Esta vez no fui yo el que llegó tarde a la clase, pasaron 20 minutos desde que había comenzado cuando Andrew apareció desalineado, con una mancha en su camisa y agitado en la puerta.
-Disculpe la tardanza profesor—Andrew estaba un poco inclinado sobre sus rodillas intentando recuperar el aliento— ¿Puedo pasar?
El profesor simplemente lo ignoró y continúo dando la clase. ¿Eso era un sí o un no?
-¿Profesor?—volvió a preguntar Andrew para llamar su atención.
-La clase comienza a las 7, joven Strum. Se retrasó casi media hora, así que creo que conoce la respuesta.Andrew se acercó un poco al maestro para hablar en voz baja y evitar que la mayoría lo escucháramos suplicar porque le permitieran pasar. Andrew susurró un par de cosas que no alcance a escuchar, imagino que era la explicación de su retraso.
-Lo siento, reglas son reglas—dijo el profesor.
Andrew suspiró derrotado y se dio media vuelta. Pero algo dentro de mí, no estoy muy seguro de que fue exactamente, hizo que me levantara de mi asiento.
-Profesor—hable en voz alta y Andrew se detuvo, poniéndome nervioso—Andrew no ha tenido ninguna falta desde que comenzaron las clases, ha mejorado en sus ensayos y si pierde la clase de hoy podría bajar su puntuación.
El profesor lo meditó un momento antes de acceder. Andrew suspiro de alivio y yo sonreí feliz de haberlo ayudado como él me ayudo alguna vez. Andrew pasó por mi lado para llegar a su asiento y antes de continuar su camino, sentí su mano tomar mi muñeca y su voz muy cerca de mi oído.
-Gracias—susurró haciéndome sentir su aliento en el cuello.
Toda mi piel se erizó, sentí mis mejillas ponerse rojas hasta más no poder y nuevamente fui incapaz de decir palabra alguna. Simplemente asentí con la cabeza y volví a mi lugar frente a la clase.
Andrew me habló y me tocó.
Ayude a Andrew y al parecer lo hice feliz.
¡ES EL MEJOR DÍA DE MI VIDA!
Intentaba reprimir la sonrisa y pensar en otra cosa para que el sonrojo de mi cara se fuera, pero cada vez que volteaba a ver a Andrew, él me sonreía y era imposible calmarme.
Nunca me había sentido tan aliviado de que la campana sonara. Todos se levantaron y una vez más sin falta, Andrew se despidió.
-Hasta mañana.
Sentí que mi cuerpo entero se relajó cuando ya no pude verlo. Pero poco después volví a sonreír.
El resto de mi día transcurrió normal, aproveche la hora del almuerzo para contarle a Dallas lo que había sucedido en la mañana y su respuesta fue la esperada.
-Pero sigues sin hablar con él, no veo el avance.
Estaba consciente de que el hecho de que me diera las gracias no nos volvía personas cercanas o amigos, pero para mí, que soy demasiado tímido como para entablar una conversación, esto era sin duda una victoria.
Tenía una hora libre ese día, así que me quedé un rato en la biblioteca para adelantar un par de tareas y tener la tarde libre. No planeaba salir ni nada por el estilo, pero prefería estar tranquilo el resto del día sin tantas presiones. Caminaba por uno de los pasillos buscando un libro que necesitaba y cuando finalmente lo encontré, alguien del otro lado lo tomó primero.
El hueco donde antes estaba el libro era demasiado estrecho como para poder ver a la persona que tenía el libro así que decidí buscar otro ejemplar. Al darme la vuelta me encontré a la persona que sostenía el libro.
-Rob.
El nombrado levanto la vista y se hizo el sorprendido al verme.
-Oh, hola Cody. No te había visto.
Comenzó a caminar hacia mí y yo retrocedí sin pensarlo.
Hace unos meses, cuando decidí superar esta ilusión de algún día salir con Ae, pensé que salir con alguien que ya había mostrado interés en mí sería de ayuda. Desafortunadamente fue Rob con quien decidí intentarlo.
Un idiota que solo fingió gustar de mí para sacar provecho, porque claro, cuando tus padres son dueños de gran parte de la industria hotelera de la cuidad eres propenso a chantajes. Nunca creí que mi pare tuviera razón en eso.
-¿Qué haces aquí?—le pregunte—Se supone que te habían expulsado.
-Solo me suspendieron. ¿Creíste que te librarías de mi tan fácil?La sonrisa perversa que apareció en su boca me puso los nervios de punta. Rob caminaba alrededor de mí hasta que me acorralo contra un librero. Odiaba el pánico que comenzaba a sentir dentro de mí.
-¿Me extrañaste?—preguntó por lo bajo.
-¿Q-Qué quieres?—estaba asustado y no había manera de que no lo notara.Sus manos me sostuvieron por mi cadera y se pegó más. Corrí mi cara a un lado para evitar lo más que pudiera el contacto.
