Estefan Anderson
No sé aún qué está pasando por la cabeza de estas dos. Parecen adolescentes siguiendo a esas mocosas por todos lados. Primero tenía que lidiar solo con los cambios físicos y psicológicos de Cassandra y su fascinación por esa quiltra, pero ahora también se suma Isabela, la cual no ha tenido cambios físicos, pero sí emocionales. Ya no veo a esa mujer sonriente, fiestera y mujeriega; hoy parece un alma en pena y lo peor es que al intentar disimularlo se le nota más. No quiere asumir que no solo siente una atracción por esa rubia, sino que también está completamente enamorada de ella. Ya se le notaba bastante en cómo la miraba y la cuidaba a lo lejos antes de ese viaje, recuerdo que la encontré varias veces en las mismas, también note que algo cambió en ese viaje o tal
Finalmente, termino en el asiento del copiloto. Durante el viaje, el silencio es incómodo, pero noto cómo revisa constantemente su celular y el mapa, como si no pudiera soportar mi presencia."No creo que alguien te esté esperando", comento con sarcasmo cuando veo que mira su dispositivo por octava vez."Eso no es asunto tuyo", responde fríamente, con un tono que me hiere más que sus palabras."¿Qué hacías en ese antro? Pensé que solo te gustaban los lugares de alta categoría", le pregunto, buscando herirla."No necesito que me juzgues. Además, ¿por qué debería escucharte?", responde con desdén, mostrando su debilidad económica frente a mí."Sé que no podrías pagar este asiento si no fuera por la rubia", le señalo con una sonrisa burlona."¡Cállate, egocéntrico! Estoy harta de tus ton
"Cualquier idea es buena para mi niña", dice la pobre María, que se la ha pasado rezando toda la noche, y Cassandra ya dio vuelta todas las páginas de internet buscando alguna solución."Bueno, es la tía Isa, tiene su estómago funcionando, pero no podemos llegar a él de forma tradicional. Ahora, si entubamos e instalamos un sistema de bomba que lleve alimento a su estómago, ella podría alimentarse y comenzar a sanar más rápido, ¿verdad?" Luego de eso, nos muestra una estufa a parafina siendo llenada por una bomba manual. A Isabela le encantará esto al despertar."Sería lento, pero sería seguro. No sé cuánto vaya a aguantar, hagámoslo", dice casi desesperada. "Lo que sea para que vuelva a molestarnos".Comienzan a ver los materiales que utilizarán y entre todo el ajetreo de la mañana, vuelve a llegar Samantha. Esta vez viene
Fue entonces cuando las chicas volvieron a mi vida. Aparecieron una noche en mi guarida, con una mirada determinada en sus ojos. Me ofrecieron una oportunidad de redención, una oportunidad de enmendar mis errores e intentar cambiar el camino que había tomado, que si bien el existir de esta forma era una tortura, el estar en soledad lo era mucho más."no te voy a negar que tal vez estar con nosotras sea un dolor de culo, pero es mejor sentir algún tipo de dolor que no sentir nada" me dijo la menor.Acepté su oferta, reconociendo que era mi única oportunidad de escapar de la oscuridad que me había consumido durante tanto tiempo. Juntos, nos convertimos en algo más que amigo, con el tiempo me volví la mano derecha de la pequeña, era una verdadera maestra de los negocios, lo rectifico, es una maestra de los negocios. todos los días luchábamos por contener la sed y cuando ya no podíamos más pactamos atacar solo a los demonios humanos.Así comenzó mi nueva vida, una v
Deudas que queman el AlmaClara ScheneiderDespués de esa noche en el antro, cuando choqué con la chica rubia y pensé que él quería alimentarse de su sangre, decidí continuar yendo al mismo lugar. Me encantaba la música y descubrí que me encantaba bailar. Cada noche, cuando la manada me daba tiempo libre, lo cual era mucho, iba al mismo antro y siempre veía a esa chica, bebiendo y drogándose, mientras él la observaba y cuidaba desde lejos. Aunque creía que los chupasangre no tenían corazón, me sorprendía ver cómo él se preocupaba por ella, a pesar de que Claramente no le interesaban los hombres. ella tenía una nueva conquista cada día, pero algo no andaba bien con ella; sus ojos siempre parecían tristes.Ella siempre se relacionaba con las chicas más guapas y él la observaba, la cuidaba y se preocupaba por ella. ¿Era eso normal entre ellos? Había notado que rechazaba a todas las mujeres que se le acercaban, y eran muchas. ¿Qué veían en él si era tan petulante, ególatra, estúpido y cre
