La tarde comenzaba a llegar a su fin. Ya que Andrew no me dejó ayudarlo con los registros decidí terminar de revisar los ensayos de la clase de inglés.
-¿Son los trabajos de esta mañana?—escuché a Andrew preguntar.
Levanté la vista para mirarlo y tratando de esconder los papeles, le respondí.
-Sí, pero no te preocupes, saliste muy bien.
Le sonreí para intentar que no se preocupara pero él se recargó en el respaldo de su silla y cruzo lo brazos mirándome seriamente.
-Cody—me llamó—No sé si lo sepas, pero eres pésimo mintiendo.
Sí. Sí lo sabía.
-Lo siento—dije apenado.
-Déjame ver.Busque su ensayo y me arrepentí de no haberlo corregido a tiempo. Se lo entregue y odie ver esa mirada de derrota en sus ojos.
-No lo has corregido, ¿cierto?
Simplemente negué con la cabeza.
-Bien. Definitivamente debo dejar la clase.
-¡No!Rayos, creo que hable demasiado fuerte.
-No lo hagas—suplique—Solo necesitas practicar y yo podría hablar con el profesor. Varios me han dicho que no entienden lo que dice así que técnicamente no es tu culpa, yo… Yo hablare con él y encontrare la forma en que sea más fácil para ti.
Andrew me miraba sorprendido y era comprensible. Estaba rogándole que no abandonara la única cosa que me permitía estar cerca de él. Este castigo era temporal, una vez que terminara, no tendría excusas para acercarme a él.
-Yo te enseñare.
“¿Qué? ¿En serio dije eso?”
-¿Hablas en serio?—preguntó sorprendido.
-Sí, y-yo puedo enseñarte y resolver tus dudas. N-No sé si soy bueno enseñando, pero puedo intentarlo.Andrew me observo por unos segundos, metió la mano en uno de los bolsillos de su pantalón y después de desbloquear su celular, extendió la mano entregándomelo.
-Dame tu número. No podre llamarte cuando tenga dudas si no lo tengo.
Andrew estaba aceptando mi ayuda.
Me está pidiendo mi número.Andrew quiere mi número para llamarme.“¿Alguien puede morir por ser demasiado feliz? Porque creo que seré el primer caso.”
Llegue a casa sonriente a tirarme en mi cama. Tomé la almohada que estaba más cerca y la presioné contra mi cara para desahogar un poco de la felicidad que me llenaba el corazón.
-¿Intentas asfixiarte o algo bueno paso hoy?
Escuché la voz de mi madre y me senté en la cama para verla, la sonrisa seguía en mi cara. No podía ocultarle nada.
-Andrew me pidió mi número—dije aun sin poder creerlo.
Mi madre cubrió su boca con sus manos de la impresión y corrió a sentarse a mi lado.
-¿Cómo es que pasó eso?—preguntó tomándome de las manos.
-¡No lo sé!—respondí aun emocionado—Yo solo… Solo le ofrecí mi ayuda con las clases y él pidió mi número para llamarme cuando tuviera dudas.-Espero sea de lento aprendizaje.Ambos nos reímos y aunque quería ayudar a Andrew, también esperaba que tardara en aprender.
Después de que le dije a mi mamá que era gay y de que ella me aseguró que no tenía ningún problema con ello, le conté sobre Andrew. Así que estaba enterada de todo.
-Me siento feliz por ti cariño—dijo acariciando mi mejilla—Ya verás que es cuestión de tiempo para que ese muchacho caiga rendido a tus encantos.
-¡Mamá!—reproché apenado.Continuamos hablando un rato hasta que mi teléfono comenzó a sonar. Mi madre salió diciendo que prepararía la cena y yo respondí la llamada.
-¿Hola?
-Disculpa, ¿tú eres Cody?No reconocía la voz y no tenía registrado el número. Esto es raro.
-¿Quién habla?—pregunté sin responder lo anterior.
-Mi nombre es Neal, soy el mejor amigo de Andrew.¿Andrew tenía un mejor amigo? ¿Por qué me estaba llamando? ¿Le habrá pasado algo?
-¿Andrew está bien?—pregunté asustado
-Sí tranquilo, él está bien, pero me comenta que está teniendo problemas con su tarea de inglés y necesita tu ayuda.Sentí como mi corazón comenzaba a latir más rápido.
-¿Qué m****a haces Neal?
La voz de Andrew llegó desde el otro lado de la línea y juraría que mi corazón se brincó un par de latidos.
-Solo llamaba a tu profesor particular—se excusó el tal Neal—Anda, está esperando.
Un pequeño silencio se hizo en la línea, supongo que en el tiempo en que su amigo le pasaba el teléfono a Andrew.
-¿Cody?
