El sol se encuentra en su punto más alto del cielo para el momento que todos los integrantes de la Manada del Sur se había enterado de que la Madre Luna le había dado a su Alfa una humana como compañera. Los lobos más jóvenes y parte de los mayores no tenían problemas en aceptar a una humana entre ellos, pero otros, principalmente aquellos lobos más ancianos tenían sentimientos encontrados. Y aunque cada lobo de la mana sabe que no deben juzgar las decisiones de su Madre, también saben que nunca se había escuchado Alfa alguno que hubiese sido unido con una humana, la repercusión de aquel detalle si es una idea que da vueltas en la cabeza de todos.— ¿Qué es una Luna? — es la pregunta de Anne al momento en se queda a solas con Lían. — Porque al parecer es algo de gran importancia. Digo, después de todo, es la palabra que más escucho ser usadas por ti y por todos.Lían le miro por un momento mientras piensa en cómo responder a aquella pregunta. La noche anterior había intentado explicarl
— ¿Cuál es la historia de tu padre? Anne pregunta aquello mientras camina de regreso a la cabaña. Ellen corre por delante de ella y Alice camina a su lado. — ¿Qué te hace creer que hay una historia? — Bueno, si no la hay, entonces ¿Por qué vive solo y tan lejos, si ustedes viven en la manada? Ante aquella nueva pregunta, Alice guarda silencio por un momento, si rostro deja ver como su mente acomoda sus ideas. — Él está desterrado. — responde finalmente. — Los lobos desterrados no pueden vivir con la manada, es por eso que vive aquí, en el borde del territorio. ¿Desterrado? ¿Por qué razón se destierra a un lobo? — ¿No tiene forma del volver? — Anne no sabe bien cómo funciona la dinámica en una manada de lobos, pero si esta se parece, aunque sea un poco a las de su aldea, el líder de la manada tendría que ser el encargado de permitir su regreso, y eso solo deja una opción. — ¿Lían? — No hay nada que se pueda hacer. — es la apesadumbrada respuesta de Alice. — Nadie desterró a Papá
— ¿Y es malo que los ancianos vengan? — es la pregunta que surge de los labios de Anne tras escuchar las palabras de Zven. Al haber recibido la orden de cambio por parte de la Luna, Zven y Scott aprovecharon que estaban en el centro de control para poder hacerlo y obtener un poco de ropa antes de volver a dar la cara a su señora. — Créame Luna, nadie con la inteligencia suficiente quiere tener a los ancianos merodeando en su territorio. Anne asintió suavemente ante aquella respuesta. Si está entendiendo bien, ese grupo de ancianos tiene un gran control sobre muchos aspectos de las manadas de lobos, y al parecer ninguno de los lobos de esta manada en concreto está a gusto con saber que ellos se encuentran en su territorio. Pensándolo por un momento, y tomando en cuentas las cosas que le explicaron aquellos dos lobos, tal vez, aquel anciano podía representar una oportunidad de marcharse. — Quiero ver a Lían. — dice después de pensarlo en un momento. — Llévenme con él. Al escuchar aq
Para el momento que Lían llegó a la plaza principal esperaba encontrar cualquier cosa, menos a sus centinelas gruñendo al Anciano Hansen y rodeando a su Luna. Su instinto le ordenó detener aquello, su lobo rasgando en su interior pidiendo salir y poder arrancar la cabeza de aquel que se atreve a amenazar y menospreciar a su compañera y manada. Grande fue su sorpresa al ver la serenidad con la cual Anne ordenó a los lobos junto a ella, seguido del placer ante la forma en la cual respondió a las groseras palabras del anciano. — Hermano… — comienza a decir Allan, pero guarda silencio ante un gesto del mayor. Cuando Helen alzó la voz hacia Anne, adelantó unos pasos al resto de sus hombres, pero toda intención de hacer algo murió en el momento que escucho a su pequeña compañera, proclamarse orgullosa como la Luna de la manada y reclamar su derecho de autoridad sobre esta y su territorio. Pero lo que hizo sentir a su lobo como un pequeño cachorro y aceleró el latido de su corazón, fue el m
