Veo salir a Ethan devastado de la oficina. Y me pregunto por qué no es honesto conmigo. Por qué siempre todo tienes que ser verdades a medias. Lo he llamado por su nombre por segunda vez y no lo ha notado. Camino hacia mi escritorio y me siento. Sus palabras, su loca fantasía, lejos de halagarme me hace sentir tanta rabia. Porque lo teníamos y lo arruinó.Cree que puede engañarme, desaparecer por años y, luego, aparecerse en mi vida con otra identidad y tener la osadía de pensar que puedo perdonarlo. Nunca podría hacerlo, el daño que me hizo es irreparable y su vida un desastre completo. Además, no se atreve a mirarme a la cara y decirme la verdad.La puerta se abre abruptamente, es él, quien ha irrumpido en mi oficina. Por su rostro eufórico y su intensa mirada sé que se ha dado cuenta de que he dicho su nombre real. Él espera a que yo hable y le diga lo que quiere escuchar, quiere saber si solo fue un error mío, sin embargo, creo que él merece la agonía.—¿Ahora qué, señor Reader? —
—Ya estoy dentro —responde Nick. Y a pesar de que interrumpió algo sumamente importante, me alegro de que lo haya hecho, porque de esto depende para salvarla a ella.Nick está en el área de contaduría, se supone que, desde el ordenador del gerente contable, puede sacar toda la información que necesitamos para descubrir los movimientos fraudulentos y lavado de dinero que Jonathan junto con su gente han hecho con la empresa y la firma.—Entrarás con la clave 02022004HDLF.Lo escucho teclear, su respiración es agitada, está nervioso.—Estoy dentro.No quiero distraerlo ni que lo encuentren hablando conmigo, por lo que decido cortar la llamada.—Llámame cuando lo tengas todo.Me dirijo hacia la oficina de Gianni, ella está en una llamada. Simplemente, la saludo con la mano, camino hasta ella y empujo su silla lejos para poder adueñarme de su ordenador. Desde allí, comienzo a hackear la información de contabilidad de la fundación. Necesito que la fundación por la que Elena ha luchado tanto
—Elena, discúlpame. Se me cayó el café encima de mi ordenador y le pregunté a Oliver si podía trabajar aquí en lo que me arreglaban mi situación. Como creímos que no vendrías… —responde Nick, un poco nervioso. Lo cual es extraño, ya que él jamás se ha sentido incómodo conmigo. Para él y Oliver soy la esposa del hombre que fue su gran amigo. Y, por, lo tanto se preocupaban por mí.—Está bien, no te preocupes.Dejo mi bolso junto dentro del cajón de mi escritorio, y luego me dispongo a preparar un café, Ethan tenía un minibar de bebidas alcohólicas. Prefiero evitar, y mucho menos imitar esa mala costumbre de él, de beber un trago cuando estaba estresado.—Pero ya me voy a los juzgados. Ten un excelente día, Elena —me dice con una sonrisa nerviosa.—También tú, Nick.Lo veo abrir la puerta para salir, pero Jonathan también estaba del otro lado, se saludan y luego Nick se marcha. Jonathan entra.—Buenos días, Elena. ¿Tienes un momento?Camino detrás de mi escritorio, para tener algo entre
He decidido visitar Emma, quiero saber si sus investigadores han encontrado algo más. Nunca les daría esperanza, pero, sí, consideraba conveniente ver a sus padres. Además, si Joseph tiene el expediente de Jean Carlo, me gustaría tenerlo en mis manos.Ahora, Nick, estaba sacando información confidencial de la empresa; seguramente porque Ethan lo envió, lo que quiere decir que decidió recurrir al idiota de Nick antes que a mí. ¿Yo que era la supuesta mujer que amaba? ¿Es que me consideraba tan idiota como para no poder sacar una estúpida información de la computadora? Esto demuestra que nunca me ha visto ni me verá como alguien igual a él.Al llegar a casa de los Donovan, siento un nudo en la garganta, han pasado años desde la última vez que pise este lugar al lado de Ethan, volver aquí parece no ser lo correcto.Toco la puerta y la chica del servicio abre, no la conozco; sin embargo, ella parece reconocerme, a lo que me pregunta:—¿A quién busca?—Buenas tardes, a la señora Donovan.—
