Una semana después...
Estoy en Manhattan, con un montón de trabajo que no había visto nunca pero aún así lo conocía. Mi padre desde pequeño siempre me traía en los veranos (a trabajar) con él, me decía siempre que yo sería su sucesor: pero ahora las circunstancias me obligan porque prácticamente tengo
Vamos en el avión privado de la corporación hacia Phoenix, ninguno cruzó palabra en el camino. Con la discusión del día anterior creo que no soy su personaje favorito. Es muy soberbia. En fin, nos casamos en unos días y ella ni siquiera me quiere mirar; no es que yo sea muy delicado pero los últimos acontecimientos me asustan. Estaba dormitando y se veía hermosa, estoy enamorado de ella definitivamente. — ¡Amor, amor despierta que ya llegamos! - se estiró con los brazos hacia arriba y la blusa se le pegó a los pechos, alzándose hasta
Al día siguiente...¡Mierda que dolor de cabeza tengo!Después del arrebato de ayer, no solo nos quedamos en Datlov's Club sino que nos tomamos casi todo el alcohol que había en el lugar. No puedo moverme ni abrir los ojos, estoy completamente hecho una mierda y... ¿qué es esto? ¿Una pierna? ¡Oh ooooh, y no es de hombre! ¡Dios mío, protégeme de todo mal femenino que
Nada es más terrible que la incertidumbre te arrope como una gran nube negra en un cielo despejado.Ethan Huckson
Después del gran susto que pasamos, Sonya estuvo dos días en observación ¡Si! Dos días donde lloró, berrinchó y se enojó más de diez veces conmigo porque: no le llevaba pizza, o coca cola, porque no dormía con ella o no le hacia el amor. ¡Dios! quería desertar, tirar la toalla o como se diga.
Llegamos al hospital. Ethan se acerca y me detiene por el brazo. —Se que no necesito decir que guardes el secreto pero tampoco deseo que se enteren y menos mamá de que estoy enamorado de Ivanna. ¿Podrías?
Llevamos un mes en la casita de verano y hace más de una semana empezaron de nuevo los preparativos para la boda, Sonya estuvo relajada hasta el momento en que su madre llegó y se instaló en la otra habitación para poder realizar las compras pertinentes y las diligencias previas a la boda. Llegué a uno de los hoteles del consorcio, no porque soy el gerente sino porque dejé la billetera en casa de mi madre y no llevo encima ni un cuarto de dólar, ¡Seeeeh! Soy estúpido pero salí con algo de prisa debido a las circunstancias, a Dios gracias me traje el teléfono y puedo pedir comida diferente a la que me traen en el hotel y que lo carguen a mi tarjeta. Mi teléfono sonó... — ¿Hola? - era mi madre, estaba llorando. Último capítuloCAPÍTULO 13. APOYO MORAL
CAPÍTULO 14. RECONCILIACIÓN