—Me divertí mucho contigo esta noche, deberíamos salir en otro momento. —Sonrió ampliamente, él asiente y saca su teléfono del bolsillo de su pantalón, me lo entrega y lo miro confundida.
—Agenda tu número, me encantaría salir contigo mientras me encuentre en Italia. —Responde a mi confusión, tomé su teléfono, hago lo que me pide y se lo entregé de vuelta. Cuando estoy a punto de darme la vuelta para irme, él me retiene tomando mi mano, me detengo para verlo, él se acerca y deposita un suave beso en la comisura de mi boca.
Finalmente me doy la vuelta, para encontrarme a Carter, mirándome con un gran disgusto, su expresión me causa mucha diversión e inevitablemente comienzo a reír, a lo que él frunce el ceño aún más y toma mi mano para arrastrarme por el lugar, mi borracha yo, no puede coordinar la acción de reír y caminar a la vez, así que con mucha dificultad intentó seguir sus pasos. Todo me da vueltas, provocando que mariposas revoloteen en
Mi humor cae inmediatamente, ni siquiera interponiendo casi 1.500 km de distancia podía alejarme completamente. Al escuchar su voz, recuerdo cada momento que pasamos juntos, cada beso, cada abrazo, cada roce de su piel, incitando a abandonar mi determinación, e inmensas ganas de volver a él me invaden…—¿Liam? ¿Y ese quien es? —La voz de Carter me hace regresar a mi racionalidad, abandonar inmediatamente esos deseos.—¿Estás con alguien? —Este imbécil, cómo se atreve a llamarme, no le contesto, solo me quedo ahí, sin saber qué hacer. Carter y Luca me miran expectantes y confundidos; ¡estupendo! ahora se supone que le debo explicaciones a todo el mundo. Se quedarán con las ganas… Quince minutos después, llegó a Digital Technology Company, estacione el automóvil, y me dirigí hacia el ascensor, entrando marcando el piso dieciocho, miro la hora en mi reloj de muñeca y son ocho y veinte, aún tengo tiempo. Una vez en mi destino, me dirigí a mi oficina, conocía bien las instalaciones dado que había estado aquí un par de veces durante la construcción y diseño del edificio. Soy interceptada por mi asistente Verá, una adorable señora de 62 años, en mi desespero por encontrar a alguien que actuara en el papel, Alessandro tuvo la amabilidad de cederme a su más eficiente empleada, hasta que encontrara a alguien.—Señorita Emily, la esperan en su oficina, se instaló allí y no entendió razones, discúlpeme —expresa apresuradamente, bajando la cabeza.—No te preocupes, Vera. Yo me encargo —digo, dándole una sonrisa tranquilizadora en el proceso. Seguramente sea el impaciente de Alessandro, ese hombre tiene mucha energía, debería relajCapítulo 12
—Entonces es verdad… —interrumpió Liam. Por favor ¡asúmelo y vete de una vez!. Nos mira derrotado, triste y dolido. Por un instante, es difícil para mi verlo así, e inmensurables ganas de negarlo todo y decirle que todo estará bien, invaden mi racionalidad; pero inmediatamente llega a mi su traición y me abstengo. —Estas con este tipo…—Así es, no te refieras a él como: “este tipo”, tiene nombre y es Carter Frattini —puntualizé, Carter se limita a asentir en su dirección en forma de saludo, aún aprisionandome entre sus brazos.—No puedo creerlo, ¡hace apenas dos meses nos íbamos a casar! ¡Por Dios Emily! —enfatiza alzando la voz, Mirándome totalmente exaltado, pero mírenlo a este, el burro hablando de orejas. —¿Qué tan poco signific
El entrometido de Alessandro, hace que lo miremos con cara de “¿a ti que te importa? y no te invitamos porque no queremos”. Evidentemente nos entendió porque nos miró mal, a lo que nosotros reímos.—No iremos a ningún lado, solo cenaremos en mi casa —le comento, restándole importancia.—¡Vaya!, como eres Emily, a mi no me invitas ni a un miserable café —reprocha, de mala gana.—¡Oh vamos Aless!, ¿qué es este berrinche? —expresó divertida, a lo que él hace una mueca —Qué pesado… Está bien, puedes venir a cenar con nosotras. —Él sonríe complacido, se acerca y toma ambos lados de mi rostro. Debo subir la mirada para poder ver sus oj
