La alarma de mi celular me despertó exactamente a las 5 de la mañana, la apagué y aunque intente levantarme no pude. No porque tuviera sueño o quisiera quedarme más tiempo dormido, era algo más, como algo muy pesado aplastándome el pecho haciéndome perder 3 minutos valiosos de tiempo.
Tenía vergüenza. Muchísima.
Andrew se había peleado ayer por mi culpa, se enteró de que soy gay y lo peor de todo es que ahora sabe que tuve una relación con Rob.
Tome una almohada y la puse sobre mi cara presionándola. Me moría de la vergüenza de solo pensar que tenía que verlo y pasar dos horas después de la hora de salida.
¿Qué le iba a decir? ¿Cómo voy a disculparme?
-En serio, cuando dije que quería conocerlo… ¡No me refería a esto!
Si, acabo de gritarle a Dios. O más bien a la nada, porque no hay nadie que me escuche.
Ni siquiera estoy seguro de que mi madre esté en casa, normalmente sale fuera por negocios y mi papá vive ahora en Alemania, así que lo veo menos. Es mejor así, de esa manera no van a escuchar mis quejas.
Me levanté de la cama y después de arreglarme decidí saltarme el desayuno, no tenía hambre y sentía que cuando llegara el momento de ver a Andrew vomitaría de los nervios.
Conduje hasta la universidad y camine hasta el salón de clases. Faltaban unos minutos para que comenzara la clase y cuando llegue me quede ahí parado frente a la puerta sin poder entrar.
¿Y si Andrew ya estaba adentro?
Podría decir que estaba enfermo y faltar hoy, nunca he faltado, así que el maestro podría entender. Sí, eso hare.
Me di la vuelta para marcharme pero al final del pasillo, Andrew venia caminando directamente hacia mí. Entré en pánico y corrí dentro del salón, me senté a toda prisa detrás del escritorio y aun preso del miedo tomé el primer libro que encontré en mi mochila y me oculte detrás.
Escuche que la puerta se abría y poco después se cerraba, avisándome que quizás Andrew ya estaba adentro. Escuche los pasos caminar hasta mí se detuvieron justo en frente.
Andrew estaba en frente de mí.
-¿Cody?
Escucharlo decir mi nombre me provoco un escalofrió, pero de los buenos. Muy buenos.
-¿Cody podemos hablar?
“¿Hablar? ¡Apenas y puedo respirar! ¿Cómo esperas que hable?”
Tomé todo el aire que mis pulmones me permitieron y haciendo uso de toda mi fuerza bajé el libro que usaba de escudo para mirar fijamente a Andrew.
Tenía un moretón en el pómulo, también sobre la ceja y una marca roja junto a su boca.
Me sentí tan mal, toda mi cara se tornó roja de la vergüenza al saber que era el responsable, por haberle causado eso. Todo había sido mi culpa, el tenia esos moretones por mi culpa.
Andrew detuvo sus ojos sobre mi boca, exactamente donde Rob me había golpeado y por ende me había reventado el labio. No era nada a comparación de lo que le pasó a Andrew, pero su expresión parecía la de alguien que estaba preocupado.
-Cody, yo…
La puerta volvió a abrirse y el profesor entró al salón. Todos le dimos los buenos días con el mismo tono monótono de siempre y Andrew no tuvo más opción que ir a tomar su lugar.
Podía sentir que Andrew me miró durante toda la clase, pero yo no tenía el valor de mirarlo a él. Fue la primera vez en todo este tiempo que no pude mirarlo.
La clase terminó y como en esa ocasión no había tarea que recoger solo opté por salir corriendo de ahí.
Las horas se pasaban volando, intentaba pensar en la mejor manera de pedirle disculpas a Andrew pero ninguna parecía funcionar. Andrew ya se había ido, lo vi pasar a recoger su bicicleta y ahora faltaban solo 5 minutos para que sonara la campana y yo iniciara mi castigo.
-¿Estás bien?—preguntó Dallas—Te ves pálido.
Dallas estaba al tanto de lo que había pasado, al principio se puso furioso con Rob pero lo convencí de que no causara más problemas. Además, parece que cuando le dije que Andrew me había defendido, le caía mejor.
-Tengo miedo Dallas—confesé—No sé cómo hablarle o que decirle para que me disculpe.
-No hagas tanto escándalo por eso, él se metió en ese problema porque quiso, no tienes por qué disculparte.En serio no entendía porque a Dallas parecía caerle tan mal Andrew, aunque no creo que sea Andrew el problema, a Dallas rara vez le agrada alguien. De hecho, me sorprende que seamos amigos.