Estoy en una habitación y por la suavidad de lo que recibe mi cuerpo, pareciera ser que estoy tendida en una cama. Solo logro ver el techo, es blanco con una lámpara colgante, bastante hermosa. Vuelvo a cerrar mis ojos para poder recuperar un poco de mis fuerzas.Después de un rato, escucho unos pasos acercarse. Es inevitable no abrir los ojos y allí está la figura borrosa pero inconfundible del maldito demonio... Por muy borroso que se encuentre, es él, estoy segura. Se acerca y mueve su mano hacia donde estoy. Cierro los ojos instintivamente ¡Mierda, me va a matar! Espero su mano en mi cuello, pero pasan los minutos y nada.Vuelvo a abrir los ojos. La luz suave de la mañana se cuela por las cortinas, iluminando su figura. Él está de pie, de espaldas a la ventana, y el resplandor dorado resalta cada contorno de su cuerpo.Mis ojos se detienen en su abdomen, marcado y esculpido como una obra de arte. Cada músculo parece tallado a mano, una mezcla perfecta de fuerza y gracia. Lo observ
A un lado, descubro una sauna privada. Nunca había visto una en persona, y mucho menos había imaginado estar en una. Me detengo en la entrada. "Debería ducharme y salir de aquí, antes de que vuelva". No lo pienso más y me meto a la ducha, disfruto como el agua recorre y limpia mi cuerpo. Aún no recuerdo cómo o por qué llegué aquí, pero con la sensación del agua recorriendo mi cuerpo me relajo. Cuando termino, tomo una de las toallas y simplemente "Wow", otra vez. Son increíblemente suaves mientras seco mi cuerpo. Sigo observando y cada rincón de este baño está equipado con tecnología de última generación. Un sistema de sonido envolvente, controles de temperatura y humedad, todo se puede ajustar para crear el ambiente perfecto. Me siento como si estuviera en otro mundo, uno donde todo es hermoso, cómodo y perfecto."con un baño así cualquiera dejaría de oler a muerto" por eso él huele tan bien...Cuando ya estoy vestida y dejo de tocar y revisar todo, salgo del baño, tomo mi ropa y me
"Clara, la mesa dos, ya salió el pedido", me llama Carlos. Lo miro y le pido a Sam que lo lleve. Ella no dice nada, solo me cubre. ¿Qué mierda pasó? No puede haber sido yo, yo los hubiera... No, no puede ser."¿Qué te pasa?", Sam volvió y me mira interrogante."Ellos, ellos estaban conmigo anoche", le digo apuntando al televisor."¿Fuiste tú?" samantha me mira con curiosidad, jamás le he comentado que conozco a un vampiro, ni mucho menos le conté donde desperté esta mañana."No, no lo creo, no lo recuerdo", respondo, sintiendo un nudo en el estómago. Yo no lo recuerdo, pero sé quién sí debe saber qué pasó...Al terminar mi turno, me despido de Samantha y me voy directo al antro de lujo. Debo saber qué pasó. Es desesperante no recordar nada, es desesperante pensar que pude haber sido yo quien les hizo eso a esos tipos, pero no recuerdo una cabaña, no recuerdo nada. "¡Agh! ¿Por qué bebí tanto? Tonta, tonta, fui una estúpida", me regaño a mí misma afuera del antro, porque no me dejaron p
“Que te quedes tranquila”, me ordena una vez más. “Te dolerá un poco”, añade mientras me toma en sus brazos y me lleva hacia su auto.Conduce a toda velocidad, y yo intento contener las lágrimas por el dolor que siento y mi orgullo herido porque, una vez más, es él quien me está ayudando. Mi cuerpo intenta transformarse para sanar, pero no lo logra, y eso me hace desmayarme varias veces durante el trayecto en el coche.“En mi departamento, fractura de costillas, posiblemente pulmón comprometido, brazo quebrado, pierna con fractura expuesta. Lleva todo el equipo”, le dice a alguien por teléfono antes de que me desmaye de nuevo.Cuando abro los ojos, estoy en esa habitación otra vez, en esa cama blanda y cómoda. Intento moverme, pero todo duele.“No es recomendable que te muevas. Tu cuerpo está sanando, pero aún falta mucho”, me dice. Lo busco con la mirada y lo encuentro sentado en un sillón a los pies de la cama. Sigo mirando y veo que estoy vendada. “No te preocupes, yo no te toqué.