"Aprovecharse de él"Qué estupidez estaba ese hombre insinuando, aunque por supuesto que se encontraba celoso. ¿Cómo diablos esperaba ese hombre que aceptará por voluntad propia que su pareja, su luna, su otra mitad, fuera desposado con alguien más?Estaba por responder Stefano que el emparejar a su hijo con él le traería mejores beneficios que dejar que se casara con una embustera cómo la joven; sin embargo, calló al escuchar a Lysander hablar.— Papá, deja de ofender al señor Da Rosa, pero no voy a casarme, ese niño no es mío.Era cierto que habían pactado con Alessia tener un hijo cuando se casaran y luego hacer cada uno su vida discretamente, pero de ahí a aceptar al hijo de otro como su heredero era demasiado.— Sé que ella no merece esa vergüenza, por eso no hablé antes, pero ese viaje nos dará un poco más de tiempo para romper el compromiso, porque obviamente no voy a hacerme cargo del hijo de a saber quién.—Como dije, me alegra ver qué el fruto cayó lejos del árbol, porque al
Lysander se sorprendió por la forma en que su padre lo sacó del apuro, convenciendo a su futuro suegro de que él debía marcharse con Stefano a ver un negocio que perseguía desde hacía tiempo y a su vuelta se casaría con Alessia.— Así ganamos tiempo para descubrir quién es el verdadero padre de ese niño — aseguró el hombre antes de despedirse de su hijo — como bien dijiste, no deberíamos permitir que el hijo de alguien más sea el heredero de la fortuna Simeone.Algo en su declaración hizo a Lysander sentirse culpable, él no era su hijo, no era un verdadero Simeone tampoco, pero no por eso aceptaría casarse con Alessia por la obligación de un bebé del que no era responsable.— Padre no es solo eso, Stefano y yo…Lucio Simeone se aclaró la garganta, odiaba darse cuenta de que los rumores sobre su hijo parecían ser ciertos, aun así no podía dejar que él lo pusiera en palabras, no importaba lo rico que fuera Da Rossa.— Lysander hablaremos a tu vuelta — Lo cortó su padre para luego dejar
Lysander se sorprendió por la forma en que su padre lo sacó del apuro, convenciendo a su futuro suegro de que él debía marcharse con Stefano a ver un negocio que perseguía desde hacía tiempo y a su vuelta se casaría con Alessia.— Así ganamos tiempo para descubrir quién es el verdadero padre de ese niño — aseguró el hombre antes de despedirse de su hijo — como bien dijiste, no deberíamos permitir que el hijo de alguien más sea el heredero de la fortuna Simeone.Algo en su declaración hizo a Lysander sentirse culpable, él no era su hijo, no era un verdadero Simeone tampoco, pero no por eso aceptaría casarse con Alessia por la obligación de un bebé del que no era responsable.— Padre no es solo eso, Stefano y yo…Lucio Simeone se aclaró la garganta, odiaba darse cuenta de que los rumores sobre su hijo parecían ser ciertos, aun así no podía dejar que él lo pusiera en palabras, no importaba lo rico que fuera Da Rossa.— Lysander hablaremos a tu vuelta — Lo cortó su padre para luego dejar
Al llegar, el olor al celo de una omega estaba presente en toda la casa, ni siquiera el día en que Lysander llegó a sacar a esa mujer de la habitación olía tanto.¿Es que todas las omegas se habían puesto en celo de golpe?Lysander estaba furioso, no quería compartir a su pareja, no quería aceptar, ni asumir que era su deber como alfa ¿Cómo podría hacerse a un lado mientras dejaba que se acostara con alguien más?Por suerte, Stefano todavía no había llegado a la casa y se marchó a ultimar los detalles del viaje que emprenderían al día siguiente.— ¿Dónde está y por qué se atrevió a dejar su aroma por toda la casa en lugar de esperar a ser llamada?— Gruñó Lysander a Aurora, sabía que ninguna de las omegas se habría atrevido a tanto sin su consentimiento. Aurora se encontró molesta por la forma que el joven le había hablado. —Ella también es parte de la manada y en vista de que el alfa parece no querer llamarla, las omegas deben buscar una manera, y además un sassenach como tú…Aurora
