—Te conozco hace poco menos de 24 horas, y lo único que has hecho es gruñir, aunque debo admitir que has sido muy atento conmigo —resaltó, no sería correcto menospreciar sus gestos. —Aunque me gustaría conocer a ese tipo agradable del que hablas.
—¿Ah sí? Pues tú lo pediste —dice mientras se levanta, toma de un solo trago la bebida, que al contrario de la mía, su whisky estaba intacto. Extiende su mano hacia a mi, acción que no comprendo, me hace un gesto señalando la pista de baile, dudo un segundo pero decido acceder, ¡qué puede pasar! Vinimos a divertirnos después de todo.
Nos abrimos paso entre las personas que se encuentran en nuestro camino, cuando llegamos al centro de la pista, nos detenemos. Se acerca un poco más a mi y comenzamos a bailar al ritmo de la música, poco a poco nos vamos acoplando el uno al otro. Su forma de bailar es fluida y natural, tanto así que me dejo llevar por todo el. Su cercanía me atrapa, me hace no querer alejarme, pero a la vez, sentirlo así es abrumador.
En medio de la pista, Cárter me da una vuelta, mi espalda se pega contra su pecho, es la primera vez que bailamos juntos pero se siente tan agradable. En otras condiciones sentiría su cercanía demasiado excesiva, pero extremadamente no es así. Delicadamente aparta mi cabello, dándole total libertad a mi hombro y cuello,
—Disculpen —nuestra burbuja se ve interrumpida, una voz que nos grita para hacerse escuchar sobre la música, buscamos el origen de esta, y nos encontramos con dos personas, una despampanante rubia de ojos celestes y apuesto hombre con las mismas características —, lamento molestarlos pero mi hermano y yo, hemos estado observandolos por un rato y nos preguntamos si; ¿les gustaría bailar con nosotros? —Expresa la rubia en un acento italiano un poco forzado. Carter me mira expectante, ¡porque debo decidirlo yo! ¿acaso soy su mamá para darle permiso? Está claro que quiere hacerlo, de lo contrario ya habría rechazado su oferta.
Me despegó lentamente de su cuerpo, sintiendo inmediatamente el vacío, pero repentinamente el aferra el agarre de sus manos en mi cintura, lo que hace que lo mire sobre mi hombro, tal vez la poca luz del lugar no me permite verlo bien, pero pareció que me miraba suplicante, se acerca a la piel descubierta de mi hombro y depositó un cálido y húmedo beso, para luego dejarme ir. ¿¡qué rayos fue eso!?. Hacemos el cambio de pareja, sin decir nada más.
—¿Cómo te llamas, belleza? —Cuestiona el exotico hombre, con el mismo acento que su hermana. Nos alejamos un poco de nuestros compañeros, desde nuestro sitio puedo ver a Carter bailando con la rubia, de la misma forma que lo hizo conmigo, una extraña sensación de disgusto se instala en mi pecho.
—Emily, ¿y qué hay de ti? —Alejo cualquier reflexión que intente aparecer por mi cabeza, concentró toda la atención en la persona que se encontraba delante de mí y le brindó una cálida sonrisa, él no tenía la culpa de mis pesares.
—Dmitry, es un placer conocerte —pero que encanto, me extiende su mano con la intención de bailar, correspondiendo su acción tomó su mano y comenzamos a bailar. Debo admitir que sabe moverse muy bien, pero no me siento tan cómoda como lo hice con Carter.
Muchas canciones y varios tragos después, mi coordinación ya no era tan buena. Pero en este tiempo, pude conocer a este encantador Ruso, al igual que yo, parece ser que está en Italia para concretar algunos negocios. Posee un gran sentido del humor, no he parado de reir gracias a él. De Carter no se nada desde hace rato, nos perdimos entre la multitud, por una parte, mejor porque no me apetecía verlo con Alisa, la chica de antes.
