Capítulo 18

—Así es... Ven acompáñame —dice, indicando el camino. Lo sigo de atrás hasta que se detiene en medio del césped. Se quita el saco y lo extiende para que ambos tomemos asiento en él, nuestros cuerpos apenas se rozan pero puedo sentir el calor de su cuerpo invadiendo el mio. 

Dejo esos pensamientos a un lado para admirar el paisaje que se encuentra frente a mis ojos. El majestuoso monumento característico de Roma; El Coliseo Romano. Es una verdadera obra de arte, increíble que semejante estructura se haya mantenido en pie durante 1951 años. Mi abuela Eli es amante de la historia, e inevitablemente desde el primer momento en que lo vio había quedado embelesada por la majestuosidad del lugar, había estudiado cada detalle de su arquitectura e historia, nada se le escapaba. Cuando tenía siete años me pasaba horas escuchándola hablar, no se

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