Me dedicó una de esas intensas miradas a través del espejo, tomó mis brazos y me incentivó a darme la vuelta. Lentamente accedo a su acción. Se acerca, dejando un minúsculo, casi inexistente espacio entre nuestros cuerpos, su colonia me envuelve, alejándome por un instante de mi racionalidad, despierto de mi ensueño cuando instala un suave y delicado beso en mi mejilla, al separarse puedo contemplar sus ojos de cerca, tan profundos e infinitos, atraparía a cualquiera por hora en ellos.
—No me permitiste saludarte antes. ¿Cómo se encuentra el tobillo rebelde? —dice, sonriendo levemente. Esperen, ¿eso fue una broma? De seguro escuche mal… ¿verdad?.
—Casi recuperado por completo, aunque siendo sincera, ya se me había olvidado el ridículo de esta tarde, ¡gracias por recordármelo! —le comenté sonriendo, me apartó sutilmente y me dirijo hacia la sala, necesitaba alejarme de su cercanía, es tan embriagante que temo caer en un nuevo trance en cualquier momento.
—Bueno, no debes preocuparte por eso, y me alegra saber que te encuentras mejor —dijo roncamente, caminando detrás de mí. Que no me preocupe dice, claro como no es su dignidad la que está en juego —Si estás lista, podemos irnos.
Llegó el momento, espero que Luca pueda liberar esta tensión que hay entre nosotros, es un poco difícil hablar fluidamente con Carter. Y necesito que acepte mi propuesta. Me detengo un momento a tomar mi cartera de mano, mientras Carter continúa hacia la puerta.
—Vamos, Luca nos debe estar esperando —le comento, cuando está a punto de tomar el pestillo, pero se detiene en seco al escuchar mi comentario.
—Veo que te llevas muy bien con Luca._ dijo, mientras frunce el ceño y me dedicó una mirada intensa. ¿Y que si es así?.
—Así es, es un hombre encantador, amable y guapo, ¿quien no se llevaría bien con él? —Es cierto, no creo que exista una persona a la que no le agrade Luca, era tan expresivo y sincero. Podías notar en sus expresiones si algo le desagrada, o por el contrario, si algo lo hace feliz. —¿acaso esto le genera algún inconveniente, señor Frattini?
Sigo mi camino hacia la puerta, abriéndola por mi misma y saliendo del apartamento, Carter se quedó un momento en su lugar, pero rápidamente reacciona y sigue mis pasos, cerrando la puerta a su espalda. Bajamos por el ascensor en un incómodo silencio, podía sentir su mirada en mí en casi todo el trayecto. Cuando finalmente llegamos a la planta baja, nos dirigimos hacia la entrada del edificio, la brisa cálida nos envuelve, el clima en Roma es mediterraneo y suave, lo que hace que cualquier época sea buena, comparado a los fríos inviernos y abundantes precipitaciones durante todo el año de Londres, esto es un paraíso, me deleito un momento con la calidez del ambiente para luego seguir caminando hacia el automóvil.
Allí parado junto a la puerta, se encuentra un hombre de unos 50 o 60 años, esperando a nuestra llegada. Lo miro extrañado, ese no puede ser Luca, a menos de que sea el Luca viajero del futuro, no estaba ni cerca de serlo. Me giro para mirar a Carter, confundida.
—¿Dónde está Luca? —pregunto, a lo que él sonríe falsamente.
—En su casa, supongo —Lo miro reprobatoria, este no es el momento de hacerse el gracioso, ¿acaso no entiende que es de vida o muerte?. Sin Luca ahí, todo será más tenso —Su jornada laboral terminó hace horas.
Me pregunto en qué planeta vivo. ¡Claro que se encontraba en su casa!, de lo contrario sería explotación laboral, en que estaba pensando al querer arrastrar a Luca en esto, definitivamente el Karma es cruel.
—¿Por qué no me dijo que no estaría esta noche? me podría haber advertido cuando me devolvió el teléfono —Pienso en voz alta, esto cambia mis planes, sin Luca ahí para respaldar mi oferta como su asistente, esto sería complicado.
—¿Viste a Luca después que te dejamos en la entrada? —pregunta, al mismo tiempo que yo me acomodo en el asiento trasero del auto, cerrando la puerta en el proceso. Rápidamente da la vuelta, sentándose a mi lado. Me mira fijamente, esperando una respuesta.
—Si, subio a mi apartamento a devolverme mi teléfono, me dijo que aprovecho a hacerlo, mientras tu estabas en una reunión —le digo, mirando por la ventana, sin darle mucha importancia al asunto.
—En horario de trabajo, esto es increíble —dice refunfuñando, ya veo, Luca no exageraba. —Eso es motivo de despido.