La campana sonó y mi cuerpo dio un salto del susto. Miré por la ventana buscando algún rastro de Andrew pero aun no regresaba. Bien, eso me daba tiempo para planear que decir.
Dallas me acompañó hasta la biblioteca y una vez dentro la bibliotecaria de turno me explicó que era lo que tenía que hacer ese día y se fue. Mire el lugar casi vacío, silencioso y tranquilo que era la biblioteca. Había demasiados libros puestos en algunas mesas, que según lo que me explicaron, eran los libros que se habían caído durante la pelea. Había dos mesas repletas de ellos, espero me alcancen las dos horas.
Tomé unos cuantos libros y siguiendo la serie y código que tenían en el lomo comencé a acomodarlos mientras pensaba en que podía decirle a Andrew.
-De verdad lo siento, de hecho, todo fue una broma—“Una broma, ¿en serio?”— ¡Yo no estuve con Rob! Bueno, si estuve, ¡pero no es lo que estás pensando!—“¿De verdad vas a contarle sobre tu fracasada vida sexual?”—Puedo comprarte el almuerzo y te ayudare con la tarea de inglés a cambio de que lo olvides y empecemos de nuevo.
Bueno, eso no suena tan mal.
-Acepto, pero me conformo con la tarea de inglés.
La voz a mis espaldas tan familiar me hizo soltar el libro que tenía en mis manos y en el momento en que vi a Andrew parado detrás de mí con esa linda sonrisa tuve que apartar la mirada de la pena.
-L-Lo siento, no te escuche entrar—dije muriéndome de la vergüenza.
-Descuida, estabas concentrado.No sé si eran sus palabras o su sonrisa lo que me tenía temblando como gelatina, aunque es muy probable que sean las dos.
Andrew también tomó un par de libros y comenzó a acomodarlos. No estaba mirándome o interactuando conmigo pero no podía dejar de pensar en lo cerca que estábamos. Habíamos hablado, él sabía mi nombre y ahora durante un mes tendría la oportunidad de tenerlo dos horas extra pero yo estaba usando ese tiempo para acomodar libros en vez de hablar con él.
Tenía que intentarlo, aunque fuera a decir una tontería o me quedara sin nada que decir después necesitaba disculparme.
-Andrew yo solo quería
-Cody alguna vez tu…Sin querer hablamos al mismo tiempo. Mi corazón se sintió menos pesado al escuchar su risa.
-Tú primero.
Muy bien, este era mi momento.
-Yo solo quería disculparme, Andrew.
Agache la mirada deje que la culpa y la vergüenza que sentía se reflejaran en todo mi rostro.
-Lamento que te hayas metido en problemas por mi culpa, Rob es… Complicado—no se me ocurrió otra palabra—Él te golpeo porque…
-Porque es un idiota—me interrumpió Andrew—Nada de lo que pasó ayer es tu culpa Cody, así que no tienes de que preocuparte.Andrew dio un paso más cerca de mí y aunque tenía unas enormes ganas de mirarlo solo conseguí ponerme más rojo de lo que ya estaba.
-Tú me ayudas siempre con mis ensayos y tareas, lo menos que puedo hacer es defenderte de personas como él.
Debido a la sorpresa de sus palabras, olvide mi vergüenza un momento y lo mire completamente sorprendido.
-¿Qué? ¿Creíste que no me daría cuenta?—dijo sonriendo.
Siempre me llevaba el trabajo de Andrew para poder revisarlo, aunque no fuera la parte que me correspondiera revisar; lo tomaba para que el profesor no se diera cuenta. En ocasiones corregía su trabajo, cambiaba una palabra mal utilizada o corregía su gramática, así él podría tener una puntuación más alta. Intentaba no ser muy obvio y por eso no cambiaba todos los errores, así se vería más creíble, pero al parecer no fui tan cuidadoso.
-Cómo es que tú…
-Porque sé que apesto en inglés—confesó—No hay manera de que pueda tener una calificación promedio sin algo de ayuda.Espera, eso quiere decir que Andrew, ¿me ha notado?
Una sonrisa se formó en mis labios sin poder evitarlo. Este día comenzaba a ponerse mejor.
-Andrew, ¿qué querías decirme?—pregunté para distraer mi mente y evitar que la conversación se acabara.
-Oh, solo quería saber si habías leído este libro—dijo extendiéndome lo que tenía en sus manos.El libro era “El Perfume, de Patrick Süskind”.
-Sí, lo he leído—dije devolviéndoselo—En lo personal no me gustó, pero si gustas puedes leerlo y ver qué te parece.