CANSADAAl llegar al departamento me siento exhausta, tanto como para dar un paso seguido del otro sin tambalearme. El aire me falta, y la cabeza me duele por el llanto, había sido tan fácil hablar con Emma, que hasta pude hablarle de las cosas de las que nunca he hablado con nadie, ni siquiera con Gianni. Abrí la puerta y mi amiga está mirando la televisión. Me acerco a ella y me siento a su lado.Ella gira su rostro y me mira con atención. Se ha dado cuenta de que he llorado, pero me siento tan cansada como para levantarme del sofá y esconder mi tristeza. Tampoco era como si fuera un secreto, pero tenía demasiado tiempo que no lloraba.—Elena, ¿te sientes bien? ¿Has llorado? —Gianni se acerca un poco más para inspeccionar mi rostro. La alejo con mis manos.—No te preocupes, Gianni. Estuve con Emma y me puse sentimental, eso es todo.—Tu esposo fue un maldito patán, deberías odiarlo, no amarlo, ni guardarle respeto como si hubiera sido un santo. Lo peor es cuando le lloras. Me da tant
Me levanto de la cama muy despacio, me siento muy débil, no estoy segura de lo que me pasa. Me alimento bien, intento dormir lo suficiente, pero… no lo sé. Es extraño.Salgo de mi habitación, escucho a Gianni en la cocina. Por lo que me dirijo a ella. al entrar me percato de que está batiendo huevo en un tazón. De pronto esta pesadez se vuelve más intensa y creo que me desmayaré.—Gianni…Ella me mira, un momento y frunce el ceño.—¿Elena, te sientes bien? —Mis ojos se comienzan a cerrar y las fuerzas se me van, siento que voy cayendo a un lugar oscuro, solo escucho la voz de mi amiga llamándome—. ¡Elena!Algo me lástima al respirar, abro los ojos para encontrarme con Gianni mirándome con un rostro de pánico como hace mucho no la veía.—¿Qué… sucedió? —pregunto apenas puedo hablar.—Te desmayaste. Te ayudo a levantarte.Me doy cuenta de que estoy en el piso.—Espera… Todavía tengo un poco de vértigo.—Mientras te recuperas, dime a que medico puedo llamar para que te revise. Esto no es
PRODUCTIVOLuego de martirizarme por un largo rato, decido ocupar mi mente en algo más productivo o saldría corriendo al hospital para saber lo que ha pasado a Elena. Tomo los expedientes que están sobre el escritorio de Gianni y comienzo a estudiarlos, hago algunas notas y algunas llamadas. El tiempo se pasa y cuando menos lo pienso, Gianni entra por la puerta. Quiero levantarme, zarandearla y hacer que hable, pero sé que si hago eso ella no me dirá nada.—¿Qué haces aquí? —me pregunta. Su estado de ánimo no es el de alguien preocupado—. ¿Acaso, quieres quitarme mi puesto? —No respondo, solo me abstengo a mirarla depositar su saco detrás del respaldo de la silla donde me encuentro y su bolso a mi lado.—Algo así. Estoy revisando estos casos que tienes por aquí. —Le señalo.—Sí, son casos nuevos y no están asignados a ningún abogado todavía.—Pídele a Elena que me los asigne a mí, si es que no quieres encontrarme siempre en tu oficina.Muero de ganas por preguntar y ella está torturán
NICKAl escuchar las palabras de Jonathan en cuanto a matar a Ethan caigo en cuenta de lo peligroso que es el asunto y del riesgo al que estaba exponiendo a mi familia.—Nick, ¿qué sucede? Te noto extraño, preocupado —me pregunta mi esposa, mientras salimos del coche para entrar a casa.—No es nada, cariño, son cosas del trabajo —respondo con mi mejor semblante cansado.—Ayer llegaron los estados de cuenta del banco —me dice y siento un nudo en la garganta. Entramos a casa y hago como que no estoy preocupado por su comentario.—¿Y…? —pregunto despreocupado, pero estando seguro de que ella sabe de los retiros que he hecho.—En nuestra cuenta de ahorros no hay incrementos, al revisar los movimientos hay disposiciones de tu tarjeta. ¿Para qué ocupaste ese dinero? —mi esposa, se caracterizaba por siempre hablar las cosas antes que discutirlas, pero eso no me dejaba muchas salidas para evadirla.—Le presté a Oliver, no te preocupes me pagara en un mes.—Nick, sabes que ese dinero es el fon