-Quiero que regresemos Cody—con su mano aparto un mechón de pelo de mi cara—Sé que no fui el mejor novio, pero he cambiado y quiero que me des una segunda oportunidad.
Quería empujarlo, quería alejarlo de mí pero el miedo me tenía paralizado. El fuerte agarre que ejercía sobre mi cuerpo me hacía temblar y me provocaba ganas de llorar.
-Déjame—logre decir—Por favor, no diré nada solo déjame en paz.
La suplica era patética, pero fue lo único que salió de mi boca. Su cara se acercó más a la mía y sentí sus labios estamparse en mi cuello. Mis piernas temblaron y mi cuerpo entero se sacudió del asco.
-Te dijo que lo sueltes.
Una voz firme sonó cerca de nosotros y Rob se alejó de mi para ver de quien se trataba. Abrí mis ojos para conocer al dueño de la voz y vi a Andrew parado a una distancia considerable de nosotros. Pero no estaba mirándome, sino a Rob. Una mirada desafiante y más que molesta.
-¿Y tú quién eres?—preguntó Rob.
-¿Qué no escuchaste? Apártate de él.La voz de Andrew era seria y pesada, no había un solo rastro del tono amable con el que se despedía de mí todas las mañanas. Maravillosamente, Rob le hizo caso y se alejó.
-¿No me digas que ahora andas con eso?—comentó burlándose—Cody en serio, creí que tenías mejores gustos.
La risa que escapó de su garganta me perturbó y si Andrew no hubiera avanzado otro poco para tomarme del brazo y apartarme de él no hubiera sido capaz de moverme.
-¿Estás bien?—me preguntó.
Solo pude asentir con la cabeza y dejar que se pusiera frente a mí para enfrentar a Rob.
-Te recomiendo que no te metas en los asuntos de los demás, enano.
-No voy a permitir que lo amenaces—respondió Andrew—Así que vete.A Rob no le gustó para nada que Andrew le diera órdenes.
-Tú no vas a decirme que puedo o que no puedo hacer con mi novio.
-Ya lo hice.Andrew dio un paso al frente y sin pensarlo lo tome de su camisa para evitar que empezara una pelea.
-Apártate de mi novio—amenazó Rob.
-¡No soy tú novio!—le recordé.Andrew se paró más erguido, continuaba cubriéndome con su cuerpo y yo seguía escondido detrás de él como un cachorro asustado, a pesar de ser más alto que él. Jamás pensé que esta sería la manera en que terminaríamos interactuando.
-Ya lo escuchaste, ahora vete—ordenó Andrew.
Rob estaba perdiendo la paciencia, lo sé por la manera en que miraba a Andrew. Finalmente Rob se descontroló y lanzó el primer golpe que aserto en la mandíbula de Andrew. No le dio tiempo de reaccionar y comenzó a golpearlo contra los estantes hasta casi derrumbarlos. Andrew se defendió sin pensarlo dos veces y de la nada, montones de estudiantes los rodearon. Algunos intentaron detenerlos, otros los animaban mientras los grababan con sus teléfonos.
Llegó un punto en el que Rob quedó sobre Andrew y antes de que pudiera golpearlo sostuve su brazo y el golpe terminó siendo para mí. Caí de bruces al suelo sintiendo que me ardía el labio. Sin tocarlo supe que estaba sangrando, pero eso no era importante ahora. Volví a tomar a Rob del brazo y de un tirón logre separarlo de Andrew. Puede que estuviera haciendo el ridículo, pero era lo menos que podía hacer por haber comenzado esto.
-¿Qué está sucediendo?
La voz de una mujer molesta nos alertó a todos. La directora se apareció en la biblioteca y varios alumnos salieron corriendo.
-Ustedes tres, vengan conmigo—dijo una vez terminó de analizar el desastre.
Andrew se acercó a mí y me tendió la mano para ayudar a levantarme. Me sorprendí al principio del gesto, y aun con los nervios a flor de piel y la cara enrojecida la tome.
Su mano era grande y cálida, podía envolver la mía sin problema y me daba una sensación de tranquilidad muy reconfortante.
El toque no duró tanto como me hubiera gustado, pero era más de lo que alguna vez había aspirado a tener con Andrew.
Caminamos hasta la dirección y le pidieron a Andrew que entrara primero, pero se negó.
-Lo siento directora, pero no pienso dejar a Cody solo con él.
Sabe mi nombre.
Andrew sabe mi nombre.
-Bien, pasen los dos entonces—accedió la mujer.
Andrew y yo nos sentamos frente al escritorio de la directora y nos quedamos callados esperando la reprimenda en esa fría y deprimente oficina.
