Izan

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Cerca a los Ángeles EE.UU

"Salgo al exterior de la gran mansión y enciendo un cigarrillo, estoy cansado de estas fiestas. Sin embargo, era necesario que viniéramos, para que Jane pueda enfrentar sus demonios, sus celos enfermizos y podamos seguir nuestra vida de casados tranquilos.

— Hola, guapo — Me vuelvo al escuchar la voz sensual de la mujer, estoy cansado de esto.

— Me gustaría estar solo — Le respondo, no me interesa ser hipócrita o conversar de manera superficial con nadie.

— Tal vez podría interesarte, Izan ¿Verdad? — sería increíble que no supiera quién soy. Sería una falacia, una mentira.

— No, estoy seguro y estoy casado — Me alejo de ella y siento como me abraza por detrás.

— No me enojo por eso, ella también puede participar — siento sus manos descender cuando me abraza y las tomo y las alejo de mi cuerpo.

— ¿Qué haces Izan? — Lo que me faltaba, que Jane llegara y me encontrara en esta situación, cuando estamos luchando contra sus celos — ¿Para eso me trajiste hasta acá?— grita increíblemente alterada — Para revolcarte con la primera zorra que te encontraste? O ¿Tenías ya una cita con ella? — pasa por mi lado y se dirige a nuestro auto, ella condujo de venida y tiene las llaves.

— Jane, Espera — corro detrás de ella — tienes que calmarte. No estaba pasando absolutamente nada, Jane, yo te amo, lo sabes — No sé cuantas veces se ha repetido esta misma escena, una y otra vez con resultados desastrosos. 

— Eso no lo sé, nunca me has amado, eres una farsa — Jane intenta abrir la puerta del coche.

— Dame las llaves, por favor, no puedes conducir en ese estado — Intento hablarle con calma — Vamos a hacer algo. Dame las llaves, por favor mi vida y luego podemos hablar ¿Vale? — Extiendo mis manos y me acerco a ella — Mi vida, por favor, dame las llaves — Siento que mi corazón late a mil por horas. No quiero que cometa una locura.

— Crees que estoy loca ¿Verdad? — Me señala con un dedo y vuelve a intentar abrir la puerta del coche — Eso es lo que crees ¡Eres tú quien me está enloqueciendo! — levanta su mano, la empuña y empieza a golpear su frente con fuerza. 

Reacciono inmediatamente y corro hacia ella, agarro su mano, la abrazo con fuerza y aprovecho para quedarme con las llaves, siento sus lágrimas mojando mi traje. 

— Ven. Déjame llevarte a casa — Con sumo cuidado la instalo en la silla del pasajero y logro salir por fin hacia nuestra casa.

— Crees que estoy loca ¿Verdad? Por eso vamos a ver a esa mujer que te come con los ojos y que solo desea que me dejes y me cambies por ella — ¿De qué diablos está hablado? En las últimas semanas, las cosas han empeorado. 

— Jane, no sé de qué hablas — le respondo y la miro rápidamente.

— ¿No lo sabes? ¡Claro que lo sabes! — Grita — Cada día que vamos a la terapia de pareja, esa mujer se encuentra vestida como si fuera a una cita, no deja de mirarte, te coquetea todo el tiempo y tú no dejas de mirarla ¡Eres un imbécil! Ella quiere reemplazarme, ser tu pareja — No puedo creer que piense que la terapeuta y yo tenemos algo, es una mujer mayor que yo y muy profesional, estoy realmente preocupado por mi esposa y sus celos enfermizos. 

— Jane, es solo la terapeuta, no me interesa, solo me interesas tú — Estoy cansado de repetirle esto todos los días, cada día, necesita reafirmarse, que le diga una y otra vez cuanto la quiero. No tengo problema en hacerlo, pero no quiero sentirme presionado, amarla y decírselo, no debería convertirse en una obligación. 

— Eres un infiel, ibas a tirarte a esa chica y estoy segura de que tienes algo con la estúpida de la terapeuta — Se toma el cabello y tira de él, empieza a asustarme su comportamiento, cada día se torna mucho más violenta, lo peor es que lo hace con ella misma, es como si se odiara.

— Mi vida, cálmate. Te juro que no estoy con nadie, por favor ¡Para con eso! — alejo mi mano del volante y tomo la suya, retirándola de su cabello.

