「 ✦ TRAICION DESCUBIERTA✦ 」 Santino contestó el teléfono con un marcado desagrado en su voz, esforzándose por sonar amable, a pesar de su evidente reticencia. ―Buenos días, Claudia. ―¡Santino, cariño! ¿Listo para nuestro almuerzo? ―La voz de Claudia era dulce, rebosante de confianza y afecto. ―¿Almuerzo? ―Santino frunció y miro a su amigo ―¿Qué almuerzo? ―Oh, ¿lo olvidaste? ―Claudia se rio, con coquetería. ―No te preocupes, sé que has estado muy ocupado. ―Ah, sí, claro. Mucho trabajo recientemente ―mintió Santino, rascándose la nuca en un gesto de incomodidad. ―Lo siento mucho. ―No hay problema, amor. Te espero en Lemons ―dijo Claudia, su tono aún impregnado de amor y expectativa. En ese momento, André no pudo contener su diversión y comenzó a burlarse imitando a Claudia con una voz aguda y melosa. ―Oh, Santino, ¿has olvidado nuestro amoroso almuerzo? ¡Qué corazón tan olvidadizo! La mirada fría que Santino lanzó hacia André solo sirvió para animar más la burla. ―¿Qué eso amo
「 ✦ CORREO ANÓNIMO✦ 」En la entrada del restaurante, Vivian observaba la escena entre Santino y Claudia, su sorpresa inicial rápidamente se transformó en una oportunidad. Con una destreza que solo la malicia podía afinar, sacó su teléfono y capturó el momento con unas cuantas fotografías.«Pobre Sophia, alardeando que tiene un marido fiel» pensó con una sonrisa burlona. «Esto va a ser divertido»Guardó el teléfono y se giró hacia Damiano, quien la acompañaba.―¿Qué pasa? ¿No vas a entrar?―No, Santino está dentro. No es bueno que te vea; si no, sabrá que tu padre y tú no están en Sicilia.Damiano no lo pensó más y regresó a su auto, pero Vivían estaba demasiado ocupada tramando su siguiente movimiento.«¿Santino y esa mujer…? ¿No se supone que está enamoradísimo de la estúpida de Sophia?», reflexionó, mientras una sonrisa maliciosa se formaba en sus labios. «Bueno, esto es algo que no voy a dejar pasar. Vamos a ver cómo te sientes cuando sepas que tu marido te engaña, Sophia» Adjuntó
「 ✦SOSPECHAS ✦ 」 ―Ahora, ¿vas a decirme qué te pasa? ―Santino preguntó, apenas entraron a la habitación. ―Estuviste callada durante todo el camino y sé que algo te pasa. A último momento, Sophia tomó la decisión de guardar silencio. No iba a hablarle sobre las fotos; primero, iba a proteger su dignidad, no se rebajaría a sí misma, preferiría soportar el dolor en silencio y, segundo, quería tener más pruebas para cuando finalmente lo confrontara. ―Nada, solo tuve un mal día en la universidad, eso es todo. Santino no le creyó ni media palabra; no era estúpido, sabía que algo le pasaba. ―Amore… ―dijo, moviendo la silla hacia ella ―…sabes que puedes decirme lo que sea. Yo lo solucionaré por ti. Sophia esquivó su mano con la excusa de ir al tocador y le dijo. ―No hace falta, estoy bien. Cuando dije un mal día me refería a que fue agotador, y después quise ir a casa de Janna. ¿Y tú? ¿Cómo estuvo tu día? Él la miró un instante y luego respondió. ―También tuve un día agotador. ―¿Est
「 ✦ AÚN NO SE SI ES ELLA.✦ 」En otra parte de Chicago…―¿Ya tienes información de la chica? ―Alexei Antonov dejó salir el humo de su puro.―No, pero estoy acercándome lo más que puedo. Ella aún tiene sus reservas; no puedo asegurarte de que sea la que buscas.Alexei se puso de pie y rodeó el escritorio.―Entonces sigue investigando, eres mi mejor hombre, Artem. Necesito saber cuanto antes si es la persona que estamos buscando, y una vez que estés seguro, debes traerla contigo, aun si ella no está de acuerdo.Artem le dio un asentimiento de cabeza a su amigo, y sus ojos brillaron cuando pensó en Sophia.[…]Después de que Santino se fuera a su supuesto viaje de negocios, Sophia optó por pasar tiempo con Ángelo, necesitaba encontrar algo en que distraer su mente o corría el riesgo de volverse loca de los celos.―Mamá, ¿papá y tú están enojados? ―preguntó el pequeño con la mirada cargada de tristeza.Sophia no supo qué decir en ese momento, así que trato de persuadirlo.―No, cielo, claro