Andrew tomó el libro y después de analizarlo un poco suspiró y lo colocó en su lugar. Se hizo un pequeño silencio y continuamos acomodando los demás libros, me tardé un poco en pensar que podía hacer para seguir platicando con él, y de hecho, el tema de los libros me pareció útil.
-Andrew, ¿a ti te gusta leer?
-Algo—respondió mientras colocaba un libro—He leído muy pocos, pero la verdad ahora mi tiempo de lectura es demasiado limitado y con un género demasiado especifico—habló con una ligera sonrisa.Andrew se veía demasiado guapo cuando sonreía, más de lo normal.
-¿Qué lees ahora?—quise saber curioso.
Me miró dudando en si responderme o no. Al final, no lo hizo.
-No es nada interesante.
Sonrió cortésmente y se alejó a recoger más libros sin decir nada más al respecto.
El resto de la tarde transcurrió normal, pequeñas charlas no demasiado largas, todo porque cada vez que hacia una pregunta personal era evitada diciendo que no era importante o aburrido.
Admito que eso me desanimaba un poco, quería conocer a Andrew y ser su amigo, y aunque me repetía mil veces que no debía hacerme ilusiones, el sueño de llegar a ser algo más albergaba mi corazón negándose a irse.
¿Qué escondes Andrew? ¿Qué secreto guardas?
-¿Y si está metido en algo ilegal? Pensé por un momento la sugerencia de Dallas, pero no sonaba coherente. -No lo creo—respondí—Andrew ni siquiera deja su plato del almuerzo en la mesa, siempre lo regresa a la cocinera. ¿Cómo alguien tan amable haría algo ilegal? Dallas torció los ojos ante mi respuesta y continuamos con la lluvia de ideas. -¿Trabajo?-Puede ser, pero no tendría sentido que lo ocultara.-Tal vez es vergonzoso.-¿Qué clase de trabajo da vergüenza?-Puede que sea prostituto. No pude evitar reírme a carcajadas pero el hecho de que Dallas no se riera conmigo me dijo que no estaba bromeando. La sola idea era ridícula, tentadora, pero ridícula. “¡CODY CONCENTRATE!” -Definitivamente Andrew no se está prostit
La tarde comenzaba a llegar a su fin. Ya que Andrew no me dejó ayudarlo con los registros decidí terminar de revisar los ensayos de la clase de inglés. -¿Son los trabajos de esta mañana?—escuché a Andrew preguntar. Levanté la vista para mirarlo y tratando de esconder los papeles, le respondí. -Sí, pero no te preocupes, saliste muy bien. Le sonreí para intentar que no se preocupara pero él se recargó en el respaldo de su silla y cruzo lo brazos mirándome seriamente. -Cody—me llamó—No sé si lo sepas, pero eres pésimo mintiendo. Sí. Sí lo sabía. -Lo siento—dije apenado.-Déjame ver. Busque su ensayo y me arrepentí de no haberlo corregido a tiempo. Se lo entregue y odie ver esa mirada de derrota en sus ojos. -No lo has corregido, ¿cierto? Simplemente negué con la cabeza. -Bien. Definitivamente debo dejar la clase. -¡No! Rayos, creo que hable demasiado fuerte. -No l
Hoy no es mi día. Me pase todo el fin de semana planeando mil formas de invitar a salir a Andrew. Creo que en estas dos semanas ya somos amigos, entonces no es raro invitarlo a algún lugar, ¿cierto? Aunque eso no importa ahora, porqué Andrew no se apareció en todo el día. No fue a la clase de inglés, no lo vi en el almuerzo y el castigo acaba de terminar hace cinco minutos y él nunca apareció. No estoy molesto con él, al contrario, estoy preocupado. Recuerdo que Andrew faltó unas veces a las clases, pero siempre lo veía en algún punto del día, pero ahora… ¡Incluso me animé a mandarle un mensaje! Pero como era de esperarse, no respondió. Estaba hablando con Dallas camino al estacionamiento, arrastraba los pies desganado por el pésimo día que estaba teniendo. Moría de ganas por llegar a mi casa y tumbarme en la cama hasta la mañana siguiente. -¿Entonces el enano nunca apareció?-No, acabo de salir de la biblioteca—expliqué. <
