Christian se bajó del auto, miró a su alrededor y dio un largo suspiro, se acomodó su blazer y caminó al frente. Entró en el edificio y de pronto todas las miradas estaban sobre él, sobre todo de las mujeres que se pusieron a cuchichear mientras sonreían, siempre producía ese efecto en ellas, ya debería estar acostumbrado y de hecho lo estaba, de hecho, solo tenía que imaginarse que no estaban allí, a menos que estuviera interesado, entonces sí, con sonreírlas se volverían aún más locas. Pero ahora era otro y tenía otras prioridades. Se acercó a la recepción, había dos mujeres conversando, pero inmediatamente dejaron de hacerlo al verle, parecían sorprendidas o algo así, cuando se puso frente al mostrador y las saludó, una de ellas se puso en pie y lo saludó con educación y nerviosismo.—¿En qué podemos ayudarle? —preguntó la chica sin parar de sonreírle.—Karen, ¿pueden decirme dónde puedo encontrarla? —inmediatamente Zoe y Alexa se miraron, algo les decía que lo conocían de algo.—¿
Christian le abrió la puerta del copiloto de su Rolls Royce Spectre y ella se subió. Él cerró la puerta, rodeó el auto y abrió la puerta del conductor, se subió en el auto y lo puso en marcha. —Tienes un auto muy caro—comentó ella escudriñando el interior del coche. —Espero que no suponga un problema. —le dedicó una sonrisa—¿a qué restaurante nos vamos? —Hay unos cerca, vayamos al Manhattan Deli. Christian indicó la ubicación en el GPS del auto y pisó el acelerador. Ella giró la cabeza para mirarle todavía incrédula, él también la miró por un instante, pero tuvo que regresar la mirada a la carretera. —¿Qué? ¿pensaste que no vendría? —preguntó y ella apartó la mirada de él. —Te extrañé muchísimo—confesó. Él extendió su mano y la depositó sobre la de ella. —Ya puedes imaginarte lo mucho que te he extrañado yo. —Me imagino que no te resultó fácil dejar a los tuyos. —Bueno, son mi familia, eso no lo cambia nadie, pero no pueden retenerme siempre que quieran y hacer de mí lo que l
Aquello lo tomó por sorpresa, ¿de verdad pensaban eso? Y lo más importante ¿ella pensaba así? Bueno, se lo hizo ver aquella noche en que la confesó lo que sentía por ella. Se puso serio.—No rompí mi compromiso con Ashley porque estuviera confuso o porque no sé lo que quiero. Nuestra relación fue algo arreglado entre nuestros padres, pero se pasaron al obligarme a que me casara con ella, no había manera de convencerlos, así que abandoné mi país sin despedirme, me vine aquí, sabía que no se les ocurriría buscarme aquí, estaba molesto, confuso, odiaba todo y a todos a mi alrededor…así que tuve aquel accidente que esperaba que acabara conmigo, ¿de qué me servía vivir si no podía controlar mi propia vida? No llegaste a mi vida por casualidad, apareciste a mi vida y me has dado una razón para luchar, de no permitir seguir siendo controlado por nadie y es eso lo que le cabrea precisamente a mi padre. Así que no quiero que vuelvas a dudar de lo que siento por ti, por favor.A ella se le hizo
Llegaron al hospital, Christian aparcó el auto en el estacionamiento y los dos se bajaron. Él se apresuró a alcanzarla y la tomó de la mano poniéndola de nuevo nerviosa.—Harás que no dejen de mirarnos, no me gusta ser el centro de atención.—Es problema de ellos, que miren todo lo que quieran.—Y de Noha, admítelo—él solo sonrió y ella se ruborizó.—Me encanta cuando te pones así—se detuvo para besarla por sorpresa dejándola sin aliento.—No puedes ser real—susurró ella sin fuerzas de abrir los ojos, no comprendía que se pudiera sentir tanto amor así de una persona.—Pues, prepárate, te espera mucho por vivir conmigo a tu lado.Se separó de ella y le tomó de la mano para que entraran juntos. Inesperadamente se encontraron a Noha en la recepción, tenía unos documentos sobre el mostrador. Se giró para verlos, cuando su mirada viajó sobre sus manos unidas, Karen intentó separarla de Christian, pero éste se la sujetó bien, impidiendo que lo consiguiera, no tenía pensado soltarla para com