-No sé qué fue lo que paso y no me interesa—comenzó a decir la directora—Pero espero tengan presente que serán castigados por lo que pasó.
-Sí señora—respondimos al mismo tiempo.La directora nos miró a ambos un buen rato, probablemente pensando en el castigo adecuado.
-A partir de mañana, ustedes dos se quedaran a arreglar el desastre que hicieron. Después de eso, permanecerán ayudando en la biblioteca por un mes. Irán después de clases y no se marcharan hasta después de las 4 de la tarde.
Después de que la directora mencionó la hora, Andrew casi salta de su asiento en protesta.
-Lo siento directora, pero, usted sabe que no puedo cumplir con ese horario, yo…
-Entiendo señor Strum, debido a sus obligaciones le permitiré salir a la misma hora de siempre pero con la condición de que regrese y cumpla con su castigo.Andrew no parecía del todo conforme, pero terminó aceptando. Estaba a punto de explicarle a la directora que todo había sido mi culpa y pedirle que dejara ir a Andrew, pero el teléfono de él comenzó a sonar interrumpiendo mis intenciones.
-Lamento todos los problemas que cause hoy, le aseguro que me hare responsable—dijo apresurado—Pero tengo que irme, lo siento.
-¡Andrew!—lo llamé pero no se detuvo.Se levantó con velocidad y salió corriendo de la dirección. Tome mis cosas y después de disculparme y despedirme salí para intentar alcanzarlo.
Llegue al lugar donde sabía que Andrew dejaba su bicicleta pero no estaba. Andrew ya se había ido y no tuve la oportunidad ni de despedirme o agradecerle.
¿Por qué Andrew lleva tanta prisa siempre? ¿A dónde tiene que ir todos los días?
La alarma de mi celular me despertó exactamente a las 5 de la mañana, la apagué y aunque intente levantarme no pude. No porque tuviera sueño o quisiera quedarme más tiempo dormido, era algo más, como algo muy pesado aplastándome el pecho haciéndome perder 3 minutos valiosos de tiempo. Tenía vergüenza. Muchísima. Andrew se había peleado ayer por mi culpa, se enteró de que soy gay y lo peor de todo es que ahora sabe que tuve una relación con Rob. Tome una almohada y la puse sobre mi cara presionándola. Me moría de la vergüenza de solo pensar que tenía que verlo y pasar dos horas después de la hora de salida. ¿Qué le iba a decir? ¿Cómo voy a disculparme? -En serio, cuando dije que quería conocerlo… ¡No me refería a esto! Si, acabo de gritarle a Dios. O más bien a la nada, porque no hay nadie que me escuche. Ni siquiera estoy seguro de que mi madre esté en casa, normalmente sale fuera por negocios y mi papá vive a
-¿Y si está metido en algo ilegal? Pensé por un momento la sugerencia de Dallas, pero no sonaba coherente. -No lo creo—respondí—Andrew ni siquiera deja su plato del almuerzo en la mesa, siempre lo regresa a la cocinera. ¿Cómo alguien tan amable haría algo ilegal? Dallas torció los ojos ante mi respuesta y continuamos con la lluvia de ideas. -¿Trabajo?-Puede ser, pero no tendría sentido que lo ocultara.-Tal vez es vergonzoso.-¿Qué clase de trabajo da vergüenza?-Puede que sea prostituto. No pude evitar reírme a carcajadas pero el hecho de que Dallas no se riera conmigo me dijo que no estaba bromeando. La sola idea era ridícula, tentadora, pero ridícula. “¡CODY CONCENTRATE!” -Definitivamente Andrew no se está prostit
La tarde comenzaba a llegar a su fin. Ya que Andrew no me dejó ayudarlo con los registros decidí terminar de revisar los ensayos de la clase de inglés. -¿Son los trabajos de esta mañana?—escuché a Andrew preguntar. Levanté la vista para mirarlo y tratando de esconder los papeles, le respondí. -Sí, pero no te preocupes, saliste muy bien. Le sonreí para intentar que no se preocupara pero él se recargó en el respaldo de su silla y cruzo lo brazos mirándome seriamente. -Cody—me llamó—No sé si lo sepas, pero eres pésimo mintiendo. Sí. Sí lo sabía. -Lo siento—dije apenado.-Déjame ver. Busque su ensayo y me arrepentí de no haberlo corregido a tiempo. Se lo entregue y odie ver esa mirada de derrota en sus ojos. -No lo has corregido, ¿cierto? Simplemente negué con la cabeza. -Bien. Definitivamente debo dejar la clase. -¡No! Rayos, creo que hable demasiado fuerte. -No l
