Capítulo 88

Al día siguiente cuando despertó, Maxwell no pudo evitar sonreír al verla pacíficamente dormida, ella era como un ángel, su ángel. Después del arrebato pasional anoche, recordar los hechos hacía explotar su corazón. Ella se removió un poco, así que trató de no despertarla y se marchó después de vestirse.

Apenas llegó a su piso se duchó y se arregló para manejar al trabajo. Aria cuando despertó se sintió un poco desorientada y luego de recordar lo que sucedió con Maxwell, el calor volvió a apoderarse de su cuerpo. Se dio dos suaves golpes en las mejillas para dejar de pensar en eso.

Antes de que los trillizos despertaran, se zafó de las sábanas y se dio una ducha. Ellos aún dormían cuando comenzó a preparar el desayuno, pero no podía dejarlos dormir más, tenían que ir al jardín de infantes.

—Se hace tarde —soltó en el ajetreo.

Aquel día Maxwell decidió desviarse de su camino a la compañía y estacionó el auto a las afueras de la cafetería de Alessandro.

Cuando ingresó a
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