No dejaba de pasearme de un lado a otro de mi cuarto.
¿Mi vida iba a ser así? ¿Cada día durmiendo en un cuarto diferente? ¿Huyendo? Todo porque la gente del cielo está buscando algo que posiblemente no tenemos.
Miré las llaves. Eso solía calmarme. Pero ya no.
A mi cabeza vinieron imágenes. Una gran bola en llamas caía desde otra parte del universo a la tierra. Cuando impactó en medio del bosque abrí los ojos de nuevo.
Tenía suficiente con las pesadillas, pero ahora estas venían incluso despierta. Esta situación me estaba cansando.
Una corriente me dio la bienvenida cuando crucé el portal al reino de los espíritus. Estábamos en el pico de una montaña. Una persona nos esperaba cerca del borde de donde estábamos.La joven frente a nosotros era una mujer de pelo oscuro como la noche y unos ojos verdes pero fríos. Su rostro solo mostraba seriedad y rudeza. Mostraba una armadura sencilla, con una pechera de un mineral de color verde sobre el torso. Sobre los hombros dos piezas metálicas lo cubrían junto a otra que cubria su cuello. Sobre la espinilla llevaba unas piezas que le cubrían, la cual está unido a la zona posterior del tobillo. En su cintura portaba dos armas, una era un chulli y la otra era una espada.Su cuerpo menudo nos daba sombra con dos alas blancas, como la nieve. A simple
Kaylee y Lily me sonrieron desde sus puestos. Al lado de la pequeña bruja estaba su tío que también me saludaba con su cabeza.Una mujer representaba a los ángeles e iba vestida con una túnica blanca que le llegaba al suelo. La mujer se levantó, su cabello dorado brillaba con la luz que entraba por la ventana que tenía detrás de ella y sus ojos, fríos como el hielo, eran marrones.—Infórmanos de la situación, Portadora—me dijo. Su tono de voz era fría.Miré a todos los que estaban, mi labio tembló y caminé para disipar los nervios. O también para que no se percatasen de ellos.—Jefes de sus re
Cada uno fue saliendo poco a poco, dejando la sala media vacía. Estaba muy cansada y tener que imponerme delante de ellos sin derrumbarme, agotó la poca energía que me quedaba.Sonreí a Ahfa por enésima vez por apoyarme, cuando salió el último. Sabía que mi idea era muy rebuscado, pero las guerras que estamos sufriendo los humanos me ha enseñado eso, que responder a los ataques no iba a beneficiar a nadie.Estaba sentada en un escalón en la Sala del Consejo hasta que unos brazos menudos me abrazaron. Lily se puso delante mía y me sonrió. Acepté su abrazo con ganas, ya que eso era lo único que echaba de menos, el contacto humano.—Gracias por ayudarme—le digo. Todos los ángeles salían todos los días en busca de pistas sobre el paradero de la gente del cielo. Yo sólo pasé dos semanas practicando mi magia. Pasando por feas pesadillas donde luego no podía dormir una vez que me despertaba a medianoche.Leer me ayudaba mucho a pasar esas noches en las que no podía conciliar el sueño. Sumergirme en esos libros tan interesantes sobre los reinos, me ayudaba a sobrellevar este trabajo.Will me acompañaba la mayoría de las noches, el resto se las pasaba durmiendo en mi regazo. No sé cómo sobrevivía con esas pocas horas de sueño, la verdad es que a día de hoy me lo pregunto.Aquella mañana, si me vencía el sueño. Mis ojos se cerraban automatiCapítulo 6
Esa misma tarde, después de almorzar me quedé mirando la taza con el té que habia dejado en la mesita de noche.Mi nueva habitación poseía una cama grande de uno treinta donde podía tumbarme muy a gusto. Las almohadas eran muy blandas, seguramente de algodón. Las sábanas eran tan suaves que me recordaban a las que tenía mi abuela. También poseía un sofá donde solía leer y un pequeño escritorios que se había adueñado Will.Solo tenía un pequeño equipaje que constaba con una cesta para llevar a Will y el abrigo que me dio Sasha antes de salir del reino de las brujas. Solo tenía dos pantalones y tres camisas con las que me apañaba y guardaba en una mochila de tela vaquera.Volví
Di un paso muy nerviosa. Estaba alerta a sus movimientos.—¿Cómo podéis verme?—Tenemos ese poder—respondió el de las espirales—. ¿Quién eres? Me eres muy familiar.—Intentasteis matarme, hace un año—les recordé.—No queríamos matar a nadie aquel día—dijo el que estaba detrás de las espirales. Este tenía una rosa en el brazo derecho—. Queríamos las llaves, pero se puso en medio tu amigo.—Y después desataste tu magia—el que habló estaba sentado en una piedra. Parecía más mayor—. Pero dejemos este mal rollo aparte— se levantó
Hacía un año que no volvía. Trescientos sesenta y cinco días que no pisaba mi antiguo piso. Doce meses que sentí que la gente de mi edificio miraba a otra persona pero solo uno de los jóvenes que tantas veces me había gritado insultos por la calle me reconoció.Había algo en mi aura que le hizo callarse cuando me vio entrar al portal y volver a entrar a su casa. Ojalá hubiera tenido esa habilidad hace mucho.Aún tenía las llaves de ese piso, entré en silencio. No quería llamar la atención de todos los vecinos. Dejé las llaves sobre la repisa junto a la entrada y me dirigí a la cocina donde todo ocurrió. Estar ahí me hizo revivir aquella noche varias veces.La casa estab
Me senté a pesar de que dijo que iba advertirme brevemente de algo. Necesitaba respirar. Verlo actuar como un humano en mi propia casa después de haberles avisado a todos los reinos que había fallecido me descolocó demasiado.—No tengo mucho tiempo—volvió a decir—. Por suerte pude convencer a la reina de ese sitio.Yo lo miré sin entender nada.—Sé que no entiendes nada de lo que está pasando pero te daré mi versión de la historia—me dijo—. Un día tuve la oportunidad de obtener el poder de ver el futuro, algo que no entraré en detalles, y vi varias cosas claras."Una de ellas era que algo malo est