Arrojé el teléfono a la cama como si este estuviera en llamas o a punto de explotar.
Me quede unos segundos mirándolo, tratando de normalizar mi respiración y controlar los latidos desenfrenados de mi corazón. Mi mano tembló al recoger el teléfono, pero logré llevarlo hasta mi oreja y contestar.
-Hola Andrew.
¿Es posible escuchar una sonrisa? Porque, no sé de qué otra manera explicar que sé que Andrew está sonriendo del otro lado.
-Perdona a mi amigo, nunca he podido hacer que deje de entrometerse en los asuntos de los demás—se disculpó Andrew.
-¡Se dice “gracias”!-¡Cállate!Ahora fue mi turno de sonreír, parecía que esos dos en serio eran cercanos.
Un silencio volvió a llenar la línea y decidí que era mi momento para hablar.
-Andrew, ¿necesitas ayuda con tu tarea?
-Sí—admitió—Lo siento, no quería molestarte tan pronto.La sonrisa que antes era pequeña en mi rostro, ahora era tan grande que me comenzó a doler la cara.
-No hay problema—dije feliz—Y-Yo feliz de hablar contigo.
“¡Tonto! Debiste decir >feliz de ayudarte<”
-También me alegra hablar contigo Cody.
Ok. Ahora definitivamente iré a ver a un cardiólogo.
“¿Por qué eres tan cruel conmigo Andrew? ¿Qué no te das cuenta de lo que provocas en mí? Si mi corazón sufre algún daño, juro que te hare responsable por alterarlo tanto.”
Hoy no es mi día. Me pase todo el fin de semana planeando mil formas de invitar a salir a Andrew. Creo que en estas dos semanas ya somos amigos, entonces no es raro invitarlo a algún lugar, ¿cierto? Aunque eso no importa ahora, porqué Andrew no se apareció en todo el día. No fue a la clase de inglés, no lo vi en el almuerzo y el castigo acaba de terminar hace cinco minutos y él nunca apareció. No estoy molesto con él, al contrario, estoy preocupado. Recuerdo que Andrew faltó unas veces a las clases, pero siempre lo veía en algún punto del día, pero ahora… ¡Incluso me animé a mandarle un mensaje! Pero como era de esperarse, no respondió. Estaba hablando con Dallas camino al estacionamiento, arrastraba los pies desganado por el pésimo día que estaba teniendo. Moría de ganas por llegar a mi casa y tumbarme en la cama hasta la mañana siguiente. -¿Entonces el enano nunca apareció?-No, acabo de salir de la biblioteca—expliqué. <
Andrew se levantó de la cama en cuanto me vio, su cabello rizado estaba húmedo por la lluvia y su camisa mojada se le pegaba al cuerpo. Sentí como nuevamente mi cara se encendía y un nudo se formaba en mi garganta, obligándome a tragar saliva para pasarlo. -¿Te sientes mejor?—preguntó preocupado.-S-Si—respondí nervioso. -Déjame revisar tus golpes—dijo sorprendiéndome.-M-Mis… ¿Mis golpes?-Sí, solo quiero estar seguro de que no es nada grave. Me senté en la cama frente a Andrew y en el momento en que intento quitar la parte superior de la bata que traía puesta mis manos reaccionaron nerviosas hasta tomar sus muñecas. -L-Lo siento—me disculpe bajando la mirada. -¿Prefieres que no lo haga?—preguntó con cuidado de no hacerme sentir inseguro. Lo pensé por unos segundos y, no sé cómo o por qué, pero mis manos soltaron las suyas, dándole permiso de hacer lo que quisiera. Andrew sonrió ligeramente en la comisura derecha de su boca y
Andrew Miré mi reloj mientras aceleraba el pedaleo de mi bicicleta. Debido a que se presentaron algunos inconvenientes en mi casa, me vi obligado a faltar a la escuela. Mi familia abrió un restaurante hace varios años y tuve que hacer cargo hasta que mi madre regresara, lo cual pasó hasta hace treinta minutos. Me sentía mal por haber dejado a Cody solo, se supone que el castigo era de los dos y yo lo había dejado con toda la carga, por eso es que ahora voy lo más rápido que puedo hasta la universidad. Me metí al estacionamiento y me sentí tranquilo de ver que el auto de Cody seguía ahí. Estacione mi bicicleta frente a este y me quede unos cinco minutos esperando cuando se me ocurrió una forma de pedir una disculpa más apropiada. Me alejé un momento del estacionamiento y tuve que atravesar el campus hasta la cafetería, compré algo para Cody y regresé pensando en qué le diría para que me perdonara por haberlo dejado solo todo el día.
