capitulo 31

En mi vida vuelvo a beber así. Dios, ¿cómo pueden hacerlo sabiendo la resaca que se gastarían al siguiente día? Juro que cuando volví a despertar, estoy casi convencida de que aún estaba ebria; todo me daba vueltas. Y me tuve que volver a dormir. El medicamento que me dejó Cata me ayudó bastante, pero, Dios, me costó tanto recuperarme.

Ya me encuentro en el instituto nuevamente. Este fin de semana no fue más que una pérdida de tiempo y muchas vergüenzas. Acabo de enterarme de que tengo el título a la esponja del año (creo que es por tomar y aguantar mucho; supieran que casi me muero).

Cata no se me ha acercado; me observa, pero no me ha dicho nada. Tampoco he escuchado rumores sobre nosotras. Solo corren los rumores de que ella llegó con la desabrida a la fiesta, y la gran mayoría las pide como pareja. ¡Puaj, que asco!

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