Antes de que ella pueda responder, la nana interviene:“Las bebidas están listas”.Viene con una charola llena de vasos. Ella se levanta enseguida para ayudarla. Siempre atenta, siempre preocupada porque esa mujer no haga demasiado. Me desconcierta su manera de ser.“Yo puedo atenderlos, tranquila, niña” dice la nana.“Nani, vienes con mucho peso, te hará mal. Entrégame eso y no te preocupes, Estefan fue por lo demás. Ven y comparte un rato con nosotros”.Comienza a repartir los vasos a los niños primero. Me entrega el mío sin decir nada y luego le da uno a Samantha, quien, sin previo aviso, toma su brazo y tira de él, haciéndola caer al agua.Las risas explotan alrededor.—Amor… —intenta protestar, pero Samantha no le da oportunidad.La besa. Posesivamente. Marcando su territorio.Hasta en eso se parece a Nelly.Las risas aún flotan en el aire cuando Cassandra emerge del agua, sacudiendo el cabello mientras mantiene su agarre en la muñeca de Samantha.“No creas que te vas a salir con
Pero no solo es eso. Se supone que debería estar buscando la forma de deshacerme de ella, no pensando en cómo deshacerme solo de su ropa. Mierda.Malditos pensamientos. Ya paren.Me paso una mano por la cara, como si con eso pudiera borrar el desastre en el que se está convirtiendo mi mente. Pero Samantha sigue ahí, mirándome con esa maldita expresión de "te pillé".No. No me pillaste. No hay nada que pillar.“No juegues conmigo, Sam” murmuro, intentando sonar indiferente.Pero incluso yo noto que mi voz no tiene la firmeza de siempre.“Esta noche estaré con Blue. Tengo unas cosas que arreglar, así que te aviso para que no te preocupes por mí… aunque sé que no lo harás”.Mi tono es despreocupado, no espero una respuesta ni nada de ella.Samantha me mira un segundo más y luego se aleja, sin esperar respuesta.Y yo me quedo ahí, aun sintiendo el eco de su pregunta en mi cabeza."¿Te gusta?" Mierda.Tomo aire y lo suelto lentamente. Necesito despejarme.Necesito recordar por qué estoy aq
“Samantha, voy a contarle. ¿Puedo?”“Claro que puedes, pero ten cuidado y no demores mucho… que quiero practicar la noche nupcial.”Mi cerebro vuelve a explotar. Mierda. ¿Y si le cuento a Samantha mañana…?“Ve, princesa. Sé que es importante para ti.”Me besa y me libera de sus brazos fuertes que me envolvían. Siento frío cuando eso pasa.Al entrar, casi choco con la señora María, que me mira asustada por la forma en que irrumpí en la casa.“Sam, ¿dónde está Sam?”“En su estudio, mi niña.”Su estudio. Ah, verdad, la planta alta… Allí se pasa gran parte del tiempo pintando y dibujando. Corro escaleras arriba hasta llegar a su puerta y la golpeo con fuerza.Golpeo la puerta con fuerza, casi sin darme cuenta de que estoy sin aliento por la emoción.“¡Sam! ¡Abre, por favor!”Escucho ruido al otro lado, un par de pasos apresurados y, finalmente, la puerta se abre revelando a Samantha con un pincel en la mano y una mancha de pintura azul en la mejilla.“¿Qué mierda te pasa? ¡Casi tumbas la
Samantha me mira fijamente y se cruza de brazos. “Oh, no. No me digas que…” Yo evito su mirada, mordiéndome el labio. “Clara…” “Me lo insinuó, Sam.” “¡¿Qué te dijo exactamente?! Dame las palabras literales.” Respiro hondo, sintiendo que me arde la cara. “Dijo… ‘Claro que puedes, pero ten cuidado y no demores mucho… que quiero practicar la noche nupcial’.” Samantha se queda en shock dos segundos y luego estalla en carcajadas. “¡Ese hijo de puta! ¡Te lo dijo así, directo!” “¡Sí!” “¡Dios, ese vampiro no tiene vergüenza! ¡Pero tampoco pierde el tiempo!” Me cubro la cara con las manos mientras ella sigue riendo. “Clara, ¿te das cuenta de que eso significa que esta noche no vas a dormir?” Levanto la cara y la fulmino con la mirada. “¡Cállate, Sam! Además, sabes que no me deja dormir hace mucho, ¡jajajaja!” Samantha suelta una carcajada aún más fuerte y se deja caer en el sofá junto a mí, secándose una lágrima de la risa. “¡No, no puedo! ¡Esto es oro puro!” Me mira con una