Finalmente sus labios acarician los míos, en apenas un roce formando un pequeño beso, inconscientemente cierro mis ojos disfrutando su calidez. Se separa lentamente, sus ardientes ojos me miran con devoción, mi labios arden por más y mi indecisión surge, ¿y ahora qué demonios debería hacer?Nuestra burbuja se rompe justo a tiempo cuando escuchamos el timbre sonar, la racionalidad vuelve a mi, y sin decir nada, salte del sofá a los tropiezos, me dirijo hacia la puerta. Al abrir me encuentro con Alessandro quien me mira sonriendo y abriéndose paso hacia el interior.—¡Ya llego por quien lloraban! —exclamó alegremente. Se dirige hacia donde se encuentra Luca, se saludan con un apretón de manos. —Chicos…¿Interrumpo algo?
Llegamos al lugar y nos encontramos con la fachada de un edificio antiguo, adornado con luces de neón y algunas estatuas de bellas mujeres, un cartel muy bien iluminado nos da la bienvenida a “Ice Club”. En la entrada, un poco alejados de la multitud, se encuentran Carter y Alessandro hablando tranquilamente. Nos bajamos del vehículo para encaminarnos hacia ellos, cuando estamos a unos metros, Carter quien estaba de espaldas a nosotras, se gira para vernos. Siento como sus ojos recorren cada parte de mi cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, provocando que me estremezca en cada paso. Finalmente sus fogosos y profundos ojos chocan con los míos, estimulando mi cuerpo de tal manera que mi corazón se desboca, queriendo salirse de mi cuerpo, la respiración se me entrecorta y mis piernas tiemblan, hago un gran esfuerzo por caminar con seguridad, evitando terminar enterrada de narices en medio de la acera.Al llegar hasta ellos, el primero en sal
Y sin más, arremete contra mi, para unir nuestros labios, cierro los ojos dejándome llevar, porque tampoco podía soportar más esta necesidad de mis labios por tocar los suyos. Comparado con el tierno beso de la última vez, en esta ocasión devorando mis labios con necesidad, como si fuera la última gota de agua en el desierto. Exploro cada espacio de mi boca, saboreo el característico sabor a Whisky, combinado con un leve sabor a menta, nuestras lenguas luchan en una batalla sin sentido, acariciándose entre si. Desliza sus manos por mi espalda descubierta, erizando cada bello que encuentra a su paso, hasta finalmente llegar a mi trasero y levantarme en el aire provocando que enrolla mis piernas en su cintura y llevo mis manos a su nuca tirando suavemente de su cabello.Se separa lentamente, aun dejando que sus labios rocen los míos. Puedo
—Así es... Ven acompáñame —dice, indicando el camino. Lo sigo de atrás hasta que se detiene en medio del césped. Se quita el saco y lo extiende para que ambos tomemos asiento en él, nuestros cuerpos apenas se rozan pero puedo sentir el calor de su cuerpo invadiendo el mio.Dejo esos pensamientos a un lado para admirar el paisaje que se encuentra frente a mis ojos. El majestuoso monumento característico de Roma; El Coliseo Romano. Es una verdadera obra de arte, increíble que semejante estructura se haya mantenido en pie durante 1951 años. Mi abuela Eli es amante de la historia, e inevitablemente desde el primer momento en que lo vio había quedado embelesada por la majestuosidad del lugar, había estudiado cada detalle de su arquitectura e historia, nada se le escapaba. Cuando tenía siete años me pasaba horas escuchándola hablar, no se