Verlo con ese triste semblante me confundió mucho; no esperaba que aquel hombre que se mostraba tan serio e incorruptible fuera capaz de angustiarse por algo que no tiene nada que ver con él. Y lo más sorprendente es que eso me resulta muy encantador. Seguro me había pasado de tragos y estaba viendo cosas donde no las había.
Decidida a romper el silencio que nos envolvía, me levanto de mi lugar, dándole la espalda; doy media vuelta encarandolo, mientras le sonrió.
—Aún tenemos una apuesta pendiente —le recordé. Seguramente, si estoy fuera de mis cabales, en mi defensa pondré como excusa el alcohol, para justificar lo que estaba a punto de hacer —¿acaso lo habías olvidado?
&md
Mi pregunta lo toma por sorpresa, aunque rápidamente se recompone y me mira fijamente. Puedo ver como sus ojos se oscurecen, el color verde cristalino que me fascina, se convierte poco a poco, se va intensificando, se vuelve más profundo y su semblante parece el de un león que está a punto de acorralar a su presa. Y así lo siento, avanza a pequeños pasos hacia mi, y yo como si de un juego de roles se tratara, me acoplo al papel de presa, retrocediendo en cada paso que él da. Mi corazón se acelera y mi cuerpo suda ligeramente, aunque mi rol como presa que está siendo acorralada es sentir miedo y desesperación, no es así, mi corazón palpita por la anticipación de tenerlo cerca y mi cuerpo suda con la intención de calmar la temperatura que quema mi piel, calmar el fuego que se enciende con las chispas que lanzan sus profundos e hipnóticos ojos.
—Si, estoy bien… —respondo a su preocupación una vez que el dolor disminuyó. —Solo recordé algo… o mejor dicho, alguien a quien creí olvidado.—¿Alguien a quien no querías recordar? —pregunta mirando al frente, un poco más calmado.—Mi mente lo bloqueó porque esa persona entró a mi vida por accidente y salió sin despedirse —respondo a su pregunta sin darle gran importancia al asunto. No entiendo porque de repente vienen esos recuerdos a mi mente.—Parece que era importante para ti —comenta sin mirarme, concentrando toda su atención en el camino. Su voz se había apagado un poco, no quedaba nada de la diversión de hace unos minutos, o la voz ron
Por el rabillo del ojo puede ver como una sombra negra se dispara rápidamente en dirección a Liam, provocando que las puertas del ascensor vuelvan a abrirse.Quedó impactada ante la escena, estática en mi lugar viendo como Carter le propina un golpe directo en el rostro a mi ex prometido, quien se tambalea y cae al suelo quejoso.—¿Y qué vas a hacer, imbécil? ¿Irás a llorarle a tu papi porque ella se dio cuenta de la basura que eras?¿Que harán la amenazaran hasta que se case contigo? —espeta con burla. Liam se reincorpora rápidamente y arremete contra él intentando devolverle el golpe pero Carter es más rápido y se hace a un lado, esquivando, y debido a la intensidad de su impulso, vuelve a caer. —Que patético eres…
Vuelvo en mis sentidos cuando su calidez me abandona y observó cómo sus ojos se posicionan en Liam, sus semblante es sombrío, totalmente oscuro, la ira emana su ser y está totalmente dirigida hacia una persona. Liam se estremece ante su mirada y su cuerpo lo traiciona reaccionando al peligro, retrocediendo ante el amenazante semblante de mi socio.La imponente figura totalmente erguida de Carter, se dirige a paso lento hacia Liam, este último parece hacerse pequeño ante su presencia e inconscientemente sigue retrocediendo, es notorio el esfuerzo que hace por no bajar la cabeza, en señal de sumisión. Carter imita su anterior accionar, posicionando una de sus grandes manos sobre su hombro y acercándose un poco más susurra algo que desde mi posición es difícil de escuchar. Inmediatamente seguido de esto y sin previo aviso la
“Ella es mia, y no puedes hacer nada para evitarlo”La afirmación en su voz al susurrarlo para que sólo yo escuchara su mierda, provocó que me hirviera la sangre. La palabra “mía” en sus labios me dio asco y repulsión. Inconscientemente una serie de imágenes de ellos juntos pasaron fugazmente por mi mente; ellos dos besándose, abrazándose, y haciendo lo que hasta ahora, yo solo había imaginado. El sobre ella, tocándola, acariciándola, haciéndole gemir hasta que grite su nombre.Mi estómago se contrajo y solo una frase se repetía una y otra vez en mi cabeza; “Voy a matar a este hijo de puta”. Golpearlo hasta borrar la estúpida sonrisa de superioridad que adornaba su cara de bosta.
Necesito más, la necesito. Despegandome a regañadientes de su cuerpo, me incorporo sobre mis rodillas, tomó el borde de su vestido y lo arrancó de su cuerpo, rápido y de un tiro.Apenas la despojó de su vestido, inesperadamente ella arremete contra mi boca sin darme tiempo a reaccionar, me tomó de la nuca y con su cuerpo pegado a mi, me impulsa hacia atrás, dejando mi espalda contra el respaldo del sofá, con ella a oracadillas de mis piernas.Sin dejar de devorar mis labios, desliza sus manos por mi cuello hasta llegar al primer botón de la camisa que aun llevo puesta, ágilmente desprende cada uno, dejando mi torso al descubierto. Con la palma de su mano, marcando un recorrido por mi piel, su tacto provoca que un jadeo involun
Y tal como lo dijo, ese furtivo encuentro en el sofá solo fue el comienzo. Un incontable número de placenteros asaltos se desarrolló en mi cama. El tiempo se volvió relativo, la realidad se volvió distorsionada, solo eramos él y yo en un apartamento el cual se convirtió en nuestro propio mundo. El placer que sentí a su lado jamás la sentí antes, ni siquiera con Liam, fue totalmente irreal.No fue solo placer sexual que por cierto fue el mejor sexo de mi vida, sino que tambien me sienti realmente bien estando a su lado, bromeando, riendo, hablando de cosa triviales, disfrutando de la compania del otro.Pero en la vida todo la bueno tiene un final, era lunes por la mañana y mi sueño había sido interrumpido por una llamada de Beatrice, al pa
Me tomó alrededor de cinco minutos para ingresar a la oficina a enfrentarme a estos dos. Al entrar solo el señor Tylor está sentado frente a mi escritorio, mientras Liam permanece de pie junto al ventanal observando la maravillosa vista de la ciudad. Al darse cuenta de mi presencia, ambos giran para observarme caminar hasta mi silla, por mi parte no los miro y sigo mi camino. Liam que permanece justo detrás de mi asiento sin intención a moverse me mira fijamente, con un gesto le indico que tome asiento del otro lado de la escritura y me mira sorprendido por mi desconfianza, sin embargo no pone objeción. Puedo ver como su mirada se oscurece al notar algo detrás de mi cuello pero no dice nada, sos me mira mientras sus ojos se prenden fuego, la ira y la impotencia lo abruman. S