Mia.
Un sonido me despierta. Erior está abrazándome como un koala, haciendo puchero.
Se ve hermoso no lo puedo negar, pero no es el momento para admirarlo. Siento unas nauseas enorme, con calma quito su brazo de encima tomo mi teléfono que no para de sonar y en cuanto puedo corro al inodoro dejándolo salir todo.
— Que asco... —Murmuro. No quiero despertar al bello durmiente, mi teléfono vuelve a sonar y noto que es Allek quien llama, cuelgo y entonces noto que Erick me ha dejado por lo menos unos treinta y dos mensajes de textos, veinte notas de voz al whatsapp y setenta y tres llamadas perdidas.
— Que mierda le pasa a este loco.
Erior.Respiro hondo mientras sobo mi brazo, estoy sentado junto al balcón que da una hermosa vista de las afueras de los departamentos. Por suerte a Mia le dieron uno cerca, en caso de que quiera quitar un poco de estrés mirando algo tan bello, como lo es el parque a las afueras.Resoplo.Al menos está circulando la sangre por todo mi cuerpo de nuevo, no comprendo como una mujer que se ve tan elegante y frágil, puede ser más ruda que un hombre.Mañana tendré que retomar mi rutina nuevamente, no puedo seguir faltando a las clases o seré despedido, Sully llamó hace poco diciendo que se mudaría a un departamento donde compartir
Mia.Entro a la habitación mientras Erior se decide por tomar un poco de aire fresco luego de lo que le hizo la Detective, pero estoy muy segura que es para pasar la vergüenza de que un mujer mucho más pequeña y delicada lo haya derribado como si nada.Por otro lado Allek y ella salen luego de un asentimiento de cabeza entre ambos, algo raro, muy raro.Resoplo y comienzo a buscar entre mi ropa algo, lo que sea con tal de quitarme esta que ya esta sucia y me da la sensación de que yo lo estoy también.Busco una blusa de encajes negra y una falda de cuero, me dan ganas de vestirme como me gusta por unos momentos a ver sí así se me pasan todos
Erior.La cordura la perdí al apenas entrar a la habitación del hotel. No tuvimos que decir ni una palabra, ella me empujo sobre la cama y quitó mis pantalones. Yo la tome por la cintura y creo que ni cuenta se dio cuando ya estaba completamente desnuda, vibrando cada que pasaba la lengua por su anatomía, cada que mordía y lamía sus senos.Mia es una exquisitez que espero solo yo pueda disfrutar siempre, hasta el día de mi muerte.Gime y la arrojo sobre la cama, quito mi camisa y ella ríe tapando su cara. Le gusta lo que ve, pero le avergüenza que la vea desnuda. Excelente, eso me hace poner más duro.Muerdo su cuello, gime.&nb
Allek.13 de Abril de 1998.A los 10 años.—Allek cariño, camina rápido antes que trate de alcanzarnos. —Mamá apresuraba el paso, queríamos irnos lo más lejos posible de ese lugar y lo mejor para ello era largarse antes de que cambiara de opinión y tratara nuevamente de mantenernos encerrados en aquella cárcel a la que llamábamos casa.—Pero... Cleo... ¿Por qué no vino con nosotros? —Indagué. Mamá suspiro ante mi pregunta y su voz se quebró al responderme.—Ella... Sabes que siempre fue la favorita de tu papá— mintió, él no la toleraba cuando estaba feliz mucho menos cuando lloraba y le repetía miles de veces que era un estorbo para todos. —Le di a escoger y prefirió quedarse a acompañarlo a él, no te p
Beatrice Collow.Uno, dos, tres.—Cien.—Digo limpiando mis manos luego de ponerme en pie.Observo el cuadro de Leo al fondo y suspiro. Si el me viera en estos momentos estaría quizás orgulloso de mí, pero como no está en esta estúpida ciudad sino en una vecina haciendo de Alcalde el muy baboso pues le saco el dedo medio y doy media vuelta para salir del lugar donde entreno.Varios compañeros me miran con desprecio, es normal, no cualquier mujer llega de ser"nadie-la-chica-de-la-calle"a ser"La Detective graduada con honores que no ha fallado ningún trabajo"—Collow...—Dice Hanna, una policía que me saluda con la cabeza y se aparta.No me tomo las molestias de gastar saliva en alguien como ella, quien solo me empezó a tratar cuando demostré lo
Mia.Camino por los pasillos de la Universidad atestados de estudiantes que van de un lugar a otro. Erior pasa por un lado de mí dándome un asentimiento de cabeza para ir directo a la sala de profesores, yo me hago la que no vio nada de nada.Aunque hasta hace unos segundos él mismo me dejo entrar antes para que nadie se diera cuenta que veníamos juntos y así no tuviera conflictos con mis otros compañeros. Al apenas poner un pie en la puerta del salón la escucho.—Mia...—La voz de Marie es parecida a la de los fantasmas de películas. La miro y hago una mueca, porque ya sé que es lo que sigue, no respondí a ninguno de los mensajes que me dejo y tampoco devolví las llamadas. Pero es que siento que ella no me entendería en nada al igual que Vicky que también me ha estado escribiendo como desquiciada porque viene a la ciudad
Erior.—Y entonces Profesor, ¿Se debe aplicar esa formula también?Escuchar la voz de Tahia durante más de diez minutos preguntando lo que he explicado cien veces antes, es un poco frustrante y más por el echo de que mi novia ni siquiera pudo hablar conmigo por que ella y sus dos amigas tuvieron que abordarme justo antes de salir.—Si.—Suspiro cuando noto que Esika y Abigail toman nota y vuelven a borrar. Dios les he dicho infinidades de veces lo que deben y no hacer pero siguen igual de perdidas.—Profesor, ¿Tiene novia?—Indaga Esika pestañeando varias veces, como sé por donde va a ir ahora la cosa tomo los libros, bolígrafos y hojas para empezarlas a guardar antes de ponerme en pie.—Si tengo, si me disculpan debe de estar esperándome para almorzar en casa—miento, Mia hace como d
Mia.Camino por los pasillos luego de haber hablado con las enfermeras de guardia, me da escalofríos de tan solo estar aquí. Pensaba que no había nada peor que estar en una estación de policías, pero la realidad es que si lo hay y en definitiva es este.No me gusta tener que ver gente enferma, mucho menos escuchar a las personas llorar por ciertos lugares cuando le dan noticias tristes. Marie por suerte es más ruda que yo, le da igual todo lo que sucede y va metida en su teléfono mirando vídeos de gatos.—Creo que es por aquí.—Digo, mi acompañante levanta la mirada por segundos solo para no chocar con nadie y luego vuelve a lo suyo. Hasta que se detiene cuando lo hago, frente a una puerta de color blanco con el número 08 escrito en frente.Carraspeo.Marie guarda el teléfono y coloca la mano sobre mi hombro,