Avanzó rápido, llegó hacia las escaleras y mientras se bajaba por ellas lo buscó con la mirada, pero no lo veía, así que se acercó al mostrador donde estaban las chicas para preguntarlas por él.—Estuvo un rato aquí con nosotras, pero llegó Xavier y se lo llevó a su sala de pediatría, —contestó Alexia —dijo que te lo dijéramos.—¿De verdad estáis saliendo? —preguntó la otra—Qué afortunada eres—reconoció soltando un sonoro suspiro.—Iré a buscarlo. Gracias—dijo despidiéndose.Decidió tomar el ascensor, tenía que hacerlo si quería llegar pronto ya que Xavier trabajaba unos pisos más arriba. Se abrió el ascensor y se bajó de él, caminó por el corredor y se dirigió hacia la sala de pediatría donde trabajaba su amigo, estaba abierta. Se acercó y asomó en el umbral de la puerta. Vio al amor de su vida, le estaba sacando conversación a un niño de unos dos años aproximadamente, intentaba distraerlo mientras Xavier le vendaba el brazo, pareciera que se había hecho daño. Le resultó tierna aquel
Mientras Christian conducía, Karen echó un vistazo por el auto.—¿Tienes tu ropa en el maletero? —le preguntó ella.—¿Ropa? No traigo ropa.—¿A no? —enseguida se desilusionó—entonces regresarás pronto, ¿cuándo, mañana?—¿Lo preguntas porque no traigo equipaje? —él la miró y notó tristeza en su rostro—Te dije que me quedaba aquí contigo, no me voy mañana ni pasado mañana—le tomó la mano. —No traje mi equipaje porque no me dio tiempo, ya quería verte, Alfred se encargará de enviarme mis cosas, así que tranquila, ¿sí?Ella no pudo ocultar una sonrisa de alegría.—Entonces ¿no traes nada?—No ¿por? —volvió a mirarla, su mirada parecía caprichosa, qué será lo que iba a proponerle.—¿Y si pasamos por una tienda a buscarte algo de ropa mientras esperamos que Alfred te envíe tus cosas?—¿De compras? —ella agitó la cabeza—No me gusta mucho, pero si es lo que quieres no puedo decirte que no.—Genial—estaba emocionada por la oportunidad de poder salir de comprar con él, le entusiasmaba la idea d
Karen salió de la habitación después de ponerse algo cómodo y recogerse el pelo en una coleta, y para su sorpresa se encontró a Christian ya en su cocina, sobre su encimera terminando ya de trocear unos tomates y cebolla. —Pero Christian, no deberías estar haciendo nada, eres mi invitado—le tomó de la mano intentando detenerle. Él aprovechó su contacto para atraparla de espalda contra su pecho y posar su barbilla contra su hombro. —¿Esperabas que te dejara a ti hacerlo todo? No eres mi sirvienta, aun así, creo que será más divertido hacerlo juntos ¿no te parece? Ella solo pudo asentir, él tenía rodeada su cintura con sus manos y eso la hacía no pensar con claridad, de hecho, era capaz de asentir a todo lo que él pudiera pedirla. Él tomó sus manos y las colocó sobre la encimera. —Bien, me pasas los panes y yo me encargo de untarlos ¿de acuerdo? —ella asintió de nuevo lo que provocó que él se riera—¿Es todo lo que harás? ¿Solo asentir? —Bueno…tampoco es que…haya mucho que decir. —D
El sonido del celular sobre la mesa hizo que Karen se despertara, le tomó unos segundos reubicarse y recordar que estaba acurrucada en el sofá con el mejor hombre que había dejado entrar en su vida. Se habían quedado dormidos sin darse cuenta y el móvil que ahora estaba sonando no era de ella, sino de él. Estrechó la mano para tomarlo, el brazo de Christian seguía sujetándola. Se dio la vuelta para tenerlo de frente, él tenía los ojos cerrados, se veía muy lindo, le recordaba a las veces que lo encontraba así dormido cuando entraba en su cuarto a escondidas para hablarle.—Christian—le susurró, el móvil después de colgarse había empezado a sonar de nuevo.Él abrió los ojos para coger el móvil y después de ver que se trataba de su madre, ignoró la llamada y puso el móvil en modo silencioso. Depositó de nuevo el móvil sobre la mesa y con su mano ya libre atrajo a la mujer que tenía junto a él aún más mientras volvía a cerrar los ojos.—Es mi madre, ya la llamaré después.—Pero lleva tie