“¡Eso es increíble!” dice uno de los pequeños, y otro más pregunta emocionado: “¿Habrá fiesta?” Samantha, que hasta ahora había permanecido en silencio con una sonrisa de lado, se cruza de brazos y me mira fijamente. “Así que al final sí vas a perder la poca dignidad que te quedaba con ese vampiro.” Pongo los ojos en blanco mientras todos se ríen. Estefan, sin soltar mi mano, la lleva a sus labios y deposita un beso suave sobre mis nudillos. “Así es,” dice con voz tranquila, pero con esa intensidad que solo él sabe transmitir. “Y la perderá una y mil veces más, porque es mía.” Los murmullos aumentan y yo siento cómo me arde el rostro. “¡Ew, demasiado romántico para esta mesa, por favor!” se queja Isabella, fingiendo una arcada. Jeanet le da un codazo. “¡Déjalos, deja que sean cursis!” Me río, sintiendo cómo la felicidad me embarga por completo. Esto es real. Voy a casarme con Estefan, y nada en el mundo podría hacerme más feliz. Cassandra es la primera en levantarse. Con u
Todos estallan en risas y, como si nada hubiera pasado, chocamos nuestras copas. Porque nada ni nadie va a arruinar este momento. Sí, esta es mi familia. Y este es el inicio de algo mucho más grande. Estefan Anderson Los nervios jamás han sido parte de mí. Nunca me he sentido intimidado o nervioso, mucho menos por una mujer. Pero hoy, al tenerla frente a mí, cenando tranquilamente, podría jurar que hasta estoy sudando. Llevo más de diez minutos tocando la cajita que tengo en el bolsillo, pensando en cómo proponer lo que he deseado durante estos últimos meses. Tal vez debí pedir consejo a Isabela... aunque después de que mi princesa se enteró de que, en el pasado, ella y yo tuvimos un pequeño "casi algo", sé que no le gustaría que consultara algo tan importante como esto con ella. Por otro lado, también pude haberlo hablado con Cassandra... pero no confío mucho en sus dotes románticos. Y aquí estoy, preguntándome si debo arrodillarme o simplemente proponerlo sentado. No lo sé. E
Clara me mira, suplicando auxilio con los ojos. Y yo... yo no sé. No sé qué queremos. Solo sé que quiero que sea pronto."En un mes" suelto.Todas me miran como si acabara de anunciar el fin del mundo."¿Estás enfermo? ¿La embarazaste o qué?" suelta Isabela, y las risas estallan."¡No! O sea, no sé. Es que ustedes preguntan mucho y yo... yo no sé qué hacer.""Estefan, mínimo seis meses para planear todo bien.""¿Pero por qué tanto? Si solo necesitamos un cura y listo...""¡Qué desubicado! ¡Quítale el "sí"! " dice Isabela entre risas, mientras Clara le lanza un cojín."No le digas eso... Amor, ¿cuánto tiempo crees tú? ¿Tres meses?""¿Yo...? Es que no lo sé...""¿Y las madrinas? ¿Quiénes serán las madrinas?"Mierda... ¿en serio necesitamos todo esto?"Bueno, Samantha es mi madrina" dice Clara, con seguridad."¿Y tú?" preguntan Cassandra e Isabela, casi al unísono, mirándome como si sus ojos pudieran leer mi alma."No lo sé... " respondo, sintiéndome un poco expuesto. Clara me toma la ma
Bufé y me pasé una mano por el rostro. "Claro, ... Pff ¿Y qué se supone que haga mientras tanto?" "Te organizamos algo. Una noche tranquila. Sin Clara, sin escándalos. Sin strippers, por cierto. Lo juré por tu miserable cabeza." Eso me hizo esbozar una sonrisa. "Bien. Porque si llegaba a ver a alguien bailando con orejas falsas de loba, rompía algo. O a alguien." "Lo sé. Pero relájate. Pronto tendrás una luna de miel en una isla sin aullidos ajenos. Solo tú, ella... y el calor." "¿Y nadie interrumpiendo cada dos horas?" pregunté, sabiendo la respuesta. "Nadie. Una eternidad para ustedes solos." Me apoyé contra el marco de la ventana, viendo la sombra de la noche avanzar. "Una última noche lejos de ella... después, todo el tiempo del mundo." "Exacto." Cerré los ojos por un instante. "Entonces que venga la maldita despedida". UNA PROPUESTA Cassandra Voss Dos días de viaje en el jet privado, solo para poder recoger tan preciado legado. Su casa tenía un aire solemne, casi sagra