En cuanto terminó la llamada, Estela se sintió muy mal. Sabía que la noticia terminaría rompiendo el corazón de Jasmine. Ya lo veía venir. Por eso trató de no dejarse llevar por lo terrible que se sentía y mantuvo la calma. —¿Por qué te quedas en silencio? Necesito que me digas que es lo que está pasando con Aria. Es mi hija y... —ya no pudo más, la situación la rebasaba, sentía que mientras avanzaba el tiempo, se debilitaba. Estela asintió y se acercó a Jasmine. —Maxwell conversó con el doctor, quien le dijo que Aria tuvo un aborto, ha sido así debido al accidente, perdió el bebé. —¡Oh por dios! —se tapó la boca, sorprendida con la noticia, incluso tuvo que sentarse para poder recuperarse. Estela se movió rápidamente hacia la cocina, tratando de mantener la calma mientras su mente corría con pensamientos sobre cómo ayudar a Jasmine. Sabía que un té caliente podría ser reconfortante en momentos de crisis. Alessandro llegó justo cuando Estela estaba vertiendo el agua caliente so
Esta mañana, Maxwell se dirigió al hospital con la intención de ver a Aria. Él la echaba demasiado de menos, al menos deseaba poder entrar a la habitación y mirarla. Durante la conducción, Maxwell estaba intentando calmar sus nervios y controlarse a sí mismo. Lo llamaron, pero no atendió, ahora solo tenía cabeza para Aria. Ella era la única persona que le importaba en ese momento, aunque también estaba al pendiente de sus pequeños hijos. Suspiró hondo, luego de eso continuó manejando, aunque era inevitable sentirse distraído cada cierto tiempo. No pasó mucho, cuando la fin llegó a su destino. Maxwell aparcó el auto y se bajó. La seguridad con la que solía sentirse, parecía haberlo abandonado.Inspiró hondo, el doctor apareció frente a él.Maxwell se encontraba ante la puerta de la unidad de cuidados intensivos. Su corazón latía con fuerza, cada golpe resonando en su pecho mientras contemplaba la posibilidad de ver a Aria. Sabía que las reglas en la UCI eran estrictas, pero había ha
Amanda tenía demasiadas preguntas y muchísima curiosidad al respecto a lo que estaba hablando Sebastián, y es que todavía no podía creer que Aria había tenido un accidente. Estaba bastante confundida e intrigada, tuvo que sentarse en el sofá para procesar la noticia y después se dirigió otra vez a Sebastián, que parecía sostener una sonrisa maliciosa y sus ojos estaban inyectados por una satisfacción infinita. —¿Podrías explicarme un poco más lo que estás diciendo? No entiendo eso de qué ella tuvo un accidente.—¿Me estás tomando del pelo? —Ya sé, sé que es un accidente de tránsito. ¿Quién lo provocó? Porque eso has dado a entender. ¿Acaso alguien provocó el accidente? —inquirió suspirando. —Ese es otro tema. Ahora la cuestión es que esa mujer se encuentra luchando por su vida y ha colocado la vida de Maxwell patas arriba. —¿Tienes idea de quién pudo haber provocado ese accidente? No puedes solamente informarme y dejarme con la duda. —Estoy seguro de que le provocó el padre de Ma
Máximo se dejó caer sobre su silla giratoria, pensando en cómo iban las cosas. Por el momento, no había recibido ninguna información o noticia de parte de alguien más acerca de Aria. Así que, aún estaba entre la vida y la muerte. Abigail pasó casi todo el tiempo en la habitación y estaba comiendo menos cada día; la situación parecía afectarla profundamente. Máximo no se interesaba demasiado por la salud de su esposa, sino que estaba más preocupado por lo que sucedería que por el estado de salud de ella. Una mujer de la servidumbre ingresó a la habitación de Abigail con una bandeja que llevaba comida, pero tuvo que lidiar con los gritos de Abigail, quien exigía que se retirara inmediatamente. —¡Vete de una vez por todas, no te necesito. No necesito que vengas a obligarme a comer! —Lo siento mucho, señora, voy a irme, pero no puede continuar así. —¿Qué te importa si continúo así o no? Además, no eres nadie para decirme qué debo hacer, así que te pediré, no, mejor dicho, te exijo qu
