Acostumbrarme a estar sola fue mucho más difícil que cuando tuve que adaptarme a pasar cada segundo del día con un completo desconocido. Hay noches en las que no puedo conciliar el sueño, por el simple hecho que necesito de sus brazos para poder descansar en paz.Sin Dylan a mi lado todo lo hermoso y que creía color de rosa se transformó en un gris absurdo. Los días y las noches sin escuchar su voz y sentir su calor es un infierno. Lo necesito cada segundo que pasa, pero debo ser paciente y esperarlo con calma, porque no hay nada que pueda hacer.Siento que cada día que va pasando y no regresa a mí la paciencia se me agota. Incluso esperar por una carta o un correo electrónico es una tortura y un desespero que no se puede describir. Pueden pasar dos, tres e incluso cuatro meses en los que no sé nada de él. Este último año he sentido su presencia cada vez más lejos de mí y mi corazón no lo soporta por más tiempo.Esta angustia que cargo día tras día ya no me deja vivir, lo único que m
¡Hola, primero que todo, mil gracias por estar nuevamente dándome un pedacito de su preciado tiempo y una oportunidad más!¡Espero que tengan una lectura apoteósica!🌷🌷🌷Por azares del destino mi carrera como policía se vio afectada por un asesinato que yo no cometí. El que había sido mi compañero durante muchos años, testificó en mi contra sabiendo que yo no había arrebatado la vida de ningún civil. Siempre he sido un hombre justo, que ha sabido diferenciar el bien del mal, más en este trabajo donde muchas veces el alma más bondadosa es la más podrida y resulta difícil creer en la buena o mala fe de las personas.Mi esposa no me quiere ver ni en pintura. Ese hecho que yo no cometí me costó mi matrimonio también. Ya no sé qué hacer para que ella me crea. Quiero tener su apoyo, que me diga que todo va a salir bien y que mientras estemos juntos todo será más llevadero, pero su odio hacia mí está más que claro. Incluso solicitó nuestro divorcio. Siento que he caído a un pozo oscuro de
Juan me trajo a su casa consigo y fue su esposa Evelyn la que nos recibió. Es una chica bastante tímida, que a duras penas dice palabra alguna, pero es muy amable y buena persona, eso lo sé por las pocas veces que nos hemos tratado en las reuniones familiares.—Hola, mi amor — Juan deja un beso en su mejilla y ella le sonríe—. ¿Tienes todo listo para esta máquina?Ella suelta una risita, pero se pone seria en cuanto nuestras miradas se cruzan. Todo su rostro se pone rojo y asiente bajando la cabeza y mordiendo su labio inferior.—¿Le puedes enseñar su habitación, por favor? Debo hacer una llamada con suma urgencia.—Claro, mi amor — titubea, pero al final decide mirarme a los ojos—. Sígueme por aquí, por favor.La sigo por el largo pasillo hasta finalizarlo. Espero a una distancia considerable que abra la puerta y sea ella quien primero entre a la habitación.Me cede el paso con una sonrisa amable en los labios, por lo que entro y le echo un corto vistazo a la que será mi habitación.