La frontera norte del territorio había estado en tensión la última semana. Mark estaba siguiendo el rastro de presas muertas que comenzaron a aparecer a lo largo de la ribera del río perteneciente a la manada. Una gran parte de las presas se encontraba despedazadas de una forma tal, que dejaba en claro que había sido un lobo quien las había atacado. Pero aquello no fue una cacería de alguien que buscara abastecerse, por el contrario, al ser dejadas para que los cuervos las devorasen y el resto se pudrieran, indica que quien fuese el cazador, solo desea mermar las piezas de caza, y eso no es bueno, menos ahora que el invierno está tan cerca. — ¿Pudiste encontrar algo? — pregunta una suave voz a sus espaldas. — Creí haberte dicho que te quedaras en el puesto de control. — responde mientras intenta olfatear el rastro del lobo causante de aquella carnicería. — No cambias, siempre queriendo resolver todo tú solo. — Ignorando el tono osco en que le llegó la respuesta de su hermano, Melish
Todo el circulo principal se encuentra realizando el plan de recolección y control de las cosechas para el invierno, los centinelas aprovechan en ese momento para bromear un poco con su líder y su comportamiento tierno cuando tiene a su compañera cerca. Lían les resta importancia y solo se defiende diciendo que ellos son iguales. — Te conozco de toda la vida y nunca pensé que supieras sonreír. — son las palabras de Zven. — Creo que si lleva su sonrisa a todas partes causará más terror que si solo mantiene su expresión seria. — se une su hermano. Ante las burlas de su mejor amigo y hermano, Lían solo se recuesta en la silla y los mira fijamente. — ¿Celoso hermanito? — pregunta con tono mordaz. — No gracias, prefiero pelear y desgarrar, tener una compañera no es para mí. Lían estaba por replicar aquellas palabras, pero cuando una corriente eléctrica recorre su cuerpo se pone en alerta, no tarda mucho en entender que aquella sensación tiene que ver con su compañera. Levantándose con
— Entonces, ¿la humana simplemente grito de la nada el nombre del Alfa y luego se desmayó? Brendan guarda silencio mientras observa con recelo al Anciano, él no va a negar que odia fuertemente a su líder, pero puedes asegurar que odia aún más a aquel hijo de perra de Hansen. — ¿Y bien? — insiste una vez más el inquisidor. — No es como si pudiera decir mucho sobre lo ocurrido. — Es la simple respuesta de Brendan después de pensarlo un poco, al final, no es como si él realmente pudiese decir algo más. Hansen sabe que no es mucho lo que podrá sacar de información por parte del doctor, es claro que, aunque el hombre ha dejado ver en más de una oportunidad su disconformidad con Lían, al parecer, al igual que cada miembro de aquella asquerosa manada, él tampoco siente agrado por el consejo y mucho menos por su presencie en el lugar. Sin decir nada más, el anciano simplemente se retira de la cabaña del médico. Una vez que se queda en soledad, Brendan reflexiona sobre lo ocurrido. Origina
Para el momento que Lían y el resto de los centinelas dieron muerte a los últimos lobos malditos, el sol ya comenzaba a despuntar en el cielo. Volviendo a su piel humana, los lobos se mostraron jadeantes y los más heridos solo en ese momento se dejaron ver vulnerables. — ¿Cómo es posible que los malditos llegaron tan lejos? — Allan se acerca a su hermano con paso lento, su pecho dejando ver las marcadas heridas producidas por las garras de sus atacantes. — No lo sé. — Si bien su lobo se estaba encargando de regenerar las heridas de su cuerpo, Lían no puede negar que se encuentra agotado, por lo que dando unos pasos más se acerca a Zven, su mejor amigo es de lo que se ve más compuesto a pesar de sus heridas. — Revisa los flancos, quiero saber cuál rompieron. Sin necesitar escuchar nada más, Zven da un leve asentimiento con su cabeza para volver a su piel de lobo y encaminarse a los puestos de control. Al ver partir a Zven, Lían da la orden al resto de volver con la manada, debían re