AndrewDasha no se comunicó conmigo en ningún momento. Estuve pegado al teléfono por días, ni siquiera respondió a mis llamadas. Realmente pensé que nos ayudaría, no sé porque confié en ella de nuevo.-Andrew, ¿estás listo? Ya tenemos que irnos.Escuché claramente la voz de Cody, pero no podía moverme. Sabía que en el momento en que diera un paso fuera de casa iría en camino a la batalla. Una batalla que debía ganar sí o sí.-¿Papi?Automáticamente miré en su dirección, Tocquer estaba detrás de Cody y se notaba confundido, parecía dudar incluso en acercarse a mí.-¿Qué pasa Toc?—le sonreí y extendí mis brazos para aparentar que no pasaba nada.-Papi, ¿estás bien?-Claro que sí, ¿por qué no lo estaría?Apartó su vista de mi un momento, quizás debatiendo en sí debería contarme sus preocupaciones o no.-¿Por qué estas usando traje? ¿Tú y mi papá Cody van a salir?El juicio había llegado más rápido de lo que esperaba y Dallas sugirió una vestimenta más formal para presentar una buena imag
AndrewDespués de dos testigos más por parte de Dasha, finalmente ordenan un receso y creo que el exterior nunca se había sentido tan liberador.Siento que he sido apaleado sin cesar durante horas, los hombros me arden como si llevara cargando un enorme peso sobre estos todo el tiempo. Mis manos no han dejado de temblar en todo momento y he considerado en más de una ocasión mandar al diablo esta corbata.Escucho un par de pasos acercándose a mí, primero pienso que es la señorita Kent, pero vaya mi desilusión.-¿Y ahora qué quieres?Dasha se ve triste y no dice nada por unos segundos. Pero al final, habla.-Lo siento, no es así como quería que terminaran las cosas.No le creo y no pienso ser cordial o educado con ella. Le tuve la paciencia suficiente.-¿Por qué habría de creerte? ¿Por qué crees que siquiera me importa lo que tu sientas?—me controlo lo suficiente para no alzar la voz, pero no tolero verla—Dijiste que lo arreglarías, te atreves incluso a decir que quieres lo mejor para T
CodyLos cálidos brazos de Andrew me aprietan a su cuerpo mientras tratamos de dormir, lo cual no hemos podido hacer.-¿Sigues pensando en el juicio de mañana?—pregunto acurrucándome en su pecho.-Quisiera decirte que no pero, mentir nunca ha sido lo mío.Trata de sonreír y me rompe el corazón que no sea capaz de hacerlo como antes.-Tengo que hablar con Tocquer.El aviso hace que me siente en la cama y vea como mi novio sigue luchando consigo mismo por eso.-Ya hablamos de esto—le recuerdo—Acordamos que no debías de hacerlo a no ser que fuera estrictamente necesario.-¿Y si lo es?—se sienta igual que yo—Cody, no puedo seguir dejándolo con tu mamá sin darle alguna explicación, el niño está confundido y preocupado. ¿Qué crees que pase si perdemos? ¿Se lo entregaremos a Dasha como si nada?-¡No perderemos! ¿Por qué sigues diciendo eso?-Porque no soy estúpido. Sunan tiene contactos y dinero que podrían hacer que me quiten a mi hijo y todos ustedes actúan como si estuviéramos jugando un
-Joven…-Puede solo llamarme Neal.El abogado, confundido y poco acostumbrado, no tuvo mejor opción que solo seguirle la corriente.-Muy bien, Neal, me gustaría hablar un poco de la experiencia personal que ha tenido al conocer y convivir tantos años con el señor Strum y su hijo.Neal tomó una gran bocana de aire y esperó unos segundos para encontrar las palabras correctas. No le fue muy difícil.-Definitivamente, Andrew y su hijo han mejorado mi vida. -¿Ha visto de cerca el cuidado y comportamiento del demandado?-Por supuesto, ambos hemos sido participes del cuidado de Tocquer.El abogado sonrió, como si después de estar en un laberinto por fin encontró una salida.-¿Se refiere a que, ustedes dos han criado al pequeño?-No necesariamente, Andrew siempre ha tenido apoyo de su familia.-Entonces, sería incorrecto decir que el señor Strum ha estado haciéndolo todo solo, ¿no?Neal tardó unos segundos en entender a qué se refería pero una vez entendió hacia donde iba esto, tuvo que modi
