Dos horas con cuarenta y tres minutos, y finalmente el avión en el que viajaba estaba entrando a la plataforma de embarque. En ningún momento me pude tranquilizar, no se de donde saqué este enorme temor a las alturas y por consiguiente a los benditos aviones, mi mente estaba en modo serie, pero no serie romántica de N*****x, por lo contrario una horrible serie de terror donde yo era la protagonista, imaginando millones de escenas trágicas en las que todas terminaban con mi hermosa vida. En resumen, si no me bajaba en este momento desfallecería sin necesidad de que el avión se estrellara contra una montaña, el mar, o algún escenario peor.
Cuando finalmente las azafatas dan el paso de salida, rápidamente me paro de mi asiento, casi como si de un resorte se tratara, tomo mi maleta rosada pastel de mis preferidos, pero poco importaba en este momento, simplemente la arrastró sin ningún cuidado, provocando que choque contra cada superficie existente.
Salgo rápidamente por el pasillo, y como es característico de mi torpeza, chocó con un fornido y duro pecho, en realidad fue un gran golpe, aunque el extraño ser duro con el que choque apenas se movió, yo por el contrario me tambalee hacia atrás perdiendo totalmente la estabilidad y cayendo de espaldas al suelo del diminuto pasillo, cierro mis ojos esperando el impacto, que suerte la mía, lo que me faltaba, una contusión doble.
Milagrosamente el impacto nunca llegó dado que una gran mano se apodera de mi espalda baja impidiendo otro inminente daño hacia mi integridad física. Lentamente abro los ojos temerosa e inmediatamente quedó estática, absolutamente sorprendida y con inmensas ganas de que me tragara la tierra y me escupiera hacia Júpiter. Frente a mis ojos color ámbar se encontraban unos avasallantes y profundos ojos verdes, los cuales me miran interrogantes y alarmados, el dueño de aquellos sorprendentes ojos era un hombre salido de una película o del mismísimo Olimpo, un auténtico Dios Griego, con una delicada mandíbula cuadrada, una sutil y muy bien cuidada barba que resaltaba su aspecto varonil, tenía su cabello perfectamente peinado hacia atrás y a los lados se marcaba un perfecto degradado, lo que me hace pensar que el tipo; o es un maniático de la perfección o acababa de salir de la peluquería; tal vez el avión cuente con servicio de peluquería y nadie me avisó, quién sabe.
No me doy cuenta que me quede mirándolo fijamente, hasta que de sus carnosos y muy besables labios se asoma una inesperada curva, señalando que se ha dado cuenta de mi inspección, lo que parece resultarle divertido.
Esto es totalmente vergonzoso, rápidamente y para variar a los tropezones intento incorporarme, con la ayuda del extraño;
—Enn.. enn.. verd.. verdad lo siento, no lo vi, por favor discúlpeme —me apresuro a decir entre tartamudeos. Esos ojos en verdad me ponen nerviosa. El extraño me mira de arriba a bajo, y yo me siento en un escrutinio minucioso e incómodo ya que lo hace sin ningún miramiento, arqueé una ceja por su descaro, en mi caso su sin intención, y cuando le iba a cantar una serenata acerca de que se metiera su escrutinio en la parte más oscura de su cuerpo, me detiene una voz ronca y profunda;
—No se preocupe, señorita… —pronuncia aquella voz hipnotizante, con un deleitante acento italiano, se detiene esperando que yo continúe.
—Emily, Emily Parks —respondo ya más calmada y sin tartamudos, uff que dicha…
—Mi nombre es Carter Frattini, un gusto —contenta él ya no tan extraño hombre.
—Si bueno, lamento el inconveniente, necesito bajarme de esta m*****a caja, adiós. —Me despido rápidamente del despampanante hombre, recuperando mi, por un momento olvidada ansiedad por tocar tierra firme, vuelvo a tomar mi maleta que había quedado olvidada en el suelo, la aferró a mi y me dispongo a salir rápidamente de allí.
Pero como la vida me odia, fui interrumpida antes de dar un paso, por nada más y nada menos que aquella voz exótica;
—Espere un segundo señorita Parks. —Me detiene, lentamente me doy vuelta, reuniendo todas las fuera que me queda para no salir corriendo nuevamente. Espero a que me diga qué demonios quiere, en este punto mi paciencia se está agotando rápidamente. —Se le cayó su celular, además su apellido me es muy familiar, ¿es usted Emily la hija del famoso empresario Aarón Parks? —En el momento que pronuncia ese nombre, se me crispan los nervios y si mi paciencia antes era mínima, a este punto ya no existía.
—Todos pensábamos eso —comente de mala gana, de la misma forma tomo mi celular y apresuradamente salgo de ahí con paso firme.
