Represalias, mujer, encuentro

REPRESALIAS

Estoy llegando a la fundación cuando veo llegar a Elena en su coche, luce preciosa y deseo poder estrecharla en mis brazos y besarla. Pero no puedo, una vez que está dentro del estacionamiento, entro al edificio. Me dirijo a la oficina de Gianni. Ella todavía no llega a la fundación, lo cual es extraño, ya que siempre llegan juntas. Me siento en su escritorio y me pongo a revisar algunos correos que tengo pendientes en mi cuenta. Escucho la puerta abrirse, pero no levanto la mirada para ver quién ha entrado, sin embargo, por el perfume sé que es Gianni. Su taconeo se acerca con paso firme, ella se coloca detrás de mí.

—¿Con qué derecho estás aquí, en mi lugar, ocupando mi ordenador y para colmo con una cuenta de correo electrónico personal y no laboral?

—¡Cállate!, no molestes. ¿Qué

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