「 ✦ NO TE ENTROMETAS✦ 」 En ese momento, Santino entró y su rostro era una máscara de furia contenida y preocupación. Sus ojos se encontraron con los de Sophia, y por un momento, todo el caos pareció detenerse. El alma le volvió al cuerpo a Sophia cuando lo vio sin ninguna herida. Puede que fuera el más mentiroso y desgraciado del mundo, pero era inevitable que tuviera sentimientos por él. ―¿Qué pasó? ―preguntó ella antes de que él pudiera inventar una buena excusa. No había tenido más opción que traerlo a la mansión; llevarlo a una clínica u hospital privado no era posible y, además, nunca había pasado ese tipo de situación, donde alguno de ellos saliera herido. Lo de esa noche había sido la primera vez. Así que dijo lo primero que se le vino a la mente. ―Intentaron asaltarnos. ―Las cejas de Sophia se apretaron con demasiada fuerza. ―¿Asaltarlos? ¿Me estás hablando en serio? ―Sí, no lo sé, de repente quisieron quitarnos los autos o qué sé yo, pero no te preocupes, lo importante e
「 ✦INVITACIÓN AL CAFÉ✦ 」 Después de la discusión con Santino, Sophia se preparó temprano para la universidad. Su teléfono vibró sobre el tocador; al mirar la pantalla, vio que era Artem. ―Buenos días ―la voz del hombre era animada, todo lo contrario al estado de ánimo de Sophia. ―Hola, Artem… ―¿Qué pasa? Te escuchas… extraña. ―No es nada, ayer no dormí bien, solo es cansancio. ―Sophia suspiró y miró hacia el jardín. ―¿Qué sucede? ¿No deberías estar en tus clases? ―Tengo la mañana libre y quería invitarte un café, ¿aceptas? Sophia guardó silencio un instante, como si estuviera dudando. Luego, la discusión del día anterior y el reciente comportamiento de Santino la hicieron aceptar. ―Está bien. Pero tendré que ser después de mi primera clase. ―No hay problema ―él se rio él a través del teléfono. ―Podría esperar por ti el tiempo que fuera. Su declaración la incomodó un poco, pero no pensó demasiado en eso. ―Está bien, te llamaré cuando llegue. Por otro lado, Santino miraba su
「 ✦TENSIÓN EN EL AUTO✦ 」 Sophia reía ante algo gracioso que Artem acababa de decir, disfrutando de un momento de ligereza después de la tensión anterior. Sin embargo, su risa se cortó abruptamente cuando sus ojos se posaron en el auto negro estacionado frente a la universidad. Era el auto de Santino, su marido. Un nudo se formó en su estómago, y una oleada de náuseas la invadió como si hubiera ingerido algo en mal estado. Además, su rostro perdió todo color, volviéndose pálido como el papel. ―¿Estás bien? De repente te pusiste pálida ―preguntó Artem, ajeno a Lo que estaba sucediendo. Se acercó a ella y acunó su cara entre sus manos, mirándola con sincera preocupación. ―Sophia, me estás asustando. ¿Qué te pasa? Pero Sophia solo podía mirar fijamente hacia el auto. Dentro del vehículo, Santino ya la había visto. La pluma que tenía en sus manos, la misma con la que había firmado la tarjeta hace un momento, estaba ahora rota en dos pedazos. La sangre hervía dentro de sus venas, y sus
「 ✦NO MERECES AMOR✦ 」 Sophia lo miró, intentando enterrar todas sus emociones, pero fue imposible mientras los intensos ojos azules de su marido la perforaban. ―¿Sabes lo que hago cuando alguien toma algo que es mío? ―preguntó Santino, su voz áspera, delatando el poco control sobre su ira. Era evidente que estaba al borde de perder la compostura, de destrozarlo todo. Sophia, con un simple acto, había logrado desatar esa tormenta en él. Se dio cuenta de que sus sentimientos por ella eran más profundos de lo que había imaginado. ―Yo… ―la garganta de Sophia se agitó mientras tragaba saliva, buscando las palabras. ―Yo… Él se acercó a ella hasta dejarla acorralada contra la pared. La mochila de Sophia cayó al suelo con un golpe sordo, pero ninguno de los dos le prestó atención. ―Les quito algo ―gruñó Santino, sin apartar sus ojos de los de ella. A pesar de ver la confusión y el miedo en los ojos de Sophia, en ese momento no le importaba; estaba demasiado cabreado, buscando retribución.