— ¡Estoy calmada, m*****a sea! No sabes como odio todo esto, las fiestas, las mujeres, Hollywood — Voltea a mirarme — ¿Por qué tenías que ser actor, Izan? — grita desesperada y no sé qué decirle, siempre me gustó la actuación, mi padre es actor y siempre me encantó verlo estudiando los papeles y luego ver sus películas.

— Siento mucho que te sientas así, mi vida. Pero sabes que actuar es lo que amo hacer, las fiestas y la fama no son importantes — Hemos hablado de eso antes, no puedo creerme que volvamos a hacerlo.

— Por eso, importante para ti, ¡Para ti! ¿Y yo? Odio todo esto. Maldito el momento en el que a tu padre se le ocurrió pedirte que actuaras con él y maldito el momento en el que ganaste el estúpido Óscar. Todo ha sido peor desde ese día ¡No puedo más con esto! — Su grito me sorprende, hemos tenido muchos problemas cada día más frecuentes, pero siempre se calmaba en el auto y esperaba hasta llegar a casa. 

Transitamos por una vía rápida, no puedo detenerme para calmarla y debo prestar mucha atención a la ruta.

— Jane, estoy conduciendo ¡Cálmate, por favor! — Me concentro en el camino y solo espero que Jane me escuche y se calme.

— ¡Te he dicho que no me pidas, que me calme! M*****a sea, como te odio, eres un imbécil, un maldito infiel — Todo pasa muy rápido. Jane se quita el cinturón de seguridad y se lanza contra el volante sin darme tiempo a reaccionar.

El vehículo se mueve hacia la derecha, intento frenar, pero es demasiado tarde, el auto del otro carril nos toca antes de que su conductor pueda frenar completamente y nuestro auto se vuelca traspasando la barrera que nos separa del carril contrario.

Siento que todo da vueltas, me golpeo con fuerza en la cabeza, siento como el auto se detiene y logro abrir los ojos, busco a Jane. Está en una posición difícil de comprender, pero en el momento que intento llamarla, una luz increíblemente fuerte me obnubila, al igual que el sonido del claxon sin cesar de un auto. 

Solo soy consciente del momento en el que un camión nos impacta con fuerza del lado del pasajero y lo último que puedo hacer, es pensar en Jane".

 

— ¡Jane! — Me despierto con la imagen de Jean en mi cabeza y vuelvo a sentir el dolor que casi termina conmigo al perderla. Hace mucho tiempo no tenía esta pesadilla, o más bien, este recuerdo tan vívido de la noche en que mi vida se partió en dos. 

Siento la ansiedad en todo mi cuerpo, mi garganta arde y tengo un fuerte dolor de cabeza. Observo todo a mi alrededor, ilumino la lámpara de noche e intento concentrarme en el ahora, en el presente.

Desde hace mucho tiempo no me sentía de esta manera. Jane murió hace casi seis años y como cada vez que la fecha de su aniversario se acera, los recuerdos y las pesadillas vuelven y como siempre, la culpa sigue consumiéndome.

Me levanto y me pongo unos calzoncillos, siempre duermo desnudo. Pero, desde que soy padre, los utilizo antes de dirigirme a la habitación de mis hijas. Mis gemelas, Valeria y Virginia son lo más importante en esta vida para mí.

Cuando murió Jane, mi vida perdió todo el sentido, dejé de actuar y me alejé de Hollywood, pero hace casi tres años conocí a Virginia, con la que imaginé que podría intentar algo, porque por primera vez, después de haber perdido a Jane, sentía algo especial. Sin embargo, fui un idiota y no pude estar más equivocado.

— ¡Mis niñas! — Las observo dormir y paso mi mano por la mejilla de cada una.

Intenté retomar mi carrera de actor, pero cuando las gemelas llegaron a mi vida, preferí dejarlo todo a un lado, por segunda vez y dedicarme a ellas, como un padre soltero, puesto que su madre, la gran actriz de cine Virginia Levy, después de entregármelas, no ha mostrado ningún interés en ellas.

Sin embargo, dejaré a las niñas con la pareja que trabaja conmigo, la mujer será la niñera. Me cuesta  despegarme de mis niñas, pero con la ayuda de Vera, la hermana de Virginia y de mis padres, he podido entender que son personas de confianza y que mi vida debe seguir,  así que estoy revisando diferentes proyectos que me han llegado desde que anuncié que pensaba volver a la actuación. Tengo que retomar mi vida, no puedo dejar que cada tanto una mujer la destruya, ya sea por obsesión o por indiferencia.