«Lo soy, soy tuyo»Respondió Stefano limpiando con su lengua el morro de su pareja.¿Qué si el alfa estaba enojado por la muerte de esa omega?Por supuesto que no lo estaba, Onix no le impediría a su pareja ejercer su autoridad como su luna sobre las demás omegas, y betas «Dime, ¿Te divertiste cazando?» le preguntó a su luna, alzándose para dejarse caer sobre su cuerpo, buscando morder su cuello y orejas.«Debía hacerlo, no estoy preparado para compartirte»Ámbar era consciente de cuáles eran las normas dentro de una manada, mucho más consciente que Lysander, por ser un alma mucho más vieja que ese humano, pero no podía dejar que las Omegas se sintieran en el derecho de reclamar a su alfa, de enloquecerlo con su aroma y mucho menos provocarlo de ese modo, porque tenía muy claro había sido una forma de desafiarlo, aunque estaba seguro de que no había actuado sola, que Aurora tenía mucho que ver.«Mi única queja sería no haber estado presente y haber visto cómo te ganas tu lugar dentro
Aurora jamás había sentido tanto miedo hacia un Omega como lo sentía en ese momento por la luna elegida por Stefano.No lograba entender qué clase de Omega era, pese a tener una apariencia muy delicada e indefensa, tenía una fuerza innegable y peligrosa.Por eso, mientras acomodaba las maletas en la cajuela, evitaba mirarlo a los ojos.—¿Aurora que pasa? — le preguntó Stefano mientras se colocaba sus lentes de sol — hoy particularmente te encuentras muy callada y por lo regular te la pasas regañándome.Stefano sabía por qué se mantenía en silencio; aun así, no podía evitar meterse con la joven beta.Lysander odiaba a esa mujer y que intentara hacer que su alfa viera a otras omegas, odiaba que intentara convencerlo de tomarlas y de que la manada no podía dejar de crecer, que las tomaran los betas, al fin y al cabo algunos eran hijos de Stefano, así que no se perdía el linaje.Por eso, cada vez que la mujer levantaba la vista en su dirección, Lysander le mostraba los colmillos y le gruñ
Las malas noticias siempre son muy rápidas, sobre todo cuando lo sucedido era algo de tanta envergadura como el accidente del heredero de una de las familias más ricas de Italia, una relacionada con el crimen organizado, aunque como siempre en esos casos, algo imposible de demostrar, eso que todo el mundo sabía, pero a la hora de la verdad no había pruebas alguna para asegurar que los Simeone formaban parte de la Cosa Nostra.Pero ahí estaba Lucio Simeone, recibiendo la noticia de la bomba que había hecho explotar el coche de Da Rosa con su primogénito y único hijo dentro.Él se mostró ligeramente afectado frente a la policía, algo que era bastante normal en alguien de clase alta, a veces parecía que llevaban un palo metido en el culo y no se lo sacaban ni para cagar, tal vez ni siquiera cagaban, esa gente estaba hecha de otra pasta o eso pensó el agente encargado de informar a la familia.— Se han identificado algunos restos humanos en el vehículo, pero es imposible saber todavía si
Stefano pudo percibir que algo no iba bien, por lo que, de inmediato, paró los avances de su luna.—Lysander espera…— justo en el momento en que dijo eso, se escuchó el estallido de la parte delantera del auto en el que viajaban. Fue tal el impacto que al beta le resultó completamente imposible seguir manteniendo el control del vehículo, no tardó mucho en impactar contra la valla de contención unos segundo antes de que explotara del todo.A unos pocos minutos y metros del lugar del accidente se abría una especie de portal, dejando salir a una persona, la cual vería todo accidente de primera mano. —Justo a tiempo… — se dijo a sí mismo, al percatarse de la sincronización que había tenido, consiguiendo impedir lo que hubiera sido un final inevitable.Para Lysander todo sucedió demasiado rápido, la sensación de que todo pareció detenerse a su alrededor, fue como en esas películas donde el tiempo se detiene, para todos menos para él.— ¡Stefano!— gritó al darse cuenta de que su alfa desap