Andrew se levantó de la cama en cuanto me vio, su cabello rizado estaba húmedo por la lluvia y su camisa mojada se le pegaba al cuerpo. Sentí como nuevamente mi cara se encendía y un nudo se formaba en mi garganta, obligándome a tragar saliva para pasarlo. -¿Te sientes mejor?—preguntó preocupado.-S-Si—respondí nervioso. -Déjame revisar tus golpes—dijo sorprendiéndome.-M-Mis… ¿Mis golpes?-Sí, solo quiero estar seguro de que no es nada grave. Me senté en la cama frente a Andrew y en el momento en que intento quitar la parte superior de la bata que traía puesta mis manos reaccionaron nerviosas hasta tomar sus muñecas. -L-Lo siento—me disculpe bajando la mirada. -¿Prefieres que no lo haga?—preguntó con cuidado de no hacerme sentir inseguro. Lo pensé por unos segundos y, no sé cómo o por qué, pero mis manos soltaron las suyas, dándole permiso de hacer lo que quisiera. Andrew sonrió ligeramente en la comisura derecha de su boca y
Andrew Miré mi reloj mientras aceleraba el pedaleo de mi bicicleta. Debido a que se presentaron algunos inconvenientes en mi casa, me vi obligado a faltar a la escuela. Mi familia abrió un restaurante hace varios años y tuve que hacer cargo hasta que mi madre regresara, lo cual pasó hasta hace treinta minutos. Me sentía mal por haber dejado a Cody solo, se supone que el castigo era de los dos y yo lo había dejado con toda la carga, por eso es que ahora voy lo más rápido que puedo hasta la universidad. Me metí al estacionamiento y me sentí tranquilo de ver que el auto de Cody seguía ahí. Estacione mi bicicleta frente a este y me quede unos cinco minutos esperando cuando se me ocurrió una forma de pedir una disculpa más apropiada. Me alejé un momento del estacionamiento y tuve que atravesar el campus hasta la cafetería, compré algo para Cody y regresé pensando en qué le diría para que me perdonara por haberlo dejado solo todo el día.
Podría jurar que Cody dejó de respirar por unos segundos. -¿T-Tocarme? “Rápido Andrew, piensa en algo rápido antes de que piense que eres un pervertido.” -Tienes golpes en el rostro, ¿puedo poner algo de esto ahí? Pareció una buena excusa y la mirada tranquila de Cody me dijo que no había rastro de un malentendido, así que cuando asintió con la cabeza, me sentí aliviado, pero más nervioso. Estar tan cerca de él me permitía ver todas sus facciones más de cerca. Sus mejillas eran redondas y muy suaves, sus ojos cafés brillaban con algo que no supe descifrar, pero que me echo a volar la mente, y esos labios color cereza… -Listo, con eso debe bastar—dije separándome de él para recuperar un poco de aire. Pero aun había algo que necesitaba preguntarle. -Cody—me gire para verlo-- ¿Vas a decirme que sucedió? Noté como su cuerpo se tensó al instante, evitó mirarme por unos
Cody -¡Dallas! ¡Lo logré!—grité por el teléfono. -¿Qué cosa?-¡Andrew va a salir conmigo! Llamé a mi mejor amigo para contarle la noticia, bueno, más bien él me llamó porque no fui a la escuela pero aproveché la situación para contarle lo que había sucedido. -Te veo en una hora—dijo Dallas antes de colgar. Estaba recostado en mi cama, descansando como Andrew me dijo. El cuerpo aun me dolía, los moretones eran más visibles y casi no podía moverme, pero me sentía inmensamente feliz. Todo porque Andrew había aceptado salir conmigo. Ni siquiera estoy seguro de cómo me atreví a preguntárselo, solo recuerdo que cuando me dijo que se había quedado conmigo porque quería, una inexplicable valentía me llenó y la pregunta salió sin siquiera pensarlo mucho. Alguien tocó a la puerta de mi habitación y mi Nana Margot entró poco después. -Perdón por interrumpirte cariño, pero solo quería saber si comerás aquí o en el comedor.
Andrew Sé que lo arruine y no he podido dejar de pensar en el rostro de Cody desde ese día. ¿Por qué dije esas cosas? ¿Por qué me dio tanto miedo ser honesto? Cody no es como los demás, sé que si le digo lo que pasa no va a juzgarme. Pero eso no impide que se aleje. Voy en mi bicicleta camino a la universidad, pensando en que voy a decirle a Cody para que me perdone y podamos seguir siendo amigos. Nunca antes me había sentido tan nervioso por entrar a mi clase de inglés, normalmente solo era un día más. Pero ahora que estoy frente a la puerta y puedo verlo sentado en el mismo escritorio de siempre, inmerso en todos esos ensayos y trabajos, no puedo evitar sentir que se me sale el corazón. Nunca antes me había sentido así, menos por un chico, pero, Cody es Cody y, la manera en que mis manos están sudando ahora, no puede ser solo porque me siento culpable por lo que pasó. Doy un pasó al frente y justo en ese moment