En una de las vueltas que me da Dmitry, alguien colisiona contra mi existencia, provocando que caiga hacia los brazos de este mi compañero de baile. Al atraparme, nuestros cuerpos se impactan provocando una repentina cercanía, mira mis ojos intensamente, casi en llamas, se acerca poco a poco hacia mi rostro, con la intención de llegar a mis labios. Me dejo hacer porque, ¿qué más da?, después podría culpar al alcohol. Pero nada sucede puesto que cuando estábamos a escasos milímetros, alguien tira de mi muñeca hacia un costado.
—Emily, es momento de irnos, ya es muy tarde y mañana tenemos cosas importantes que hacer —Carter nos interrumpe, nunca tan oportuno. Porque no me deja en paz y sigue su faena por ahí. Me entrega mi cartera e intenta alejarme de allí.
Me suelto de un tirón de su agarre, no quería que me tocara, el me mira sorprendido e intenta tomar mi mano nuevamente pero se lo impido con una mirada reprobatoria. Me dirijo hacia Dmitry quien había quedado descolocado en su lugar, sin saber cómo reaccionar. Colocó una mano en su nuca atrayéndolo hacia mí, puesto que el Russo era mucho más alto que yo, y beso castamente sus labios, a lo que él se sorprende, y me sonríe ampliamente.
—Me divertí mucho contigo esta noche, deberíamos salir en otro momento. —Sonrió ampliamente, él asiente y saca su teléfono del bolsillo de su pantalón, me lo entrega y lo miro confundida.—Agenda tu número, me encantaría salir contigo mientras me encuentre en Italia. —Responde a mi confusión, tomé su teléfono, hago lo que me pide y se lo entregé de vuelta. Cuando estoy a punto de darme la vuelta para irme, él me retiene tomando mi mano, me detengo para verlo, él se acerca y deposita un suave beso en la comisura de mi boca.Finalmente me doy la vuelta, para encontrarme a Carter, mirándome con un gran disgusto, su expresión me causa mucha diversión e inevitablemente comienzo a reír, a lo que él frunce el ceño aún más y toma mi mano para arrastrarme por el lugar, mi borracha yo, no puede coordinar la acción de reír y caminar a la vez, así que con mucha dificultad intentó seguir sus pasos. Todo me da vueltas, provocando que mariposas revoloteen en
Mi humor cae inmediatamente, ni siquiera interponiendo casi 1.500 km de distancia podía alejarme completamente. Al escuchar su voz, recuerdo cada momento que pasamos juntos, cada beso, cada abrazo, cada roce de su piel, incitando a abandonar mi determinación, e inmensas ganas de volver a él me invaden…—¿Liam? ¿Y ese quien es? —La voz de Carter me hace regresar a mi racionalidad, abandonar inmediatamente esos deseos.—¿Estás con alguien? —Este imbécil, cómo se atreve a llamarme, no le contesto, solo me quedo ahí, sin saber qué hacer. Carter y Luca me miran expectantes y confundidos; ¡estupendo! ahora se supone que le debo explicaciones a todo el mundo. Se quedarán con las ganas… Quince minutos después, llegó a Digital Technology Company, estacione el automóvil, y me dirigí hacia el ascensor, entrando marcando el piso dieciocho, miro la hora en mi reloj de muñeca y son ocho y veinte, aún tengo tiempo. Una vez en mi destino, me dirigí a mi oficina, conocía bien las instalaciones dado que había estado aquí un par de veces durante la construcción y diseño del edificio. Soy interceptada por mi asistente Verá, una adorable señora de 62 años, en mi desespero por encontrar a alguien que actuara en el papel, Alessandro tuvo la amabilidad de cederme a su más eficiente empleada, hasta que encontrara a alguien.—Señorita Emily, la esperan en su oficina, se instaló allí y no entendió razones, discúlpeme —expresa apresuradamente, bajando la cabeza.—No te preocupes, Vera. Yo me encargo —digo, dándole una sonrisa tranquilizadora en el proceso. Seguramente sea el impaciente de Alessandro, ese hombre tiene mucha energía, debería relajCapítulo 12
