Capítulo 035

Era más de medianoche para el momento en el que Natalia decidió levantarse de la cama y salir al exterior.

El frío nocturno removió sus cabellos castaños cuando puso un pie fuera de las puertas de la gran mansión.

Miró a su alrededor, el lujoso lugar, la fuente que se alzaba a lo lejos y el impresionante jardín que parecía seducirla para que lo recorriera a pesar de lo tarde que era. Había sido una noche tan agitada que no se resistió ante la tentación de perderse entre flores y matas exóticas. Necesitaba despejar su mente de todo lo ocurrido en la cena.

Los pies de Natalia se movieron y acomodó mejor su grueso abrigo, ese que hacía un vano intento de protegerla del inclemente frío. Pero a pesar de portar la mullida prenda, su cuerpo no paraba de temblar. Aun así, no hizo ningún ademán de regresar. No quería.

Después de todo, ¿a dónde iba a volver exactamente?

Sus hijos dormían profundamente. La última vez que comprobó la habitación de sus pequeños, los encontró descansando con una su
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