Tenía muchas ganas de llamarla y escuchar su voz, pero me contuve y solo me dediqué a contemplar su foto y su linda sonrisa. Fue Juan el que me sacó de mis pensamientos y de mi soledad al entrar en la habitación.—¿Cómo te sientes? — mira la habitación con atención—. ¿Si estás cómodo? ¿Estás a gusto?—¿Cómo no voy a estar a gusto en una habitación tan bonita y cómoda como esta? No tenían por qué tomarse tantas molestias conmigo.—Ya, deja de hacerte que sabes bien que lo necesitas. Lo hacemos con todo el gusto y amor. Además, quiero que dejes de sentirte así de mal, aunque en tu lugar, no sabría cómo actuar.Comprendo perfectamente a lo que se refiere, por lo que desvío la mirada y suspiro.—Dale tiempo, no ha de ser fácil para ella asimilar todo esto.—Es lo que estoy tratando de darle, pero siento que pudo haberse quedado conmigo... — bajo la mirada y una lágrima se desliza por mi mejilla.—Eres una máquina, no tienes que llorar por algo tan irrelevante como eso. Si de verdad te ama
Los días se fueron pasando demasiado lentos que hasta incluso se han convertido en una tortura. No he podido salir de la casa de mi hermano y, siendo honesto, las ganas las he perdido ya.Me he encerrado en mí y mis desgracias, excluyendo al resto de mi vida. Lo que menos quiero es llegar a herir a la persona equivocada por mi irritabilidad y mi odio hacia los demás. Ni Evelyn ni Juan son culpables, porque ellos más que nadie son los que me han ayudado y han estado para mí.Sara definitivamente no quiere saber nada de mí, incluso ya me hizo llegar el acta de divorcio a casa de mi hermano, pero una parte de mí, esa que la sigue amando como el primer día se niega a firmarlo y perderla para siempre. El hecho de que no me permita ver a mi hijo me tiene con las ganas por el suelo y la desolación corriendo por mi ser.Tiro los papeles a un lado de la cama y me acerco a la ventana a tomar un poco de aire, pero me detengo en seco al ver a Evelyn alegando con Juan frente a su auto. Ella parece
Tan pronto está la salsa, sirvo el pollo en el plato y llevo la salsa por encima de el. Las papas fritas y una ensalada de verdura es lo que lo acompaña. Espero que todo hay quedado en su punto y, aunque no es la gran cosa, lo he hecho con el corazón para demostrar lo agradecido que estoy no solo con mi hermano, sino también con Evelyn que me ha recibido con tanta amabilidad en su casa.—No se compara ni un poco a las comidas que tú haces, pero me parece que tiene un buen sabor — pongo los platos sobre la mesa y me siento al otro extremo de esta—. Buen provecho. —Muchas gracias, Dorian — recoge los cubiertos y da el primer bocado al pollo—. ¡Qué rico está! Debes darme la receta de esta salsa. —Es solo salsa de tomate y otras cosas más que encontré en la nevera... — me encojo de hombros y ríe. —Tendremos entonces que adivinar, ¿no? —Así es — rio junto a ella y pruebo el pollo—. Realmente sabe muy bien para ser la primera vez que hago una salsa a ciegas. —La cocina es arte, siempre
Tarde en la noche, llamo a mi hermano para que me lleve a mi casa a recuperar a mi esposa, pero su teléfono me manda directo al buzón de mensajes. No tolero más la idea de verla lejos de mí, por lo que de frente y sin importar todo lo que me diga en la cara, lo intentaré una vez más; por ella, por mí, por nuestra familia, pero, sobre todo, por nuestro hijo.Estaba entre la duda de ir o no a la habitación de mi hermano y mi cuñada para saber algo de Juan, pero siento tanta vergüenza con Evelyn tener que molestarla a tan altas horas de la noche. Aun así, mi matrimonio pende de un hilo, por lo que puedo pedirle prestado su auto, ¿no?Llamo a la puerta con algo de pena y decisión y ella no tarda en abrirme aun vestida y su teléfono en mano.—Espero no haber interrumpido tu sueño — es la primera excusa que me viene a la mente.—No te preocupes, estaba leyendo un poco en mi celular — lo sacude en el aire y sonríe con las muelas de atrás—. ¿Para qué soy buena, cuñado?—¿Sabes si Juan tarde e
Evelyn pone en marcha el auto y, como lo imaginaba, el oficial que me vigila, la detiene y le pregunta a dónde se dirige a esta hora de la noche.—Mi esposo me invitó a cenar y esta es la única hora libre con la que contamos para pasar tiempo juntos.—¿Le importa si reviso el auto, Sra. Montoya?—Adelante, no creo que un hombre tan grande como Dorian entre en el baúl o aquí debajo de mis piernas sin que lo vea, Oficial.¿Dónde quedó la chica tímida que conozco? No sabía que podía llegar a ser tan segura y sarcástica.«¿Esperen? ¿Dijo grande? ¿Acaso soy tan grande?».—Abra el maletero — le pide el Oficial y escucho la puerta abrirse de inmediato.El aire escasea en mis pulmones, el espacio aquí es muy reducido y cerrado. Trato de aguantar la respiración lo más que puedo, pero es muy difícil hacerlo sin que me sienta que voy a explotar en cualquier momento.Cuando escucho que se cierra la puerta del baúl me permito liberar poco a poco el aire acumulado en mis pulmones e incluso siento q