Mi cuerpo no responde estoy paralizado, lo que escucho son murmullos y llanto. Pero creo que estoy más consciente, esto me sobrepasa nunca esperé ni creí llegar a este punto de casi matar a alguien, ahora estoy aterrado. Creo que ya estoy volviendo del shock, escucho más claro.
Lucressia Fantini (Mamá de Sonya, La Cacatúa)—¡Tranquilo cariño! Todo saldrá bien y cuando despiertes, nos vengaremos de esos dos – le dije al amor de mi vida mientras acariciaba su cabeza. NapoleónDesperté con dolor en todo el cuerpo, porque mi tarde de bodas se extendió a la noche y la mañana. Creo que he dormido cuatro horas, está mujer va a matarme y no es que me quCAPÍTULO 24. MANHATAN
Después del fin de semana tortuoso que tuve a causa de Sonya y sus celos con mi Petrova y la otra amiga de Ethan, al fin llegamos a casa. Mi esposa no me habla y se fué a dormir en la habitación de Alma Nathalia porque dice que esas dos chicas me gustan porque son delgadas. Se desnudó y paseó por toda la casa, yo solo babeaba de las ganas que pujaban por hacerla mía pero ¡No! Ella no quiso.
Después de huir casi despavorido del lado de esa hermosa chica y devanarme los sesos en el camino tratando de descubrir por que reaccioné de ese modo, llego a la empresa y subo a mi oficina sin detenerme en ningun piso ya que estoy bastante retrasado. Mi nombre es Napoleón McCarthy, tengo treinta y seis años de edad y aún vivo en Phoenix con mis padres ¡sí! Soy un consentido pero, he pasado por mucho. Hoy quiero compartir mi historia con ustedes... Phoenix, 1984. Quince años antes, en la fiesta... Tres meses después....Estoy en el penúltimo año de carrera y faltan quince días para culminar las clases, después de la fantástica noche que pasé con la chica de mis sueños; no es que sea mi novia ni nada pero, nos hemos visto en ocasiones, por lo demás ahora soy popular porque ella así lo quiere. La puerta se abrió y yo temblé, todo mi cuerpo hormigueaba y eso, no era buena señal porque de comenzar a zumbarme los oídos caería en una crisis de pánico; algo que pensé había superado... pero, me sentía igual ya me falta el aire y tenía las manos sudorosas. De pronto un aroma conocido llamó mi atención y caí al piso tumbado por un par de huracanes que me sacaron de mi estado de casi pánico, mis hermanos menores gritaban mi nombre: PREFACIO
CAPÍTULO 1. EL COMIENZO
CAPÍTULO 2. EL ERROR Y LAS CONFESIONES
CAPÍTULO 3. EL SHOW