El calor que hace esta matándome, estoy sofocado y tengo náuseas, tal parece que nos tomamos todo el licor de ese bar. ¡Y no fui yo quien pagó!
Recuerdo que nos sentamos en una mesa y la nueva amiga de Dom nos servía los tragos, luego trajo dos botellas de whisky más dos de coñac y de allí no recuerdo nada más. Creo que llegué a casa con Dom al volante pero no estoy seguro.
¿Eh? ¿Qué es ese ruido? ¿Y esas voces? Provienen del baño. A ver y cuento los enanitos: Ethan, Logan y yo. Falta Dom y esos gemidos son de mujer. ¡Madre mía! Que no sea K
Después de una sesión de sexo fabulosa y sin precedente (para mi claro está) creo que ya mis dudas se disiparon, y si no; bueno ya tengo la mente más despejada.Meti el perro en la camioneta y me dirigí a la casa de mis padres, ni siquiera llevo una mochila ya que mi madre compró mi atuendo completo. Mi teléfono suena y es Nat.—¿Hola?—¡Se fue el, el
Al llegar mi madre toma mis manos y sonríe con ojos vidriosos.—Hoy es el gran día mi bebé, debería estar feliz por ti porque a pesar de que estas nerviosísimo, se que esto es l
Mi cuerpo no responde estoy paralizado, lo que escucho son murmullos y llanto. Pero creo que estoy más consciente, esto me sobrepasa nunca esperé ni creí llegar a este punto de casi matar a alguien, ahora estoy aterrado. Creo que ya estoy volviendo del shock, escucho más claro.
Lucressia Fantini (Mamá de Sonya, La Cacatúa)—¡Tranquilo cariño! Todo saldrá bien y cuando despiertes, nos vengaremos de esos dos – le dije al amor de mi vida mientras acariciaba su cabeza.
NapoleónDesperté con dolor en todo el cuerpo, porque mi tarde de bodas se extendió a la noche y la mañana. Creo que he dormido cuatro horas, está mujer va a matarme y no es que me qu
Después del fin de semana tortuoso que tuve a causa de Sonya y sus celos con mi Petrova y la otra amiga de Ethan, al fin llegamos a casa. Mi esposa no me habla y se fué a dormir en la habitación de Alma Nathalia porque dice que esas dos chicas me gustan porque son delgadas. Se desnudó y paseó por toda la casa, yo solo babeaba de las ganas que pujaban por hacerla mía pero ¡No! Ella no quiso.
Después de huir casi despavorido del lado de esa hermosa chica y devanarme los sesos en el camino tratando de descubrir por que reaccioné de ese modo, llego a la empresa y subo a mi oficina sin detenerme en ningun piso ya que estoy bastante retrasado.
Mi nombre es Napoleón McCarthy, tengo treinta y seis años de edad y aún vivo en Phoenix con mis padres ¡sí! Soy un consentido pero, he pasado por mucho. Hoy quiero compartir mi historia con ustedes... Phoenix, 1984. Último capítulo