente te encuentras muy callada y por lo regular te la pasas regañándome.Stefano sabía por qué se mantenía en silencio; aun así, no podía evitar meterse con la joven beta.Lysander odiaba a esa mujer y que intentara hacer que su alfa viera a otras omegas, odiaba que intentara convencerlo de tomarlas y de que la manada no podía dejar de crecer, que las tomaran los betas, al fin y al cabo algunos eran hijos de Stefano, así que no se perdía el linaje.Por eso, cada vez que la mujer levantaba la vista en su dirección, Lysander le mostraba los colmillos y le gruñ
Las malas noticias siempre son muy rápidas, sobre todo cuando lo sucedido era algo de tanta envergadura como el accidente del heredero de una de las familias más ricas de Italia, una relacionada con el crimen organizado, aunque como siempre en esos casos, algo imposible de demostrar, eso que todo el mundo sabía, pero a la hora de la verdad no había pruebas alguna para asegurar que los Simeone formaban parte de la Cosa Nostra.Pero ahí estaba Lucio Simeone, recibiendo la noticia de la bomba que había hecho explotar el coche de Da Rosa con su primogénito y único hijo dentro.Él se mostró ligeramente afectado frente a la policía, algo que era bastante normal en alguien de clase alta, a veces parecía que llevaban un palo metido en el culo y no se lo sacaban ni para cagar, tal vez ni siquiera cagaban, esa gente estaba hecha de otra pasta o eso pensó el agente encargado de informar a la familia.— Se han identificado algunos restos humanos en el vehículo, pero es imposible saber todavía si
Stefano pudo percibir que algo no iba bien, por lo que, de inmediato, paró los avances de su luna.—Lysander espera…— justo en el momento en que dijo eso, se escuchó el estallido de la parte delantera del auto en el que viajaban. Fue tal el impacto que al beta le resultó completamente imposible seguir manteniendo el control del vehículo, no tardó mucho en impactar contra la valla de contención unos segundo antes de que explotara del todo.A unos pocos minutos y metros del lugar del accidente se abría una especie de portal, dejando salir a una persona, la cual vería todo accidente de primera mano. —Justo a tiempo… — se dijo a sí mismo, al percatarse de la sincronización que había tenido, consiguiendo impedir lo que hubiera sido un final inevitable.Para Lysander todo sucedió demasiado rápido, la sensación de que todo pareció detenerse a su alrededor, fue como en esas películas donde el tiempo se detiene, para todos menos para él.— ¡Stefano!— gritó al darse cuenta de que su alfa desap
Stefano escuchó al brujo con atención, ahora entendía por qué Lysander era hijo de Olivia, una simple humana.Aun así no le importaba si le debía la vida de su luna a ese brujo, no permitiría que le pidiera algo que pusiera esa misma vida en peligro.—Habla de una vez Cappiota ¿Qué es lo que pretendes? Te advierto…La mirada de Ravel Cappiota se posó amenazante en la del alfa Stefano, esta era tan intensa que por un momento creyó sé que se encontraba frente a un igual, pero eso era imposible.El brujo no podía ser un metamorfo cómo lo eran ellos. Ravel se dio cuenta de que Stefano pareció percatarse de algo, por lo que se relajó soltando una sonrisa un tanto sarcástica.—Tranquilo Da Rossa, por supuesto que no pediré nada que ponga en peligro a tu luna. Dime qué sentido tiene que me hubiera esforzado tanto en traerlo a esta vida, puedo predecir con mis visiones el futuro, pero no al nivel que estás imaginando.Pese a las palabras dichas por el brujo, Stefano estaba seguro de que algo e
Lysander no dudó en hacer lo que el brujo había dicho, no entendía para que les había hecho atravesar un portal, si ni siquiera podía llevarlos a liberar a ese hombre, no entendía por qué si era tan importante los dejaba fuera.— ¿Cuál es la razón por la que no podemos ir a liberar a ese hombre?— preguntó Lysander dubitativo, aunque estiró el brazo y extendió su mano para darle su sangre al brujo — Toma la que necesites, un poco de sangre no me hará daño.— Es mejor que os mantengáis lejos, eso está lleno de cazadores, yo puedo entrar y salir rápido con él, no sé si podría hacer lo mismo con los cuatro — respondió Ravel sacando un cuchillo que llevaba alojado en el cinturón y haciendo un corte en la mano del chico para llenar el recipiente.Stefano no dijo nada, de haber estado solo le hubiera hecho la misma pregunta que le hizo su luna.Pero si era cierto que iba a rescatar a Wolfang estaba claro que el lugar era una fortaleza bajo la tierra.Muchos habían sucumbido en el pasado tra
Ravel los había llevado a todos de nuevo a su cabaña, cabaña por fuera porque era como una gran mansión por dentro. El sujeto que traía estaba dormido, y encerrado con una llave y ciertas protecciones mágicas en una de las habitaciones mientras ellos comían esperando a que despertara.— ¿Todavía tengo una duda?— externó el omega curioso, una parte de él quería ir a esa habitación y ver a ese lobo heredero del poder ancestral de una familia muy antigua, se decía que era solo curiosidad, pero era algo más, como si un extraño magnetismo lo estuviera atrayendo.— ¿Por qué mi sangre, es porque soy mitad humano?Ravel bebió un poco de su copa de vino mientras pensaba en una respuesta coherente que darle sin revelar un secreto que iba más allá de él.— Muchas de las familias más importantes de Italia son muy antiguas y la tuya lo es, digamos que algunos de tus ancestros estuvieron emparentados con los antiguos cazadores que encerraron a Bleid Wolfang y como tu sangre se mezcló con la de los l
Las palabras de Ravel hicieron que Stefano gruñera, soltando a Ravel de golpe, llevándose sus dos manos a la cabeza.—¡Maldita sea! ¡Cómo puedes pedirme que deje que mi luna entre ahí! No podía hacerlo, pero tampoco podía renunciar a su venganza, se lo debía no solo a su hijo y luna muerta, también a toda la manada que había matado en su irá desmedida.— Tienes más de seiscientos años, un Alfa con apenas 200 no debería ser un problema para ti, pero es un Wolfang, la sangre de los primeros cambiantes corre por sus venas, no tienes idea de la fuerza que tiene, te aplastará como una hormiga.— Aseguró Ravel — con esa furia será incontenible y tú Luna ya no podrá calmarlo, no solo moriremos los tres, sino que habremos lanzado un monstruo al mundo.En ese momento la furia de Stefano se incrementó, porque no le importaba si ese alfa era un maldito metamorfo original, por lo que tomo al brujo del cuello apretándolo.—Más le vale a Wolfang no tocar a mi luna de ninguna manera o me importará m