Capítulo 14

Después de que Aurora llegase, empecé a entrenar. Mi entrenador era un druida, llamado Paddruig, que llevaba viviendo en aquel reino la mitad de su vida. Siempre pensé que los druidas y los magos eran lo mismo pero este hombre me demostró lo contrario. 

Para empezar tenía un conjunto de runas por su cuerpo, según él servían para protegerse de males. Tenía aspecto humano pero tenía una altura poco común para uno de mi especie. Superaba el metro noventa y todo en él era puro musculo y conocimientos sobre magia. Llevaba una túnica de color marrón con capucha que según algunas historias que oí en el castillo podía protegerlo de cualquier ataque.

—¿Que vamos a dar esta vez?— él me miro con sus ojos oscuros. Esos tan penetrantes que te pueden matar si se lo propusiese.

—Lo de siempre— resopló, él encambio se rio.&

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