Hoy no es mi día. Me pase todo el fin de semana planeando mil formas de invitar a salir a Andrew. Creo que en estas dos semanas ya somos amigos, entonces no es raro invitarlo a algún lugar, ¿cierto? Aunque eso no importa ahora, porqué Andrew no se apareció en todo el día. No fue a la clase de inglés, no lo vi en el almuerzo y el castigo acaba de terminar hace cinco minutos y él nunca apareció. No estoy molesto con él, al contrario, estoy preocupado. Recuerdo que Andrew faltó unas veces a las clases, pero siempre lo veía en algún punto del día, pero ahora… ¡Incluso me animé a mandarle un mensaje! Pero como era de esperarse, no respondió. Estaba hablando con Dallas camino al estacionamiento, arrastraba los pies desganado por el pésimo día que estaba teniendo. Moría de ganas por llegar a mi casa y tumbarme en la cama hasta la mañana siguiente. -¿Entonces el enano nunca apareció?-No, acabo de salir de la biblioteca—expliqué. <
Andrew se levantó de la cama en cuanto me vio, su cabello rizado estaba húmedo por la lluvia y su camisa mojada se le pegaba al cuerpo. Sentí como nuevamente mi cara se encendía y un nudo se formaba en mi garganta, obligándome a tragar saliva para pasarlo. -¿Te sientes mejor?—preguntó preocupado.-S-Si—respondí nervioso. -Déjame revisar tus golpes—dijo sorprendiéndome.-M-Mis… ¿Mis golpes?-Sí, solo quiero estar seguro de que no es nada grave. Me senté en la cama frente a Andrew y en el momento en que intento quitar la parte superior de la bata que traía puesta mis manos reaccionaron nerviosas hasta tomar sus muñecas. -L-Lo siento—me disculpe bajando la mirada. -¿Prefieres que no lo haga?—preguntó con cuidado de no hacerme sentir inseguro. Lo pensé por unos segundos y, no sé cómo o por qué, pero mis manos soltaron las suyas, dándole permiso de hacer lo que quisiera. Andrew sonrió ligeramente en la comisura derecha de su boca y
Andrew Miré mi reloj mientras aceleraba el pedaleo de mi bicicleta. Debido a que se presentaron algunos inconvenientes en mi casa, me vi obligado a faltar a la escuela. Mi familia abrió un restaurante hace varios años y tuve que hacer cargo hasta que mi madre regresara, lo cual pasó hasta hace treinta minutos. Me sentía mal por haber dejado a Cody solo, se supone que el castigo era de los dos y yo lo había dejado con toda la carga, por eso es que ahora voy lo más rápido que puedo hasta la universidad. Me metí al estacionamiento y me sentí tranquilo de ver que el auto de Cody seguía ahí. Estacione mi bicicleta frente a este y me quede unos cinco minutos esperando cuando se me ocurrió una forma de pedir una disculpa más apropiada. Me alejé un momento del estacionamiento y tuve que atravesar el campus hasta la cafetería, compré algo para Cody y regresé pensando en qué le diría para que me perdonara por haberlo dejado solo todo el día.
Podría jurar que Cody dejó de respirar por unos segundos. -¿T-Tocarme? “Rápido Andrew, piensa en algo rápido antes de que piense que eres un pervertido.” -Tienes golpes en el rostro, ¿puedo poner algo de esto ahí? Pareció una buena excusa y la mirada tranquila de Cody me dijo que no había rastro de un malentendido, así que cuando asintió con la cabeza, me sentí aliviado, pero más nervioso. Estar tan cerca de él me permitía ver todas sus facciones más de cerca. Sus mejillas eran redondas y muy suaves, sus ojos cafés brillaban con algo que no supe descifrar, pero que me echo a volar la mente, y esos labios color cereza… -Listo, con eso debe bastar—dije separándome de él para recuperar un poco de aire. Pero aun había algo que necesitaba preguntarle. -Cody—me gire para verlo-- ¿Vas a decirme que sucedió? Noté como su cuerpo se tensó al instante, evitó mirarme por unos
Cody -¡Dallas! ¡Lo logré!—grité por el teléfono. -¿Qué cosa?-¡Andrew va a salir conmigo! Llamé a mi mejor amigo para contarle la noticia, bueno, más bien él me llamó porque no fui a la escuela pero aproveché la situación para contarle lo que había sucedido. -Te veo en una hora—dijo Dallas antes de colgar. Estaba recostado en mi cama, descansando como Andrew me dijo. El cuerpo aun me dolía, los moretones eran más visibles y casi no podía moverme, pero me sentía inmensamente feliz. Todo porque Andrew había aceptado salir conmigo. Ni siquiera estoy seguro de cómo me atreví a preguntárselo, solo recuerdo que cuando me dijo que se había quedado conmigo porque quería, una inexplicable valentía me llenó y la pregunta salió sin siquiera pensarlo mucho. Alguien tocó a la puerta de mi habitación y mi Nana Margot entró poco después. -Perdón por interrumpirte cariño, pero solo quería saber si comerás aquí o en el comedor.