—Si lo despides, avisame. Parece muy eficiente, me encantaría contratarlo como mi secretario. —Además se lo debería a Luca por abrir mi bocota. Debo de dejar de pensar en voz alta.
Nos quedamos en silencio hasta que el automóvil se detiene, Carter baja primero para ayudarme. Nos encontramos en la entrada de un lujoso restaurante, nombrado La Pérgola, se podría decir que se encontraba suspendido en el cielo de la ciudad, ya que el edificio contaba con varias plantas. Apenas entramos en el recinto, una joven mujer vestida con un traje de dos piezas, falda de tubo y un saco a medida, color bordo. Rápidamente nos da la bienvenida y nos ubican en el punto más alto del lugar. Tomó asiento y mis ojos se deleitaron con el inmejorable marco de un roof garden panorámico, estoy completamente fascinada con la vista.
—Me alegra que sea de tu agrado, suelo cenar aquí por este increíble panorama —me comenta mi pareja de esta noche, al ver mi fascinación. Le dedico una mirada complacida, a lo que él sonríe. Intercambia unas cuantas palabras con las mujer de antes, a lo que no prestó atención. Momentos después vuelve con una botella de vino. —Me he tomado el atrevimiento de ordenar este exquisito vino Romanée Conti Grand Cru, espero y no te moleste. —Me imaginaba que haría algo como eso, con lo exigente y meticuloso que es, asumiría que no sería capaz de reconocer un buen vino. Para su sorpresa, mi familia posee parte de las bodegas del tradicional viñedo Domanie, mi padre es un aficionado, además a lo largo de los años lo he acompañado un par de veces a Borgoña para visitar las bodegas. ¡Pero claro!, qué puede saber la ignorante Emily de vinos. ¡Hombres!
Calmate Emily, estás aquí con una misión, concéntrate en ello y se agradecida con la consideración de este bondadoso hombre.
—¡Pero que considerado! —digo sonriendo falsamente, a lo que él sonrió complacido, que malo que es para notar el sarcasmo, suerte para mi, porque no lo puedo evitar. Espero que por lo menos me deje elegir mi propia comida porque tendremos problemas. Mejor me apresuro a cumplir mi objetivo, de lo contrario la cagaría mucho antes de siquiera mencionarlo —Carter, debo hacerte una propuesta.
—¿Propuesta? —pregunta sorprendido, dirige su atención a mi, mirándome fijamente. Lo que me hace dudar. No se si seré capaz de ver esos ojos cotidianamente, además de que mi corazoncito no lo soportaría.
—Así es, si me permites, quisiera contarte de qué trata —Él me mira expectante y finalmente asiente lentamente, un poco dubitativo —Uno de los motivos por el que estoy en Romo es para hacer crecer mi empresa, colocaré a Digital Technology Company en el top Nº1 de las empresas más exitosas de Europa. Tengo una serie de reuniones programas para el próximo mes, con el fin de expandirnos a Asia y Norteamérica. Por el momento, mañana tengo una reunión con el presidente de “Innovare” Alessandro Greco, si Frattini Company se une a esta sociedad, crecerá a nivel internacional, haciendo unas apalancamiento financiero de Digital Technology Company y a la vez brindándole estabilidad en el mercado nacional ya que apenas nos estamos instando. Además de que sería una gran oportunidad para Innovare y Frattini Company para crear lazos y hacer negocios justos.—Es una propuesta que apenas da beneficios sólidos a tu empresa, ¿porque lo harías? —Pero qué hombre más desconfiado,
Carter me mira atónito, sin dar crédito a mi petición. No entiendo porque exagera tanto…Y no se Emily, tal vez sea por el hecho de que mañana es martes, ¿día laboral?, ¿reunión que marcará el futuro de ambas empresas?, dime ¿te parece familiar?, definitivamente no tengo remedio. Pero claro que no me quedaría lamentandome, esa llamada volvió a descolocar mi mundo, quería olvidarlo, se que no es la manera de sobrellevar los problemas, pero si alguien encontraba una en la que no terminará con una nube negra detrás de mí, atormentandome durante quien sabe cuanto tiempo, que me avise.Cuando finalmente sale de su asombro, después de unos segundos en silencio, me mira determinante, como si hubiera tomado una decisión. Esa expresión me ag
