Capítulo 02

Erior.

Subo los libros al escritorio mientras espero que todos se marchan de una vez por todas. Tiara queda para el final, nunca he logrado entender porque siendo la más popular de las estudiantes espera a que todos se marchen para luego hacerlo ella.

Respiro hondo.

De tan solo pensar que por la noche debo conversar con la detective, por cosas, sobre Aurora me siento algo decaído. No supe más de ella desde que se marchó aquel día, intenté por todos los medios comunicarme incluso llegué al punto de llamar a su madre pero lo único que obtuve fue un "vete al infierno mocoso malagradecido" supongo que ya su hija le había envenenado la mente con respecto a mí.

Alguien carraspea y me concentro de inmediato. La rubia de ojos verdes me mira con cierto brillo en ellos, como esperando algo, la verdad no tengo idea de por qué no se ha largado como cualquier otro estudiante normal.

— ¿Se te ofrece algo? —indago.

Hace un movimiento con su cabeza y se endereza, logrando que sus enormes senos reboten debajo del escote.

—Me preguntaba si da clases particulares, profesor. —Ronronea.

 Ya pillo donde quiere llegar.

Me alaga un montón que se fije en mí, pero la verdad por muy buena que este, porque lo esta no lo niego. No voy a caer en sus redes y arruinarme de nuevo, porque sí, eso fue lo que hice al meterme con Mia aquel día y no volverá a pasar.

¿Motivo? ¿Razón? Es simple.

Al final termine en el lugar al que no deseaba volver jamás solo porque me enamoré de una chica inmadura, que no fue ni capaz de decirme a la cara un "adiós" o al menos ser sincera y decir que yo solo era un trofeo y que al tenerme se olvidaría de mí por completo.

—No. La verdad, no doy clases particulares, tutorías o como les digan hoy en día. —No es mi intención sonar áspero pero la verdad me trajo un amargo recuerdo que no es fácil de procesar.

Los ojos se le llenan de lágrimas, pero las retiene. Creo que di justo en el clavo y lo ha captado.

—Entiendo, entonces... Me iré. —Asiento.

Se devuelve a su puesto por las cosas que trajo pero justo antes de que se retire, lo hago yo. No quiero causar un drama innecesario, camino por los pasillos atestados de jóvenes hormonales que hablan de trivialidades.

Al pasar por la sala de profesores me sorprende notar que Lissa, la profesora de inglés está conversando de manera animada con Mark. Um, algo me huele mal por aquí.

Doy dos pasos atrás antes de enterarme o darme cuenta de cosas que no quiero, porque lo menos que deseo es estar en medio de una pelea de pareja. Porque estoy casi seguro que en cuanto mi cuñada se entere se va a armar una grande.

Sigo el camino para irme tan pronto sea necesario, solo una clase más y seré libre por este día. El salón 1-B está justo en frente, abro la puerta con más entusiasmo del normal. Oigo un estruendo, mi vista se fija en aquella chica de vestido floreado que soba su nariz.

Reprimo una risa cuando noto que sus pantis de conejitos están a la vista, su compañera de cabello morado la mira con lastima. En ese mismo instante las carcajadas se escuchan de casi todos los alumnos y digo casi, porque un chico del fondo la mira anonado como si no creyera que la chica hace el ridículo por no colocarse nada más bajo es corto vestido.

Respiro hondo antes de acercarme a ella, para ayudarla porque por sobre todo debo ser un caballero.

—Mis disculpas, no fue... —Y justo en ese momento, las palabras sobran.

Mia está frotando su nariz justo en frente de mí. Su mirada queda fija en alguna parte cuando nota quien soy y maldición como odio estar próximo a una erección en nuestro primer encuentro después de un mes y medio de saber que estaba en la misma universidad.

Te encontré.

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