—Entonces es verdad… —interrumpió Liam. Por favor ¡asúmelo y vete de una vez!. Nos mira derrotado, triste y dolido. Por un instante, es difícil para mi verlo así, e inmensurables ganas de negarlo todo y decirle que todo estará bien, invaden mi racionalidad; pero inmediatamente llega a mi su traición y me abstengo. —Estas con este tipo…—Así es, no te refieras a él como: “este tipo”, tiene nombre y es Carter Frattini —puntualizé, Carter se limita a asentir en su dirección en forma de saludo, aún aprisionandome entre sus brazos.—No puedo creerlo, ¡hace apenas dos meses nos íbamos a casar! ¡Por Dios Emily! —enfatiza alzando la voz, Mirándome totalmente exaltado, pero mírenlo a este, el burro hablando de orejas. —¿Qué tan poco signific
El entrometido de Alessandro, hace que lo miremos con cara de “¿a ti que te importa? y no te invitamos porque no queremos”. Evidentemente nos entendió porque nos miró mal, a lo que nosotros reímos.—No iremos a ningún lado, solo cenaremos en mi casa —le comento, restándole importancia.—¡Vaya!, como eres Emily, a mi no me invitas ni a un miserable café —reprocha, de mala gana.—¡Oh vamos Aless!, ¿qué es este berrinche? —expresó divertida, a lo que él hace una mueca —Qué pesado… Está bien, puedes venir a cenar con nosotras. —Él sonríe complacido, se acerca y toma ambos lados de mi rostro. Debo subir la mirada para poder ver sus oj
Finalmente sus labios acarician los míos, en apenas un roce formando un pequeño beso, inconscientemente cierro mis ojos disfrutando su calidez. Se separa lentamente, sus ardientes ojos me miran con devoción, mi labios arden por más y mi indecisión surge, ¿y ahora qué demonios debería hacer?Nuestra burbuja se rompe justo a tiempo cuando escuchamos el timbre sonar, la racionalidad vuelve a mi, y sin decir nada, salte del sofá a los tropiezos, me dirijo hacia la puerta. Al abrir me encuentro con Alessandro quien me mira sonriendo y abriéndose paso hacia el interior.—¡Ya llego por quien lloraban! —exclamó alegremente. Se dirige hacia donde se encuentra Luca, se saludan con un apretón de manos. —Chicos…¿Interrumpo algo?
Llegamos al lugar y nos encontramos con la fachada de un edificio antiguo, adornado con luces de neón y algunas estatuas de bellas mujeres, un cartel muy bien iluminado nos da la bienvenida a “Ice Club”. En la entrada, un poco alejados de la multitud, se encuentran Carter y Alessandro hablando tranquilamente. Nos bajamos del vehículo para encaminarnos hacia ellos, cuando estamos a unos metros, Carter quien estaba de espaldas a nosotras, se gira para vernos. Siento como sus ojos recorren cada parte de mi cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, provocando que me estremezca en cada paso. Finalmente sus fogosos y profundos ojos chocan con los míos, estimulando mi cuerpo de tal manera que mi corazón se desboca, queriendo salirse de mi cuerpo, la respiración se me entrecorta y mis piernas tiemblan, hago un gran esfuerzo por caminar con seguridad, evitando terminar enterrada de narices en medio de la acera.Al llegar hasta ellos, el primero en sal
Y sin más, arremete contra mi, para unir nuestros labios, cierro los ojos dejándome llevar, porque tampoco podía soportar más esta necesidad de mis labios por tocar los suyos. Comparado con el tierno beso de la última vez, en esta ocasión devorando mis labios con necesidad, como si fuera la última gota de agua en el desierto. Exploro cada espacio de mi boca, saboreo el característico sabor a Whisky, combinado con un leve sabor a menta, nuestras lenguas luchan en una batalla sin sentido, acariciándose entre si. Desliza sus manos por mi espalda descubierta, erizando cada bello que encuentra a su paso, hasta finalmente llegar a mi trasero y levantarme en el aire provocando que enrolla mis piernas en su cintura y llevo mis manos a su nuca tirando suavemente de su cabello.Se separa lentamente, aun dejando que sus labios rocen los míos. Puedo