—Te conozco hace poco menos de 24 horas, y lo único que has hecho es gruñir, aunque debo admitir que has sido muy atento conmigo —resaltó, no sería correcto menospreciar sus gestos. —Aunque me gustaría conocer a ese tipo agradable del que hablas.—¿Ah sí? Pues tú lo pediste —dice mientras se levanta, toma de un solo trago la bebida, que al contrario de la mía, su whisky estaba intacto. Extiende su mano hacia a mi, acción que no comprendo, me hace un gesto señalando la pista de baile, dudo un segundo pero decido acceder, ¡qué puede pasar! Vinimos a divertirnos después de todo.Nos abrimos paso entre las personas que se encuentran en nuestro camino, cuando llegamos al centro de la pista, nos detenemos. Se acerca un poco más a mi y comenzamos a bailar al ritmo de la música, poco a poco nos vamos acoplando el uno al otro. Su forma de bailar es fluida y natural, tanto así que me dejo llevar por todo el. Su cercanía me atrapa, me hace no querer alej
—Me divertí mucho contigo esta noche, deberíamos salir en otro momento. —Sonrió ampliamente, él asiente y saca su teléfono del bolsillo de su pantalón, me lo entrega y lo miro confundida.—Agenda tu número, me encantaría salir contigo mientras me encuentre en Italia. —Responde a mi confusión, tomé su teléfono, hago lo que me pide y se lo entregé de vuelta. Cuando estoy a punto de darme la vuelta para irme, él me retiene tomando mi mano, me detengo para verlo, él se acerca y deposita un suave beso en la comisura de mi boca.Finalmente me doy la vuelta, para encontrarme a Carter, mirándome con un gran disgusto, su expresión me causa mucha diversión e inevitablemente comienzo a reír, a lo que él frunce el ceño aún más y toma mi mano para arrastrarme por el lugar, mi borracha yo, no puede coordinar la acción de reír y caminar a la vez, así que con mucha dificultad intentó seguir sus pasos. Todo me da vueltas, provocando que mariposas revoloteen en
Mi humor cae inmediatamente, ni siquiera interponiendo casi 1.500 km de distancia podía alejarme completamente. Al escuchar su voz, recuerdo cada momento que pasamos juntos, cada beso, cada abrazo, cada roce de su piel, incitando a abandonar mi determinación, e inmensas ganas de volver a él me invaden…—¿Liam? ¿Y ese quien es? —La voz de Carter me hace regresar a mi racionalidad, abandonar inmediatamente esos deseos.—¿Estás con alguien? —Este imbécil, cómo se atreve a llamarme, no le contesto, solo me quedo ahí, sin saber qué hacer. Carter y Luca me miran expectantes y confundidos; ¡estupendo! ahora se supone que le debo explicaciones a todo el mundo. Se quedarán con las ganas… Quince minutos después, llegó a Digital Technology Company, estacione el automóvil, y me dirigí hacia el ascensor, entrando marcando el piso dieciocho, miro la hora en mi reloj de muñeca y son ocho y veinte, aún tengo tiempo. Una vez en mi destino, me dirigí a mi oficina, conocía bien las instalaciones dado que había estado aquí un par de veces durante la construcción y diseño del edificio. Soy interceptada por mi asistente Verá, una adorable señora de 62 años, en mi desespero por encontrar a alguien que actuara en el papel, Alessandro tuvo la amabilidad de cederme a su más eficiente empleada, hasta que encontrara a alguien.—Señorita Emily, la esperan en su oficina, se instaló allí y no entendió razones, discúlpeme —expresa apresuradamente, bajando la cabeza.—No te preocupes, Vera. Yo me encargo —digo, dándole una sonrisa tranquilizadora en el proceso. Seguramente sea el impaciente de Alessandro, ese hombre tiene mucha energía, debería relajCapítulo 12
—Entonces es verdad… —interrumpió Liam. Por favor ¡asúmelo y vete de una vez!. Nos mira derrotado, triste y dolido. Por un instante, es difícil para mi verlo así, e inmensurables ganas de negarlo todo y decirle que todo estará bien, invaden mi racionalidad; pero inmediatamente llega a mi su traición y me abstengo. —Estas con este tipo…—Así es, no te refieras a él como: “este tipo”, tiene nombre y es Carter Frattini —puntualizé, Carter se limita a asentir en su dirección en forma de saludo, aún aprisionandome entre sus brazos.—No puedo creerlo, ¡hace apenas dos meses nos íbamos a casar! ¡Por Dios Emily! —enfatiza alzando la voz, Mirándome totalmente exaltado, pero mírenlo a este, el burro hablando de orejas. —¿Qué tan poco signific
El entrometido de Alessandro, hace que lo miremos con cara de “¿a ti que te importa? y no te invitamos porque no queremos”. Evidentemente nos entendió porque nos miró mal, a lo que nosotros reímos.—No iremos a ningún lado, solo cenaremos en mi casa —le comento, restándole importancia.—¡Vaya!, como eres Emily, a mi no me invitas ni a un miserable café —reprocha, de mala gana.—¡Oh vamos Aless!, ¿qué es este berrinche? —expresó divertida, a lo que él hace una mueca —Qué pesado… Está bien, puedes venir a cenar con nosotras. —Él sonríe complacido, se acerca y toma ambos lados de mi rostro. Debo subir la mirada para poder ver sus oj