Tanto mi asistente como mi nuevo guardaespaldas me miran en busca de aprobación. Por mi parte solo guardo silencio, conteniendo mis ganas de gritarle unas cuantas verdades. Momentos después ambos salen y un incómodo silencio se apodera del lugar.
No lo miro, solo me concentro en un punto inexistente de la pared frente a mi. Estoy frustrada, porque muy extrañamente no estoy enojada con él, lo que hace que esté enojada conmigo misma por no estar enojada con él… Vaya, ahora entiendo a los hombres cuando dicen que somos complicadas e indescifrables. Ni yo misma entiendo porque todo es tan confuso.
—Emily… —me llama en un susurro, pero no volteo a verlo, solo sigo en la misma posición que antes —Preciosa, por favor escúchame…
Baja su mano libre por mi cuerpo, recorriéndolo por encima de la tela hasta llegar al borde del vestido y subirlo de un tiro hacia mis caderas, dejando totalmente expuesta la parte inferior de mi cuerpo.Giro mi cabeza en su dirección para apreciar por un momento su accionar, lo que no pasa desapercibido por él, Cárter me mira y sus y ardientes ojos se dilatan aún más, dejando escapar un leve pero audible gruñido.—¡Maldita sea! —exclamó repentinamente, lo que me tomó por sorpresa. —podría correrme justo ahora con solo ver tu cara, te ves malditamente sexy con esa expresión… —susurra esta vez en mi oído, provocando que un jadeo involuntario se escape de mi garganta aumentando el deseo de tenerlo dentro de mi.
El suave beso no se prolongó mucho más que unos segundos, al separar nuestros labios nuestras miradas se vuelven a conectar por milésima vez en el día, a diferencia en esta ocasión es que sus ojos me miran con ternura y calidez, acompañada de una tenue sonrisa que provoca a mi corazón un vuelco, trayendo consigo una oleada de calor en mi pecho.La cálida sensación perdura hasta que finalmente él deposita un último beso en mi nariz y retrocede lentamente dejándome el espacio justo para que pueda bajar del escrito.Sin mediar palabra, camino a una de las puertas de la oficina que me llevan a un equipado habitación de descansa, al abrirá la puerta nos recibe un ambiente poco iluminado, decorado simplemente con una cama al centro,
—Suéltala —demanda cortante y con una expresión aterradoramente sería, puedo sentir como el aire se congela a mi alrededor. —No la vuelvas a tocar —continúa hablando. Jala cuidadosamente de mí hacia su cuerpo, dejando la mano de Luca suspendida en el aire, este último sin decir una palabra, baja lentamente su mano, llevándola hacia su cuerpo en una posición natural.Ambos hombres se miran fijamente, podría apostar a que el aire se corta con tijera. Una batalla silenciosa se cierne sobre ellos. En el momento que estoy a punto de hablar para que dejen el show, el agarre de mi cintura se intensifica en señal para que no interfiera.Pocos segundos después, Luca enarca una ceja y bajando la cabeza se le escapa una pequeña risa. Amb
Dos horas con cuarenta y tres minutos, y finalmente el avión en el que viajaba estaba entrando a la plataforma de embarque. En ningún momento me pude tranquilizar, no se de donde saqué este enorme temor a las alturas y por consiguiente a los benditos aviones, mi mente estaba en modo serie, pero no serie romántica de Netflix, por lo contrario una horrible serie de terror donde yo era la protagonista, imaginando millones de escenas trágicas en las que todas terminaban con mi hermosa vida. En resumen, si no me bajaba en este momento desfallecería sin necesidad de que el avión se estrellara contra una montaña, el mar, o algún escenario peor.Cuando finalmente las azafatas dan el paso de salida, rápidamente me paro de mi asiento, casi como si de un resorte se tratara, tomo mi maleta rosada pastel de mis preferidos, pero poco importaba en este
Al salir del aeropuerto en busca de un bendito taxi me encuentro con un pésimo clima, esto parece un mal chiste, a veces pienso que tengo al ángel de la mala suerte parado justo frente a mí, burlándose de cada cosa que me sucede. Divise un taxi libre y caminó apresuradamente hacia él, al estar lloviendo torrencialmente las personas que llegan hacia el aeropuerto lo hacen a toda prisa para resguardarse dentro y en su defecto las personas que salen corren por todos lados en busca de transporte, es un verdadero caos. Debo ir esquivando a un sin fin de personas. No me habia dado cuenta de lo ágil que soy, debería haber sido deportista, en lugar de haberme dedicarme a las finanzas, habría sido menos estresante llevar una vida en el deporte, que como propietaria de una empresa, procurar que esa cosas no se vaya a la quiebra requiere much
—Esperen, esperen, esperen… creo que me olvidé de pagar los gastos del hospital —dije en un tanto exaltada, pues todo fue tan rápido. Además del asunto de los tacones, el ambiente del lugar me hizo entrar en trance, no paraba de pensar una cosa tras otra, mi cabeza iba a mil por hora.Nunca había presenciado tantas personas siendo hipócritas a la vez, a lo largo de mi vida había aprendido a detectar a las personas que intentaba aparentar lo que no era y lo que no sentía. Desde que era una niña, por el estatus de mi familia, se acercaban personas con dobles intenciones, primero queriendo tener “una linda amistad”, para después intentar tener algún tipo de beneficios. Por ejemplo, cuando estaba en la secundaria, a mis muy inocentes diecisiete años, se divulgó en la prensa un video escandaloso, donde se mostraba mi ser, en u
Después de ver a los deslumbrantes hombres desaparecer por la entrada del edificio, uno a la vez. Y la aturdidora y avasallante despedida de aquel hombre. Paso a la recepción, donde conozco al portero, un encantador hombre de 68 años, con una increíble vitalidad y carisma único. Cuando me vio allí apenas parada, comenzó a preguntarme obra y gracia de mi vida, cuando Alonzo finalmente sacia todas sus dudas, las cuales respondí con todo el placer del mundo, es un hombre tan agradable, su personalidad me trajo gratos recuerdo de mi abuelita Eli.Me hace entrega de las llaves del que ahora será mi apartamento.Subo en el ascensor al último piso. Tardó unos segundos en colocar la llave en la rendija, para finalmente abrir la puerta
Nuevamente a solas, busco en mi teléfono, el número de contacto de Aron Parks. cuando finalmente lo encuentre, presione llamar. marcó una, dos, tres veces pero nadie contesta. Para colmo de males, se hace el rogado. Ya tendré la oportunidad.Decido dejarlo por la paz, al menos por ahora. Vuelvo a mi habitación con una copa de vino, decidida a descansar por el momento, y nada mejor que mi querido Netflix, para olvidarme de toda la maraña de problemas que cargo. Muchos capítulos después, y en un momento de lucidez, se me viene Carter a la mente, e inmediatamente recuerdo la cena de esta noche. Como puede olvidarlo, miro la hora y son las 20:12, tengo poco más de cuarenta minutos para alistarme. ¡Genial! la vida es color de rosas para mi.Rapidamente me levanto de la cama para ir hacia el closete y elegir un vestido, despues de una rapida deliveracion, finalmente me decido por un vestido casual, acampanado hasta los muslos, de color negro, sin ho