Podría jurar que Cody dejó de respirar por unos segundos. -¿T-Tocarme? “Rápido Andrew, piensa en algo rápido antes de que piense que eres un pervertido.” -Tienes golpes en el rostro, ¿puedo poner algo de esto ahí? Pareció una buena excusa y la mirada tranquila de Cody me dijo que no había rastro de un malentendido, así que cuando asintió con la cabeza, me sentí aliviado, pero más nervioso. Estar tan cerca de él me permitía ver todas sus facciones más de cerca. Sus mejillas eran redondas y muy suaves, sus ojos cafés brillaban con algo que no supe descifrar, pero que me echo a volar la mente, y esos labios color cereza… -Listo, con eso debe bastar—dije separándome de él para recuperar un poco de aire. Pero aun había algo que necesitaba preguntarle. -Cody—me gire para verlo-- ¿Vas a decirme que sucedió? Noté como su cuerpo se tensó al instante, evitó mirarme por unos
Cody -¡Dallas! ¡Lo logré!—grité por el teléfono. -¿Qué cosa?-¡Andrew va a salir conmigo! Llamé a mi mejor amigo para contarle la noticia, bueno, más bien él me llamó porque no fui a la escuela pero aproveché la situación para contarle lo que había sucedido. -Te veo en una hora—dijo Dallas antes de colgar. Estaba recostado en mi cama, descansando como Andrew me dijo. El cuerpo aun me dolía, los moretones eran más visibles y casi no podía moverme, pero me sentía inmensamente feliz. Todo porque Andrew había aceptado salir conmigo. Ni siquiera estoy seguro de cómo me atreví a preguntárselo, solo recuerdo que cuando me dijo que se había quedado conmigo porque quería, una inexplicable valentía me llenó y la pregunta salió sin siquiera pensarlo mucho. Alguien tocó a la puerta de mi habitación y mi Nana Margot entró poco después. -Perdón por interrumpirte cariño, pero solo quería saber si comerás aquí o en el comedor.
Andrew Sé que lo arruine y no he podido dejar de pensar en el rostro de Cody desde ese día. ¿Por qué dije esas cosas? ¿Por qué me dio tanto miedo ser honesto? Cody no es como los demás, sé que si le digo lo que pasa no va a juzgarme. Pero eso no impide que se aleje. Voy en mi bicicleta camino a la universidad, pensando en que voy a decirle a Cody para que me perdone y podamos seguir siendo amigos. Nunca antes me había sentido tan nervioso por entrar a mi clase de inglés, normalmente solo era un día más. Pero ahora que estoy frente a la puerta y puedo verlo sentado en el mismo escritorio de siempre, inmerso en todos esos ensayos y trabajos, no puedo evitar sentir que se me sale el corazón. Nunca antes me había sentido así, menos por un chico, pero, Cody es Cody y, la manera en que mis manos están sudando ahora, no puede ser solo porque me siento culpable por lo que pasó. Doy un pasó al frente y justo en ese moment
Cody Caminaba por el estacionamiento hasta mi auto, si caminara normal, ya habría llegado, pero tenía tan poca energía y tan pocas ganas de hacer algo que caminaba lento mientras arrastraba mis pies. Había estado así desde el sábado, desde que llegue a casa y me quedé dormido hasta tarde pensando que había hecho mal para que Andrew no quisiera confiar en mí. ¿Debí respetar más su espacio? ¿Lo presione demasiado? ¿Fui muy directo y lo asuste? -¡Cody! La voz de alguien gritando mi nombre y vi a alguien corriendo demasiado rápido hacía mí. -¿Andrew? Una vez distinguí su forma, comencé a caminar más deprisa hasta mi auto, pero conforme pasaban los segundos los pasos de Andrew se escuchaban más cerca, poniéndome bastante nervioso. Llegué a mi auto pero antes de poder siquiera abrir la puerta el cuerpo de Andrew se estampó con el mío y lo sentí recargarse detrás de mí, con su cabeza apoyada en mi espalda
Cody Mi mente estaba en blanco, no podía pronunciar palabra alguna sobre lo que acababa de escuchar y siento que eso es malo pero… “¿ANDREW TIENE UN HIJO?” No sabía qué hacer, mucho menos que decir, siento que cualquier cosa que diga en este momento estará mal y podría estropear las cosas; es entonces cuando miro detalladamente a Tocquer, tiene el cabello lacio y oscuro como Andrew, inclusive las facciones de su rostro son como las de él, es como ver una mini versión de Andrew. El niño me mira fijamente, sus ojos brillan con curiosidad y una inocencia que nunca había visto; luego, me sonríe, es una sonrisa pequeña, muy sencilla, pero me calienta el corazón y hace que sea inevitable sonreírle de vuelta. -Hola Tocquer. El pequeño