—¿Qué quiere decir con eso? —pronuncia nuevamente el extraño, siguiendo mis pasos. En verdad ya me está irritando esta persona, ¿no tiene nada más que hacer que ir por ahí averiguando la vida de los demás?, por más Dios Griego que se vea, sigo caminando, ¿que le importa?. Continúo mi camino sin darle mucha importancia, aunque sea algo imposible dado la imponente presencia del hombre que cambia despreocupadamente detrás de mí, se hace notar inmediatamente cuando salimos del acceso del avión hacia las instalaciones del aeropuerto, llamó la atención de cada mujer y algunos hombres.
Ya totalmente irritada y sin un ápice de paciencia, doy media vuelta para enfrentarlo y decirle que deje de seguirme, pero como era de esperarse, yo y mi mala suerte, en el momento del giro, tropiezo con mis propios tacones de diez centímetros y nuevamente antes de caer al suelo en medio de toda esa gente y hacer un papelón personal, el extraño me atrapa en sus brazos, de modo que terminó haciendo un papelón pero arrastrando aquel Dios Griego conmigo, espléndido, que más puede pasar.
Cómo un déjá vu, vuelvo a caer en trance por aquellos ojos, que me miran con fuego, me siento pequeña ante él, aunque mido un metro setenta, él está una cabeza más arriba que yo, mi pelo castaño claro, por el brusco movimiento quedó disperso por toda mi cara, me reincorporo pero un mecho de mi cabello se atascó en un botón de tu traje a medida.
—Genial, lo que me faltaba. —Intenté soltar lo más rápido que pude, pero lo único que logro es dolor por el tironeo, gimo por ello. Por su parte el extraño se remueve incómodo y delicadamente toma mi cabello, comenzando su labor que en poco tiempo completa, al terminar descansa su mano en mi mejilla y mira fijamente mis ojos por unos segundos, lo cual extrañamente reconfortante después de todo lo que había sucedió estos meses, él fue la primera persona en reconfortarme de tal forma.
—Lamento ser imprudente, eso fue inapropiado. —Inesperadamente él retira su mano e inmediatamente siento su ausencia y este sentimiento es ¿decepción?. Descarto ese pensamiento y me apartó de aquel extraño.
—Está bien, me retiro señor Extraño —le digo y sigo caminando.
—¿Señor extraño? —pregunta confundido. —Espera, ¿porque no contestaste mi pregunta anterior? —dice, siguiéndome hacia la puerta de salida del aeropuerto.
—Sucede que es un extraño para mí y no tengo ninguna obligación en contestar a sus preguntas —espetó mientras sigo caminando.
—Vaya señorita, pensé que podría ser un bono por haberla atrapado dos veces hoy, además mi asistente —dice, señalando a un hombre que no había notado hasta el momento —, me informó que recibió instrucciones del señor Aron para que voláramos por usted en su estadía en Roma.
Quede totalmente estática por sus palabras, ¿porque él hizo algo como eso? No tenía derecho, pero me iba a escuchar.
Atravieso a toda velocidad las puertas del aeropuerto en busca de un taxi, quería llegar a mi nuevo apartamento para poder cargar mi celular, el cual estaba apagado sin batería, necesitaba hablar con él y decirle todo lo que pensaba sobre "velar por mi estadía", quien se creía que era, después de todo lo que pasó, no lo permitiría.
Al salir del aeropuerto en busca de un bendito taxi me encuentro con un pésimo clima, esto parece un mal chiste, a veces pienso que tengo al ángel de la mala suerte parado justo frente a mí, burlándose de cada cosa que me sucede. Divise un taxi libre y caminó apresuradamente hacia él, al estar lloviendo torrencialmente las personas que llegan hacia el aeropuerto lo hacen a toda prisa para resguardarse dentro y en su defecto las personas que salen corren por todos lados en busca de transporte, es un verdadero caos. Debo ir esquivando a un sin fin de personas. No me habia dado cuenta de lo ágil que soy, debería haber sido deportista, en lugar de haberme dedicarme a las finanzas, habría sido menos estresante llevar una vida en el deporte, que como propietaria de una empresa, procurar que esa cosas no se vaya a la quiebra requiere much
—Esperen, esperen, esperen… creo que me olvidé de pagar los gastos del hospital —dije en un tanto exaltada, pues todo fue tan rápido. Además del asunto de los tacones, el ambiente del lugar me hizo entrar en trance, no paraba de pensar una cosa tras otra, mi cabeza iba a mil por hora.Nunca había presenciado tantas personas siendo hipócritas a la vez, a lo largo de mi vida había aprendido a detectar a las personas que intentaba aparentar lo que no era y lo que no sentía. Desde que era una niña, por el estatus de mi familia, se acercaban personas con dobles intenciones, primero queriendo tener “una linda amistad”, para después intentar tener algún tipo de beneficios. Por ejemplo, cuando estaba en la secundaria, a mis muy inocentes diecisiete años, se divulgó en la prensa un video escandaloso, donde se mostraba mi ser, en u