Mientras Maxwell se dirigió a la casa de su padre, sentía como la rabia estaba hirviendo en su sangre, se sentía demasiado superado por una situación que de verdad se convertía en una pesadilla para él. Odiaba la idea de que su padre sí estuviera involucrado en el accidente de Aria. Porque si eso resultaba ser cierto, entonces acabaría cualquier esperanza de enmendar su relación con él. Durante el trayecto intentó llamarlo pero no respondió de inmediato el teléfono así que lo hizo por segunda vez y entonces sí tomo la llamada. —Es demasiado extraño que me estés llamando después de tantos días ausentes. No me digas que pasó algo y necesitas mi ayuda, sería la única manera por la que ahora me estás llamando —se apresuró en decirle bastante curioso, entonces él expiró. —Necesito hablar contigo, así que solo te estoy llamando para avisarte que voy camino a la casa. —¿Me vas a dejar con la intriga y no me dirás de qué se trata? —No es menester que te diga de qué se trata, cuando
Estela se encontraba sentada en su escritorio, las lágrimas llenando sus ojos sin que pudiera evitarlo. Había estado tratando de ser fuerte, pero la situación de Aria la estaba afectando profundamente. En ese momento, Melisa, la vio desde la distancia y se acercó con preocupación.—Estela, ¿qué te sucede? —quiso saber Melisa, con un tono comprensivo.Estela tomó un respiro hondo, intentando recomponerse antes de responder. —Es Aria... todavía no ha despertado. Está postrada en una cama de hospital, y no puedo dejar de pensar en lo mal que se siente Jasmine, la madre de mi amiga. —Las palabras salieron entre sollozos, y se sintió vulnerable al compartir su dolor.Melisa frunció el ceño, su rostro reflejando empatía. —Lo siento mucho. No sabía que estaba así. Espero que se recupere pronto —dijo Melisa, colocando una mano en el hombro de Estela.Estela sonrió débilmente, agradecida por el apoyo de la mujer. —Gracias, Melisa. Aprecio tus buenos deseos. —Las palabras le ofrecieron un pe
Estela, sintiéndose un poco más animada, se dedicó a preparar unos sándwiches en la cocina mientras Noah buscaba una película para ver. De repente, su teléfono sonó, y al ver el nombre de Maxwell en la pantalla, su corazón se aceleró. Sabía que no estaba en su mejor momento, pero no podía ignorar la llamada. —¡Maxwell! —dijo, contestando rápidamente. La voz de Maxwell resonó al otro lado de la línea, profunda y entrecortada, como si estuviera luchando por mantenerse en pie. —Estela, ¿crees que debería seguir vivo? Digo, la vida es una porquería cuando pasan muchas cosas malas. Solo quiero que Aria vuelva, que ella regrese —su voz temblaba, y Estela pudo notar que estaba ebrio. —Maxwell, no es una situación fácil para ninguno de nosotros. ¿Dónde estás? —preguntó, tratando de mantener la calma y la claridad en su voz. —Quien sabe, no lo sé... —respondió, su tono era confuso y desalentador. —¿Por qué tienes que embriagarte? Así no se soluciona nada. En ese momento, Noah, qu
Después de que Noah lo llevó a casa, Maxwell se preparó para ir al trabajo, pero al mirarse en el espejo, se dio cuenta de que no tenía la cabeza para concentrarse en sus responsabilidades. La preocupación por Aria lo consumía, y sabía que no podría rendir en la oficina. Así que, en lugar de dirigirse a su trabajo, tomó la decisión de ir al hospital.Al llegar al hospital, se sintió un poco más aliviado al enterarse de que Aria había mostrado signos de mejoría. El doctor le explicó que, aunque aún no había despertado, su condición había mejorado y que había esperanza.Exactamente lo que Jasmine le mencionó. —Puedes entrar a verla —le dijo el doctor, y Maxwell le dio las gracias antes de dirigirse a la habitación. Cuando entró a la habitación la miró. Aria yacía en la cama, con una expresión serena en su rostro. Maxwell se acercó y comenzó a acariciar su cabello suavemente, sintiendose aunque sea cerca de ella, de esa manera. —Aria, pronto todo estará bien. Sé que despertarás pronto