El sol era igual de brillante que todos los días, el viento me golpeaba en el rostro y mis piernas se movían lo más rápido que podían para llegar a mi clase, porque si, iba tarde a mi primera clase del día. Divise la puerta y la abrí de golpe haciendo que todos voltearan a verme y aunque estaba muriéndome de la vergüenza, lo que terminó por encender mi cara fue que él también me estaba mirando. Andrew estaba mirándome. Sacudí mi rostro para concentrarme y decidí solo enfocarme en el maestro para disculparme. -Profesor lo siento mucho—comencé—Lamento la demora, no volverá a pasar. El profesor me observo por unos segundos y después me permitió pasar. Suspiré de alivio y me senté a un lado de su escritorio, que es el lugar donde siempre me siento como su ayudante. La clase es inglés, como estudiante de Negocios Internacionales el idioma se me da muy bien, así que cuando me preguntaron si quería obtener algunos puntos extra por ayudar en l
Esta vez no fui yo el que llegó tarde a la clase, pasaron 20 minutos desde que había comenzado cuando Andrew apareció desalineado, con una mancha en su camisa y agitado en la puerta. -Disculpe la tardanza profesor—Andrew estaba un poco inclinado sobre sus rodillas intentando recuperar el aliento— ¿Puedo pasar? El profesor simplemente lo ignoró y continúo dando la clase. ¿Eso era un sí o un no? -¿Profesor?—volvió a preguntar Andrew para llamar su atención. -La clase comienza a las 7, joven Strum. Se retrasó casi media hora, así que creo que conoce la respuesta. Andrew se acercó un poco al maestro para hablar en voz baja y evitar que la mayoría lo escucháramos suplicar porque le permitieran pasar. Andrew susurró un par de cosas que no alcance a escuchar, imagino que era la explicación de su retraso. -Lo siento, reglas son reglas—dijo el profesor. Andrew suspiró derrotado y se dio media vuelta. Pero algo dentro de mí, no estoy m
La alarma de mi celular me despertó exactamente a las 5 de la mañana, la apagué y aunque intente levantarme no pude. No porque tuviera sueño o quisiera quedarme más tiempo dormido, era algo más, como algo muy pesado aplastándome el pecho haciéndome perder 3 minutos valiosos de tiempo. Tenía vergüenza. Muchísima. Andrew se había peleado ayer por mi culpa, se enteró de que soy gay y lo peor de todo es que ahora sabe que tuve una relación con Rob. Tome una almohada y la puse sobre mi cara presionándola. Me moría de la vergüenza de solo pensar que tenía que verlo y pasar dos horas después de la hora de salida. ¿Qué le iba a decir? ¿Cómo voy a disculparme? -En serio, cuando dije que quería conocerlo… ¡No me refería a esto! Si, acabo de gritarle a Dios. O más bien a la nada, porque no hay nadie que me escuche. Ni siquiera estoy seguro de que mi madre esté en casa, normalmente sale fuera por negocios y mi papá vive a
-¿Y si está metido en algo ilegal? Pensé por un momento la sugerencia de Dallas, pero no sonaba coherente. -No lo creo—respondí—Andrew ni siquiera deja su plato del almuerzo en la mesa, siempre lo regresa a la cocinera. ¿Cómo alguien tan amable haría algo ilegal? Dallas torció los ojos ante mi respuesta y continuamos con la lluvia de ideas. -¿Trabajo?-Puede ser, pero no tendría sentido que lo ocultara.-Tal vez es vergonzoso.-¿Qué clase de trabajo da vergüenza?-Puede que sea prostituto. No pude evitar reírme a carcajadas pero el hecho de que Dallas no se riera conmigo me dijo que no estaba bromeando. La sola idea era ridícula, tentadora, pero ridícula. “¡CODY CONCENTRATE!” -Definitivamente Andrew no se está prostit