Después de ver a los deslumbrantes hombres desaparecer por la entrada del edificio, uno a la vez. Y la aturdidora y avasallante despedida de aquel hombre. Paso a la recepción, donde conozco al portero, un encantador hombre de 68 años, con una increíble vitalidad y carisma único. Cuando me vio allí apenas parada, comenzó a preguntarme obra y gracia de mi vida, cuando Alonzo finalmente sacia todas sus dudas, las cuales respondí con todo el placer del mundo, es un hombre tan agradable, su personalidad me trajo gratos recuerdo de mi abuelita Eli.Me hace entrega de las llaves del que ahora será mi apartamento.Subo en el ascensor al último piso. Tardó unos segundos en colocar la llave en la rendija, para finalmente abrir la puerta
Nuevamente a solas, busco en mi teléfono, el número de contacto de Aron Parks. cuando finalmente lo encuentre, presione llamar. marcó una, dos, tres veces pero nadie contesta. Para colmo de males, se hace el rogado. Ya tendré la oportunidad.Decido dejarlo por la paz, al menos por ahora. Vuelvo a mi habitación con una copa de vino, decidida a descansar por el momento, y nada mejor que mi querido Netflix, para olvidarme de toda la maraña de problemas que cargo. Muchos capítulos después, y en un momento de lucidez, se me viene Carter a la mente, e inmediatamente recuerdo la cena de esta noche. Como puede olvidarlo, miro la hora y son las 20:12, tengo poco más de cuarenta minutos para alistarme. ¡Genial! la vida es color de rosas para mi.Rapidamente me levanto de la cama para ir hacia el closete y elegir un vestido, despues de una rapida deliveracion, finalmente me decido por un vestido casual, acampanado hasta los muslos, de color negro, sin ho
Me dedicó una de esas intensas miradas a través del espejo, tomó mis brazos y me incentivó a darme la vuelta. Lentamente accedo a su acción. Se acerca, dejando un minúsculo, casi inexistente espacio entre nuestros cuerpos, su colonia me envuelve, alejándome por un instante de mi racionalidad, despierto de mi ensueño cuando instala un suave y delicado beso en mi mejilla, al separarse puedo contemplar sus ojos de cerca, tan profundos e infinitos, atraparía a cualquiera por hora en ellos.—No me permitiste saludarte antes. ¿Cómo se encuentra el tobillo rebelde? —dice, sonriendo levemente. Esperen, ¿eso fue una broma? De seguro escuche mal… ¿verdad?.—Casi recuperado por completo, aunque siendo sincera, ya se me había olvidado el
—Así es, si me permites, quisiera contarte de qué trata —Él me mira expectante y finalmente asiente lentamente, un poco dubitativo —Uno de los motivos por el que estoy en Romo es para hacer crecer mi empresa, colocaré a Digital Technology Company en el top Nº1 de las empresas más exitosas de Europa. Tengo una serie de reuniones programas para el próximo mes, con el fin de expandirnos a Asia y Norteamérica. Por el momento, mañana tengo una reunión con el presidente de “Innovare” Alessandro Greco, si Frattini Company se une a esta sociedad, crecerá a nivel internacional, haciendo unas apalancamiento financiero de Digital Technology Company y a la vez brindándole estabilidad en el mercado nacional ya que apenas nos estamos instando. Además de que sería una gran oportunidad para Innovare y Frattini Company para crear lazos y hacer negocios justos.—Es una propuesta que apenas da beneficios sólidos a tu empresa, ¿porque lo harías? —Pero qué hombre más desconfiado,
Carter me mira atónito, sin dar crédito a mi petición. No entiendo porque exagera tanto…Y no se Emily, tal vez sea por el hecho de que mañana es martes, ¿día laboral?, ¿reunión que marcará el futuro de ambas empresas?, dime ¿te parece familiar?, definitivamente no tengo remedio. Pero claro que no me quedaría lamentandome, esa llamada volvió a descolocar mi mundo, quería olvidarlo, se que no es la manera de sobrellevar los problemas, pero si alguien encontraba una en la que no terminará con una nube negra detrás de mí, atormentandome durante quien sabe cuanto tiempo, que me avise.Cuando finalmente sale de su asombro, después de unos segundos en silencio, me mira determinante, como si hubiera tomado una decisión. Esa expresión me ag
—Te conozco hace poco menos de 24 horas, y lo único que has hecho es gruñir, aunque debo admitir que has sido muy atento conmigo —resaltó, no sería correcto menospreciar sus gestos. —Aunque me gustaría conocer a ese tipo agradable del que hablas.—¿Ah sí? Pues tú lo pediste —dice mientras se levanta, toma de un solo trago la bebida, que al contrario de la mía, su whisky estaba intacto. Extiende su mano hacia a mi, acción que no comprendo, me hace un gesto señalando la pista de baile, dudo un segundo pero decido acceder, ¡qué puede pasar! Vinimos a divertirnos después de todo.Nos abrimos paso entre las personas que se encuentran en nuestro camino, cuando llegamos al centro de la pista, nos detenemos. Se acerca un poco más a mi y comenzamos a bailar al ritmo de la música, poco a poco nos vamos acoplando el uno al otro. Su forma de bailar es fluida y natural, tanto así que me dejo llevar por todo el. Su cercanía me atrapa, me hace no querer alej